Los grandes bancos suben las hipotecas pero se resisten a remunerar los depósitos

Frente al oligopolio que conforman Caixabank, Santander, BBVA y Sabadell, el momento es propicio para que se abran paso las entidades que buscan seguir escalando posiciones, como Abanca, Unicaja o Bankinter.
La banca en España es un sector clave de la economía del país, que, desde la crisis financiera de 2008, ha experimentado importantes cambios y reestructuraciones para adaptarse a las nuevas regulaciones y a las necesidades del mercado. Si bien desaparecieron la mayoría de las cajas de ahorros, quedan todavía muchos bancos en España, lo cual podría conducir a un cierto equívoco, ya que la mayoría de los depósitos y préstamos están en manos de solo cuatro entidades.
Los cuatro grandes bancos –Caixabank, Santander, BBVA y Sabadell– controlan el 75% de los depósitos en España, lo cual supone que constituyen un oligopolio. En las últimas semanas, estos bancos subieron enseguida las hipotecas, pero se resisten a remunerar los depósitos. El periodista Andreu Missé escribe en el diario El País que las autoridades tienen instrumentos para averiguar si estamos ante un caso de colusión, que significa un pacto ilícito en daño a tercero.
Tal vez es un buen momento para que se abran paso las entidades que buscan seguir escalando posiciones, como Bankinter, Abanca o Unicaja. El caso del banco que preside Juan Carlos Escotet puede resultar paradigmático, ya que ha plantado cara –y frenado– a los grandes en su principal mercado –el noroeste–, sin dejar de mejorar sus ratios ni dejar de crecer mediante adquisiciones. Va paso a paso, pero alguno de los que es hoy muy grande también fue tiempo atrás pequeño.
Margen para competir hay. Según el Boletín Estadístico del Banco de España, la remuneración de los depósitos a un año se situaba el pasado diciembre en un 0,42% mientras que los préstamos para la adquisición de viviendas habían escalado hasta el 3,12%. Dentro de la eurozona, otros bancos retribuían en otros países los depósitos al 1,34%, casi un punto más que en España, cuando esos bancos extranjeros operan con las mismas reglas y apoyos que el Banco Central Europeo (BCE) le aplica a la banca española.
Estos y otros datos sirven para aumentar los beneficios de los bancos, que suben como la espuma, mientras su único revés, de alcance limitado, fue el gravamen del Gobierno, ya recurrido. De hecho, el sector ha mejorado significativamente su rentabilidad en los últimos años. Esto se debe en gran medida a la mejora de la calidad de los activos y al aumento de los ingresos por comisiones y ahora por el diferencial de los tipos de interés.
Un reto importante es el aumento de la competencia, especialmente por parte de las fintech y otros nuevos actores en el mercado financiero. Estas empresas están aprovechando las nuevas tecnologías para ofrecer servicios financieros más ágiles y atractivos para los clientes, lo que ha llevado a que los bancos tradicionales tengan que adaptarse y modernizar sus servicios. Tampoco pasan inadvertidos los pasos que dan algunas entidades, como Abanca, para seguir creciendo mediante adquisiciones.
El sector bancario español afronta, además, importantes desafíos relacionados con la morosidad y los préstamos dudosos, especialmente en el sector inmobiliario.
A pesar de que la situación ha mejorado en los últimos años –también en esto destaca Abanca–, todavía hay un alto nivel de riesgo en algunos segmentos del mercado, lo que puede afectar a la estabilidad del sector bancario en el futuro.
La adaptación a todas estas circunstancias y la innovación son, pues, fundamentales para garantizar la sostenibilidad y el éxito del sector bancario, sin que el oligopolio tenga que ser la única forma posible de supervivencia. @J_L_Gomez en @mundiario