Los reinos de la Commonwealth, cerca de convertirse en repúblicas sin Isabel II

Isabel II en Australia. / @AlboMP
Isabel II en Australia. / @AlboMP

Sin la reina el futuro es incierto para la Mancomunidad de Naciones, pues gobernaba aún en 14 países en todo el mundo, que comienzan a trabajar para convertirse en repúblicas.

Los reinos de la Commonwealth, cerca de convertirse en repúblicas sin Isabel II

Con la muerte de Isabel II, surgen dudas respecto a si su hijo Carlos IIII, sucesor que ya ha sido proclamado como nuevo soberano del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, podrá mantener la popularidad de la monarquía, la unión del país y de la Mancomunidad de Naciones en pleno siglo XXI.

Isabel II ha sido, además de la monarca más longeva, una figura pop con un claro respaldo de la población británica, así como a nivel internacional. Por otro lado, su heredero no parece tener el mismo as bajo la manga. Frente a las crisis, guerras y la reconfiguración del orden mundial la constante siempre ha sido la reina, por lo que su partida deja un claro vacío que será complicado de llenar, especialmente tras gobernar por 70 años ininterrumpidos.

Uno de sus mayores logros ha sido consolidar la Commonwealth, una organización de cooperación internacional que creó su padre, Jorge VI, en medio del desmantelamiento del Imperio británico a medida que grandes e importantes territorios consiguieron independizarse, como la India y Pakistán, o el doloroso golpe de la consagración de la República de Irlanda en 1949.

Pero con el paso de los años para pertenecer a la organización no hizo falta estar bajo el poder de la Corona. Hoy en día 54 Estados forman parte de la Mancomunidad, que se convirtió en un pilar de integración política y económica liderado por Isabel II entre países que mantienen estrechos lazos con el Reino Unido, exceptuando a Mozambique y Ruanda.

Los reinos proclaman a Carlos III

La proclamación de Carlos III no tuvo lugar solamente en el Reino Unido, sino que otros 14 países de la Commonwealth tenían a la reina Isabel II como su jefa de Estado, por lo que han tenido que realizar simultáneamente sus propias ceremonias para formalizar al heredero como su nuevo soberano. Ello ha ocurrido principalmente en Canadá, Australia y Nueva Zelanda, los países más desarrollados del grupo de naciones que todavía gobierna la realeza británica.

Desde la escalinata del Parlamento neozelandés, en Wellington, la primera ministra, Jacinda Adern, declaró que a partir de ahora su país reconoce a Carlos III como el nuevo monarca. “Hoy conmemoramos el fallecimiento de la reina Isabel II y reconocemos a su hijo, el rey Carlos III, como nuestro soberano”, ha dicho la líder de los laboristas para agradecer al nuevo rey su “profunda preocupación” por Nueva Zelanda.

Por su parte, en Camberra las autoridades también proclamaron al nuevo monarca. El gobernador general David Hurley, representante del poder de Carlos III en el subcontinente, ha proclamado al nuevo rey en compañía del primer ministro australiano Anthony Albanese y una serie de disparos de 21 salvas. El también líder del partido laborista, conocido impulsor del republicanismo, ha indicado que “ahora no es el momento de hablar” al respecto del debate interno para abandonar el sistema monárquico actual.

En Canadá la gobernadora general, Mary Simon, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, han firmado también una orden que reconoce la proclamación del rey Carlos III como soberano del gigante norteamericano.

El Caribe avanza hacia el republicanismo

Pese a que las autoridades locales de estos países han reconocido el ascenso de Carlos III al trono, convirtiéndole en el jefe de Estado los 14 reinos de la Mancomunidad, lo cierto es que ello podría cambiar pronto. En todos estos países ha surgido un fuerte movimiento que propugna dejar de lado la monarquía constitucional para conformar repúblicas. En muchos países es incluso política de Estado, después de todo, en Australia se juramentó al primer “ministro para la República”, la víspera a la celebración del Jubileo de Platino de la reina.

No obstante, el sentimiento republicano suena con más fuerza en el Caribe. No es sorpresa, justamente el año pasado la isla de Barbados dio el primer paso votando en un referéndum la salida del país de los reinos de la Mancomunidad, convirtiéndose en una república con la sombra de la esclavitud por un costado.

De hecho, tal parece que la muerte de Isabel II ha acelerado también el paso de algunos países para convertirse en repúblicas. El archipiélago de Antigua y Barbuda ha sido el único Estado que se ha referido explícitamente a una reforma política cuando su primer ministro, Gaston Browne, anunció tras la firma de la proclamación de Carlos III, que se convocará a un referéndum en tres años para consultar a sus ciudadanos si quieren seguir siendo uno de los reinos de la Commonwealth.

“Este no es un acto de hostilidad ni ninguna diferencia entre Antigua y Barbuda y la monarquía, pero es el paso final para completar ese círculo de independencia y garantizar que seamos verdaderamente una nación soberana”, ha explicado Browne. @mundiario

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