Los efectos nocivos del azúcar en sangre

En la alimentación es conveniente incorporar la mayor variedad de colores. / Pixabay
En la alimentación es conveniente incorporar la mayor variedad de colores / Pixabay

Los niveles altos de glucosa pueden desarrollar enfermedades graves que afectan al corazón o los riñones. No obstante, la prevención es posible controlando ciertos factores.

Los efectos nocivos del azúcar en sangre

Los científicos conocen que es muy valioso controlar la concentración de azúcar en la sangre dentro de un cierto rango; los niveles altos de glucosa pueden desarrollar enfermedades graves, como por ejemplo, en el corazón y en los riñones o incluso el solo hecho de acumular grasa nos puede llevar a padecer de problemas cardíacos y diabetes tipo 2.

Los alimentos que consumimos son la principal fuente de glucosa aunque, también, lo es el hígado (en este caso, ocurre cuando no hemos comido durante un cierto tiempo; el hígado descompone el glucógeno almacenado y lo convierte en glucosa, para mantener su concentración dentro del rango normal); luego, la sangre la transporta a todas las células del cuerpo para que sea utilizada como fuente de energía.

No obstante, debemos preguntarnos, ¿qué sucede cuando la concentración de glucosa (azúcar) en sangre es muy alta?

Se puede padecer de diabetes. Y la Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que, principalmente, existen dos: la de tipo 1, que se caracteriza por una producción deficiente de insulina (o no se la produce) y requiere la administración diaria de esta hormona. Y la diabetes de tipo 2, en la que el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. En ambos escenarios se acumula glucosa en sangre por encima de valores normales. Asimismo, la diabetes tipo 1 puede aparecer a cualquier edad, aunque suele presentarse en la infancia o adolescencia. La diabetes tipo 2, la más frecuente y que, también, puede aparecer a cualquier edad, aunque es más común en personas de 40 años o más, y especialmente en las sedentarias o con un índice de masa corporal (IMC) normal, pero que presentan una alta concentración de grasa subcutánea: las personas delgadas que son metabólicamente obesas, entre otras.

Diabetes tipo 1 y 2
Diabetes tipo 1 y 2. / Autor.

¿Cuándo se diagnostica diabetes?

Antes de efectuar el diagnóstico debemos conocer la concentración de azúcar en la sangre, en ayunas. Valores inferiores a 100 mg/dl son normales; de 100 a 125 mg/dl nos indican que tiene prediabetes y los de 126 mg/dl o mayores indican que tiene diabetes (estos resultados tienen que coincidir en más de una prueba de laboratorio). Conocer estos valores es de vital importancia para evitar que el exceso de glucosa impacte sobre otros órganos y los dañe: puede causar serios problemas en los ojos, riñones, nervios (neuropatía), enfermedades cardíacas, derrames cerebrales o incluso, si se sostiene en el tiempo, puede derivar en la necesidad de amputar un miembro. Por tal razón, existen algunas recomendaciones que nos ayudarán a controlar el nivel de glucosa —azúcar— en la sangre, entre ellas:

1. Actividad física: la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene una serie de directrices en las que recomiendan realizar actividad física aeróbica, de intensidad moderada a vigorosa —bajo la gestión de un preparador físico— entre 150 a 300 minutos por semana (un mínimo de 30 minutos, durante 5 días) para todos los adultos, incluyendo a quienes padecen afecciones crónicas o alguna discapacidad; para los niños y adolescentes se sugiere un promedio de 60 minutos al día.

2. Controlar el estrés: de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés),  el estrés aumenta los niveles de azúcar en la sangre. Y la actividad física, como una simple caminata al aire libre, es una herramienta muy efectiva para bajar el estrés. Durante la caminata se pueden agregar algunos ejercicios que favorezcan la flexibilidad, movilidad, coordinación y fuerza (es sumamente conveniente mejorar el porcentaje de masa muscular).

3. Alimentación saludable (que es muy diferente a realizar dietas restrictivas): es crucial reducir el consumo de grasa para evitar el exceso de calorías que conduzcan al sobrepeso u obesidad, porque el resultado final podría ser una resistencia a la insulina, con un aumento no deseado de glucosa en sangre. Es necesario incorporar o aumentar el consumo de fibra: nos beneficiará en la prevención y alivio del estreñimiento, en mantener un peso saludable y en reducir el riesgo de sufrir diabetes, enfermedades cardíacas y algunos tipos de cáncer.  Es decir, es fundamental elegir alimentos con bajo contenido graso y pocas calorías, como los cereales integrales, las frutas y los vegetales —es conveniente incorporar una mayor variedad de colores—. Asimismo, hay que evitar el exceso de chocolates, caramelos, mermeladas, miel, helados, gaseosas, alcohol, galletas dulces, comida rápida, harina de trigo refinada, cereales azucarados, entre otros.

4. Dormir lo suficiente: a partir de la mediana edad la sugerencia es dormir un promedio de siete horas, aunque es sustancial la calidad del descanso; es suficiente hasta una sola noche, de muy poco sueño, para hacer que el cuerpo use la insulina de manera ineficaz.

¿Cuáles son los signos y síntomas de las diabetes tipo 1 y tipo 2?

Esta enfermedad puede, o no, presentar signos y síntomas; todo depende del tipo de diabetes y de la concentración de glucosa en sangre. Algunas personas, especialmente las que padecen prediabetes o diabetes tipo 2, no experimentan signos ni síntomas. En cambio tienden a presentarse y ser intensos en el caso de la diabetes tipo 1. Entre ellos se destacan:

> Aumento de la sed.

> Micción frecuente (aumento de la diuresis o de la frecuencia de orinar).

> Presencia de llagas que tardan en cicatrizar.

> Infecciones frecuentes, en las encías, piel, vagina, etcétera...

> Fatiga.

> Irritabilidad.

> Visión borrosa.

> Hambre de forma casi constante o extremo.

> Pérdida de peso sin causa aparente.

> Presencia de cetonas en la orina (las cetonas son un subproducto de la descomposición del músculo y la grasa). Normalmente, el cuerpo quema glucosa (azúcar) para obtener energía. Si las células no reciben suficiente glucosa, el cuerpo comienza a quemar grasas para conseguir energía; esto produce una sustancia llamada cetona, que puede aparecer en la sangre y en la orina. Los niveles altos de cetonas pueden indicar una cetoacidosis diabética, una complicación de la diabetes que puede llevar a un coma o incluso a la muerte. La prueba de cetonas en la sangre pueden ayudar a recibir un tratamiento temprano y a evitar una emergencia médica.

¿Cuándo debemos consultar con un médico?

En principio, si se observan algunos de los signos y síntomas mencionados anteriormente es esencial comunicarse con un médico: un diagnóstico precoz es muy valioso a la hora de comenzar con un tratamiento. Luego, si existe un diagnóstico positivo es vital realizar un seguimiento más estricto, hasta que los niveles de azúcar en sangre se estabilicen. @mundiario

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