Osetia del Sur, una de las tantas fortalezas prorrusas de Europa

Desfile militar en Osetia del Sur. / RR.SS
Desfile militar en Osetia del Sur. / RR.SS

Uno de los aislados territorios separatistas ubicados a las puertas de Europa tenía programado celebrar un referéndum que consolidaría su anexión a Rusia.

Osetia del Sur, una de las tantas fortalezas prorrusas de Europa

Osetia del Sur es una región separatista de Georgia que permanece aislada del resto del país desde que proclamó su independencia unilateralmente en 1991. Según el calendario dejado por el expresidente Anatoli Bibilov, el domingo debió haberse celebrado un referéndum consultivo en el que se aprobaría, de una vez por todas, la integración de este territorio a Rusia.

Pero las recientemente renovadas autoridades de este autogobierno decidieron suspenderla. El anuncio se dio en mayo, cuando a través de un decreto del ahora mandatario local, Alan Gagloev, se afirmó que al nuevo Ejecutivo le preocupa la “incertidumbre” relacionada con las consecuencias legales y jurídicas que puedan deparar de esta votación, pero para Moscú, no así con Georgia.

El texto también dejó claro que existía una “inadmisibilidad de una decisión unilateral de un referéndum sobre temas que afectan los legítimos derechos e intereses de la Federación Rusa”. No obstante, el nuevo mandatario ha defendido la aspiración “histórica” de este enclave para adherirse a Rusia, por lo que ordenó iniciar consultas con la otra parte acerca de “toda la gama de temas relacionados con la mayor integración” de este territorio con el Kremlin.

Y es que, en medio del conflicto en Ucrania, el mundo entero ha posado la vista sobre naciones pequeñas enclavadas justo a las puertas de Europa, que son inexistentes para la mayoría de la comunidad internacional, pero que cuentan con presencia militar rusa, su respaldo y el interés colectivo de integrarse al gigante euroasiático independizándose unilateralmente de Estados que vivieron bajo la influencia soviética y han estado abriéndose cada vez más con Occidente

Rusia reconoce la independencia de Osetia del Sur

Hace algo más de tres décadas este territorio ubicado al norte de Georgia proclamó ser un Estado independiente, pese a que ha recibido un apoyo bastante limitado en la comunidad internacional, entre los que figura Moscú política, militar y económicamente. Hoy en día es, según atestiguan medios como El País, “una fortaleza”, donde los servicios básicos son complejos, existe un entorno acordonado por las fuerzas rusas y al que pocas personas quieren adentrarse.

Este territorio fue el escenario de guerra en 2008, cuando Moscú comandó un ejército para enfrentarse a las fuerzas georgianas, quienes estaban librando combates con una milicia prorrusa. Tras la guerra, que duró unos cinco días y dejó más de 700 muertos según organismos internacionales, Rusia otorgó su reconocimiento a esta y otra entidad escindida, conocida como Abjasia, que comenzaron a autogobernarse aisladas del resto del país.

La llamada guerra de los Cinco Días provocó al menos unos 25.000 desplazados internos, que se dispersaron por el resto de Georgia, quedando del otro lado de una verja vigilada y una frontera que les divide de sus hogares. Osetia del Sur es una región con algo más de 50 mil habitantes, de mayoría rusohablante y osetio, donde se usa el rublo y muchos de sus ciudadanos poseen pasaportes o nacionalidad rusa.

La reunificación de Osetia

La capital de Osetia del Sur es la ciudad de Tsjinvali, habitada principalmente por georgianos en su tiempo, muchos de los cuales abandonaron la urbe, asentándose en Georgia o en las zonas cercanas a la frontera. El territorio fue incorporado en la época del Imperio Ruso, pero con la URSS en control, fue cedido a la República Socialista Soviética de Georgia bajo la figura de óblast autónomo.

