Antes de ser famosos: Vine, de estrella fugaz a devorada en tiempo récord

Interfaz móvil y de ordenador de Vine.
Interfaz móvil y de ordenador de Vine.

En 2012, esta plataforma saltó al estrellato y fue adquirida por Twitter, que se encargó de extinguirla en cuestión de solo cuatro años desde su compra.

Antes de ser famosos: Vine, de estrella fugaz a devorada en tiempo récord

Antes de ser famosos es una serie exclusiva de MUNDIARIO en la que se descubre y estudia la vida de ciertas celebridades antes de alcanzar la fama. En episodios anteriores se ha explorado la biografía de célebres líderes del crimen organizado, deportistas, estrellas porno y hasta empresas virtuales. El episodio de hoy está dedicado a una de las aplicaciones digitales más famosas de los últimos años: Vine.

Biografía

Vine nació en junio de 2012 como fruto de la imaginación de tres amigos de Florida que se unieron para crear una aplicación que permitiera a las personas compartir vídeos cortos de momentos importantes en sus vidas. Los nombres de estos tres amigos son Don Hoffman, Collin Kroll y Rus YusuPov.

La idea surgió cuando cayeron en la cuenta que la mayoría de personas tendía a ver las fotografías en lugar de los vídeos que se compartían en redes sociales. En gran parte eso se debía a que muchas veces los usuarios compartían 10 minutos de eventos poco relevantes para los demás, como algún beso o cita con la pareja, un bebé riendo, etc.

Para octubre de 2012 los tres creadores se encontraban ya probando la versión beta de su artilugio. Llevaron la idea a Twitter. Los de Jack Dorsey quedaron encantados con el emprendimiento y lo adquirieron por un precio de 30 millones de dólares. La aplicación fue lanzada para el público en enero de 2013, inicialmente solo para dispositivos iOS. El nombre fue elegido de la palabra vignette, que representa justo lo que la empresa quería: escenas cortas pero impresionantes. El sitio web de la aplicación llevaba el nombre de vine.co puesto que vine.com ya existía para un portal satélite de Amazon. Los de Jeff Bezos exigían 500.000 dólares por el dominio pero Dorsey no aceptó el trato.

En tan solo tres meses desde su lanzamiento, Vine se convirtió en la aplicación gratuita más descargada para iOS.

En junio de 2013 fue lanzada para dispositivos que operaran con el sistema Windows.

Irrupción publicitaria

Uno de los empleados de Twitter notó que la aplicación era perfecta para convertirla en un canal publicitario. Este hombre empezó a publicar vídeos en la plataforma y rápidamente algunas empresas como Sony o Airbnb notaron que la idea valía la pena y empezaron a pagarle porque hiciera anuncios para sus productos. Su nombre era Ian Packham y apenas un par de meses renunció a la red de los 140 caracteres para dedicarse en exclusiva a crear vines publicitarios.

La idea de Packham se esparció y a partir de ahí empezaron varios fenómenos en la aplicación, que fueron aprovechados por muchas empresas para publicar anuncios desde la app. Este visionario empleado es uno de los responsables de que la aplicación se haya popularizado, aunque eso también la puso en el radar de las grandes devoradoras del mercado de las redes sociales.

Llegada de Instagram, Facebook y Snapchat

Instagram, la red social para la difusión de fotografías, quedó fascinada con la idea tan sencilla de Vine. La plataforma decidió implementar la opción de subir vídeos de no más de 15 segundos a los perfiles, captando rápidamente la atención de celebridades y grandes empresas. Como bien es sabido, Mark Zuckerberg es un dictador cuando se trata de su mercado, por lo que no tardó en aplacar la oposición de Vine, que de un día para otro empezó a ver cómo el terreno que habían descubierto y conquistado empezaba a secarse ante la invasión de Facebook e Instagram, uno de sus satélites estrella. Posteriormente, apareció Snapchat, la red para la publicación de mensajes efímeros, y eso terminó de dar el tiro de gracia a la malograda Vine.

La firma jamás logró encontrar una fórmula para recuperarse de semejantes golpes y sus tres creadores decidieron buscar cada quién emprendimientos por separado. En el caso de Yusupov, quien abandonó el barco en 2015 como parte de una ola masiva de despidos en Twitter, llegó a publicar en su perfil de la red de los 140 caracteres un consejo cristalino y honesto: Don’t sell your company! (¡No vendas tu compañía!).

A la desesperada Dorsey nombró en marzo de 2016 a una nueva capitana para la nave en hundimiento. Pero ya era demasiado tarde. Para finales del año pasado los propietarios decidieron que Vine había vivido lo suficiente y que era hora de darla de baja.

En octubre de 2016 por lo tanto se anunció que Vine dejaba de existir tras cuatro años de precipitaciones e increíble popularidad. La aplicación empezó como uno de los grandes fenómenos de su época pero se derrumbó al caer en las manos de Dorsey, quien al igual que con Twitter, no fue capaz nunca de redireccionar al barco.

Así fue la vida, corta vida de Vine, ante de ser famosa y ser devorada por Zuckerberg. Si sirve de consuelo, el creador de Facebook va camino de propiciar el suicidio de Snapchat.

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