Isabel II en la capilla ardiente: trasladan los restos de la monarca a Westminster

Ataúd de la reina Isabel II. / @RoyalFamily
Ataúd de la reina Isabel II. / @RoyalFamily

Comenzó la ruta ceremonial para despedir a la reina más longeva del Reino Unido, con una capilla ardiente abierta las 24 horas hasta su funeral de Estado.

Isabel II en la capilla ardiente: trasladan los restos de la monarca a Westminster

A la llegada de los restos de Isabel II de Escocia a Londres, tras fallecer a los 96 años en Balmoral, su ataúd es transportado desde el Palacio de Buckingham hasta Westminster este miércoles, en un cortejo fúnebre acompañado por la familia real y por miles de asistentes, que la víspera desafiaron la lluvia para recibir a la reina eterna.

Un avión militar ha sido el encargado de trasladar el cuerpo de la monarca desde Edimburgo hasta la capital, en su último viaje a la que ha sido su residencia oficial en los últimos 70 años, siendo recibida por su hijo, el rey Carlos III, la reina consorte Camila, el nuevo príncipe de Gales Guillermo y su hermano y duque de Sussex, Harry, junto a otros miembros de la familia real británica como los demás hijos de Isabel.

Esta tarde ha comenzado la caminata que lleva el ataúd de la reina hasta el Westminster Hall, el vestíbulo central situado en el Parlamento británico, donde será instalado en capilla ardiente que durará hasta el lunes, cuando está previsto que sea el funeral de Estado y su posterior entierro, en los terrenos del castillo de Windsor, para que la familia real pueda darle el último adiós en privado.

En Westminster se han homenajeado a varias figuras importantes del Reino Unido. Isabel no será la excepción, en el lugar también se le rindió tributo a su padre Jorge VI, a su abuelo Jorge V y a su mentor y primer jefe de Gobierno (el primero de 15 que ha visto pasar) el histórico Winston Churchill.

En capilla ardiente en Westminster

El féretro de Isabel II es instalado en una caja elevada, llamada catafalco, en pleno palacio. Su ataúd, custodiado siempre por soldados de la realeza, estará cubierto por el estandarte real, la corona imperial, un orbe que representa el cristianismo y el cetro, con el diamante más grande del mundo incrustado. La segunda pieza, de hecho, está insertada en la corona que se le pondrá el lunes.

Los ciudadanos podrán visitar a la capilla ardiente de modo ininterrumpido a lo largo de los próximos cuatro días. El edificio estará abierto las 24 horas, pero la policía proyecta una inédita afluencia de hasta 750.000 personas, con un estimado de tiempo de espera de alrededor de 35 horas en fila para ver a la reina por última vez.  

El entierro de Isabel II

Para el funeral de Estado de la reina, el féretro será nuevamente trasladado en un armón, desde el Parlamento hasta la Abadía de Westminster, un monasterio del tamaño de una catedral donde tradicionalmente se celebran las coronaciones reales, como la de la propia Isabel II en 1953. También fue el lugar elegido para su boda con el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, en 1947.

Sin contar las honras fúnebres de la madre de la reina en 2002, Isabel Bowes-Lyon (la Reina Madre), no se celebra un funeral de un monarca en ese lugar desde el siglo XVIII. En el templo se darán cita cientos de jefes y exjefes de Estado del mundo entero, como los presidentes de EE UU y Francia, Joe Biden y Emmanuel Macron, o el rey Felipe VI, la reina Letizia, o los propios monarcas eméritos Sofía y Juan Carlos I.

Tras ello el cortejo fúnebre avanzará hasta el Arco de Wellington, para ser trasladado por última vez hasta el castillo de Windsor. Se celebrará una nueva ceremonia religiosa en la capilla de St. George, donde reposan los restos de su padre y de su esposo, el rey Jorge VI y el duque Felipe respectivamente, para que la familia pueda despedirse y enterrar a la reina Isabel II en la misma cripta. @mundiario

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