Reducir las condenas a cambio de un órgano: la polémica propuesta de Massachusetts

Donar órganos. / RR SS
Donar órganos. / RR SS

De ser aprobada la propuesta de ley calificada como “poco ética y depravada”, el destino de 6.000 reclusos del Estado de la Bahía cambiaría.

Reducir las condenas a cambio de un órgano: la polémica propuesta de Massachusetts

Los legisladores demócratas de Massachusetts han presentado un proyecto de ley que plantea un hondo debate bioético. Esta norma que la Cámara de Representantes del Estado intenta sacar adelante consiste en una reducción de condena de entre 60 y 365 días a cambio de un riñón, una sección del hígado o una extracción de médula ósea. Ahora bien, ¿es legítimo sacar partido de un órgano o es un afán mercantilista por unos días de libertad?

Michael Cox, director ejecutivo de la organización para la abolición de las prisiones Black and Pink Massachusetts, ha calificado esta propuesta como “poco ética y depravada”. “Incentivar la venta de partes de tu cuerpo a cambio del bien más preciado del mundo es simplemente espantoso”, añadió en declaraciones recogidas por el diario digital Boston.com. Y es que, de aprobarse la ley, el destino de los 6.000 reclusos en las cárceles del liberar Estado de la Bahía, como se conoce a Massachusetts, podría cambiar.

Por su parte, el comité de ética de la red nacional de trasplantes de EE UU (UNOS, por sus siglas en inglés), constituida como asociación sin ánimos de lucro, considera que “cualquier ley o propuesta que permita a una persona intercambiar un órgano por una reducción de condena plantea numerosos problemas”.

¿Una idea antigua?

En 2007, los legisladores de Carolina del Sur estudiaron una idea similar a la de Massachusetts, la cual habría reducido hasta 180 días de las penas de prisión a cambio de donaciones. Sin embargo, tras encontrar críticos a la propuesta, el Estado adoptó un programa voluntario de donación de órganos y tejidos que deja a los reclusos donar sin recibir contraprestación. Asimismo, la Oficina Federal de Prisiones permite que los presos puedan donar sus órganos mientras están encarcelados, pero solo a sus familiares directos.

Ahora bien, a este polémico proyecto de ley se le suma dos realidades; la elevada prevalencia de enfermedades infectocontagiosas entre la población reclusa (sida, hepatitis, tuberculosis, entre otras), lo que eleva las dudas de la idoneidad del órgano, y la desigualdad racial en el precario equilibrio entre donantes y beneficiarios, y siempre en contra de estos últimos. Además, en caso de aprobarse la norma, queda por establecer el baremo de la reducción de condena; cuántos días a cambio de qué órgano o qué pedazo de aquel otro. En todo caso, la decisión corresponderá a un comité especial de cinco miembros en el que solo uno de ellos aboga por los derechos de los reclusos. @mundiario

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