Ubicado en el Cáucaso Sur o Transcaucasia, está situado del otro lado de la cordillera Gran Caúcaso, donde conforma una región histórica poblada por los osetios, una etnia que fue dividida por Moscú y aspira a reunificarse bajo la administración rusa, según han afirmado sus autoridades. Osetia del Sur busca además adherirse a la república de Osetia del Norte-Alania, del otro lado de la frontera rusa, para conformar una república unitaria.

Para finales de 1990 los diputados locales proclaman la independencia de Georgia, y para 1991, con la caída de la Unión Soviética, una guerra civil se desata entre las fuerzas locales y las del resto del país, con la que las autoridades de este enclave consiguieron la independencia de facto, al igual que en Abjasia, y desde entonces han tenido enfrentamientos bélicos y administrativos con Tiflis.

Las tensiones aumentaron a medida que Georgia buscaba sentar las bases para ingresar definitivamente a la OTAN y a la UE, pues uno de los requisitos indispensables es tener pleno control de sus fronteras. Como en la actualidad, Moscú denunció una expansión de Occidente dentro de la antigua esfera de influencia soviética, por lo que invadió Georgia y reconoció inmediatamente la independencia de esta región y de Abjasia.

El otro territorio problemático de Georgia

Abjasia es, junto a Osetia del Sur, uno de los territorios problemáticos heredados tras la disolución de la Unión Soviética, que también es solo reconocida por el mismo puñado de países: Rusia, Venezuela, Nicaragua, Siria y Nauru. Las fallas de la electricidad son frecuentes, es un país sumido en la pobreza debido al aislamiento internacional en el que está sumido.

Comparte varias características históricas similares a las de Osetia del Sur, pese a estar habitadas por dos etnias distintas. Con un pasado de persecución y de tensiones entre los abjasios y los georgianos, que en el siglo XX eran considerados mayoría en la región, Abjasia estuvo cerca de conseguir su independencia de Tiflis décadas atrás, pero Moscú simplemente se limitaba a ofrecerle cierta autonomía que nunca se consumó por completo.

Con la caída de la URSS, los abjasios proclamaron su independencia unilateralmente, estallando una guerra con Georgia, que coincidió con los enfrentamientos librados contra las milicias surosetas prorrusas. Tras conseguir un autogobierno de facto, la nación se alió fuertemente a Rusia, especialmente después de que, en 2008, Moscú reconociera su soberanía en medio de la invasión a Georgia.

Hoy en día, según constata La Vanguardia, Abjasia es una región empobrecida que añora cuando era epicentro de la minería en el Cáucaso. La inseguridad es una preocupación mayor pese a que el territorio existe una fuerte presencia de militares rusos y abjasios que obtuvieron la nacionalidad.

Además, se estima que todavía quedan unos 240.000 habitantes, menos de la mitad que había según el censo de 1989, antes de la guerra, en el que los georgianos eran una clara mayoría. Pero la demografía cambió, ahora la etnia con más ciudadanos es la abjasia. Según el censo, en 1989 el 46 % de la población era georgiana, pero las estimaciones de 2016 sugieren que los abjasios representan ahora el 51 %.

Asimilación rusa en Ucrania

El fantasma de la guerra en Ucrania ha reavivado escenas similares a 2008. Transnistria, una región escindida de Moldavia, se encuentra en una situación parecida de aislamiento y dependencia rusa. Es un reflejo bastante cercano, fronterizo de hecho, en el que Ucrania puede mirarse, pues, según denuncian sus propias autoridades, las fuerzas de ocupación rusas estarían extremando medidas para reforzar la asimilación rusa de la población.

Antes de lanzar su ofensiva militar, Moscú decidió reconocer la independencia de Donetsk y Lugansk, los dos óblast que conforman el Donbás ucraniano, una región que el Kremlin proclamó liberar cuando anunció la invasión el 24 de febrero. Una historia conocida ocurrió en la península de Crimea, hoy es parte de la Federación Rusa. Ahora, con ambas provincias azotadas, bombardeadas y prácticamente con dominio total ruso, las unidades de inteligencia de Kiev advierten de que pronto se llevarán a cabo varios referéndums para legitimar una futura anexión a Rusia. @mundiario

Comentarios