Ortega sube el tono contra los obispos de Nicaragua llamándolos golpistas

Daniel Ortega. / actualidad.rt.com
Daniel Ortega, presidente de Nicaragua. / actualidad.rt.com

La Iglesia se ha encargado de hacer que organizaciones internacionales de derechos humanos lleguen al país centroamericano para documentar el nivel de violencia al que las fuerzas leales al presidente someten a los protestantes. Debido a la amenaza que representan, el mandatario busca expulsarlos de la mesa de diálogo.

Ortega sube el tono contra los obispos de Nicaragua llamándolos golpistas

Aunque no suelen tener un papel precisamente activo, la Iglesia católica suele estar presente en la política de los países más religiosos. Este ha sido el caso de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, cuyo papel ha sido el de servir como mediador ante la crisis desatada en la nación bajo una mesa de diálogo entre la oposición y el Gobierno del presidente Daniel Ortega. Sin embargo, su papel activo en contra la represión y los múltiples golpes que han recibido de parte de las autoridades leales al mandatario, ha terminado por dinamitar su papel hasta entonces medido, ocasionando que los miembros de la Iglesia denuncien abiertamente la violencia desatada y perpetrada por miembros del Ejército, policía y paramilitares.

La presión internacional ha ocasionado que Ortega se vea acorralado y tache a los obispos de golpistas buscando expulsarlos de la mesa de diálogo. Esto ha ocasionado que los nicaragüenses salgan nuevamente a las calles para defender a la Iglesia católica de las arremetidas verbales del presidente.

Fue a disposición de Ortega que la Iglesia, a inicios de mayo, convocara una mesa de diálogo para poder buscar una solución a la crisis política, social y económica que ya se ha saldado 300 muertos. Así los obispos llamaron a un gran grupo de personalidades del país centroamericano para buscar una solución, no solo políticos, porque a la mesa llegaron empresarios, estudiantes, campesinos, sindicalistas, feministas y académicos dispuesto a negociar con Ortega, dando vida a la Alianza Cívica.

Aunque el presidente buscaba controlar las negociaciones, nada fue como esperaba y estas terminaron permitiendo la entrada de organizaciones internacionales que han logrado documental la violencia desalmada del régimen. Al final, los obispos presentaron ante Ortega una petición que pedía el adelanto de las elecciones para marzo de 2019, algo que no agradó al presidente que se terminó negando desatando la furia de los protestantes.

Con un nuevo panorama planeado, el mandatario busca lograr que se el Sistema Centroamericano de Integración Económica (SICA), sea el nuevo garante de la mesa de diálogo apartando por completo a los obispos. La Alianza Cívica ha confirmado esto, pero se niegan a permitir que los obispos sean totalmente apartados de las negociaciones. Además, aun faltaría la aprobación de los países centroamericanos para que el SICA pueda ser parte del diálogo.

Continuando la línea anterior, sería complicado que esto pase, ya que el Gobierno de Costa Rica vive de cerca la situación nicaragüense recibiendo cada día a cientos de personas que huyen de la terrible situación del país. Carlos Alvarado, presidente de Costa Rica, ya ha dado su opinión señalando que la violencia contra los protestantes deben parar. @mundiario

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