Las previsiones del Banco de España, la Autoridad Fiscal, el BBVA y el FMI desacreditan al Gobierno

Logo del FMI.
Logo del FMI.
Si el Banco de España, la Autoridad Fiscal, el BBVA y el FMI aciertan, los Presupuestos Generales del Estado serán papel mojado, ya antes de aprobarse en el Congreso, una vez que tienen la luz verde del Gobierno de coalición.
Las previsiones del Banco de España, la Autoridad Fiscal, el BBVA y el FMI desacreditan al Gobierno

El premio Nobel de economía Paul Krugman sostiene que la inflación y el empleo actuales hablan básicamente del pasado, ya que la economía está dando la vuelta y en esta tormenta económica, que se viene encima, la Reserva Federal habría hecho lo suficiente para garantizar una menor inflación, pero también una recesión. Este análisis, concebido para EE UU, no tendría que ser muy distinto si se aplica a la zona euro –léase también España– y al Banco Central Europeo.

La tendencia del crecimiento no la estaría marcando este año, sino el que viene, donde las cosas pintan bastante mal. Y si eso es así, que parece que sí, el Gobierno de España estaría haciendo sus cuentas en el aire. ¿Por qué razón? En realidad, por dos motivos: 1) la recaudación no parece probable que resista en un año de menor crecimiento, y 2) está consolidándose un gasto –ojo a las pensiones– difícil de mantener.

Hay algo que ejemplifica bien todo esto: de las pensiones se habla mucho de lo que van a subir en 2023 –el alza de las jubilaciones eleva en más de 23.000 millones el gasto de la Seguridad Social–, pero poco de cómo se van a sostener. Por eso el objetivo del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, es doble: penalizar las prejubilaciones e incentivar las demoras en la jubilación.

La Oposición está perdiendo una buena oportunidad de analizar las consecuencias de lo que está pasando en España, en vez de soltar palabras descalificadoras, no siempre acertadas. Esto no va de descalificar, sino de contar las cosas como son.

Los Presupuestos Generales del Estado para 2023 pueden estar bien intencionados desde el punto de vista social, pero carecen de solidez en el plano económico. El Gobierno está metiéndose en un lío. 

El Gobierno de Pedro Sánchez asume un crecimiento del PIB del 2,1% para 2023, pero nadie se lo cree. Ni el Banco de la España, que habla de un 1,4%, ni la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que pronostica un 1,5%, ni menos aún el BBVA, que, situado en la estela de Paul Krugman, prevé que España sufra una recesión técnica entre el cuarto trimestre de este año y el primero del que viene, por lo que en 2023 podría crecer un 1%, la mitad de lo que calcula el Gobierno.

Tampoco el Fondo Monetario Internacional (FMI) asume la previsión del Gobierno. Tanto es así que el FMI rebaja el crecimiento de España para 2023, al tiempo que prevé estanflación en Europa, con los riesgos añadidos que eso supone para España. El aumento del PIB del 1,2% que avanza el FMI se queda así lejos de la previsión del Gobierno, si bien duplica la media de Europa, donde las economías de Alemania e Italia se contraerán.

Si el Banco de España, la Autoridad Fiscal, el BBVA y el FMI aciertan, los Presupuestos Generales del Estado serán papel mojado, ya antes de aprobarse en el Congreso, una vez que tienen la luz verde del Gobierno de coalición. Al ser 2023 un año electoral, al Ejecutivo de Pedro Sánchez le costará dar marcha atrás, pero su error puede ser aún más grave cuando lleguen las elecciones que ahora.

Las alegrías por la subida de las pensiones en 2023 no se acompañan de un modelo sostenible, lo cual puede derivar en sorpresas desagradables 

Todo indica que la recaudación no resistirá su vigor actual en un momento de menor crecimiento –o incluso recesión– y que la inflación, si se prolonga, reducirá la actividad económica y, en consecuencia, el empleo. En ese caso quedaría la opción de aumentar los impuestos para sostener el gasto, pero poco margen habría, de modo que serían necesarios los recortes.

Claro que a lo mejor esas decisiones las tiene que tomar otro Gobierno, pero en ese caso el problema sería de todos, no solo de quien sea el inquilino de la Moncloa. 

¿Queda algo más? Por desgracia, sí. Si este error de cálculo se diese en un país como Alemania, con sus cuentas bastante equilibradas, el problema tendría remedio, tirando de la deuda, pero no es el caso de España. Todavía no hay regla de gasto, pero la habrá, y la Comisión Europea ya propuso limitar el gasto en 2023 en los países endeudados como España. La vicepresidenta Nadia Calviño lo sabe mejor que nadie. @J_L_Gomez

Billetes de euro.
Billetes de euro.

AL ALZA

La deuda 

Esta legislatura España afrontó sus abundantes y graves desgracias tirando de la deuda pública, nada distinto de lo que hicieron otros socios europeos si no fuese porque el punto de partida era diferente. Mantener año tras año desfases presupuestarios de decenas de miles de millones de euros ha llevado la deuda pública al 115% del PIB y se ha acabado la pista para seguir corriendo. Ahora no solo toca echar el freno en esa deriva, sino también pagar más intereses por la deuda pública.

A LA BAJA

El PIB 

A trancas y barrancas, España parece que va a recuperar en 2024 –con años de retraso– el nivel del PIB que tenía en 2019, un año antes de la pandemia. Todos los países desarrollados hace tiempo que restablecieron su economía, pero España no. Puede que este ejercicio se cierre con cierta dignidad en términos de crecimiento, aunque con menos PIB de lo que se había dicho, pero a la vuelta de la esquina está lo peor. Sea técnica o no, la recesión es recesión y no es crecimiento. Ojo a 2023 y ojo al empleo. @mundiario


Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España. / La Moncloa
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España. / La Moncloa

PROTAGONISTAS

Pedro Sánchez

Presidente del Gobierno

Si algo no se le puede discutir es su optimismo. Tampoco su buena suerte. El problema de este tipo de cosas es que no suelen ser eternas. Si realmente quiere seguir siendo presidente tiene difícil no prestarle atención a quienes le están diciendo la verdad.  

Alberto Núñez Feijóo

Presidente del PP

Las encuestas dan por hecho que puede alcanzar resultados lo suficientemente buenos como para llegar al Gobierno. Falta mucho para comprobarlo, pero si eso puede ser así tal vez le conviene ser más preciso cuando hable de economía.

Nadia Calviño

Vicepresidenta del Gobierno

Es la persona que tranquiliza a Bruselas –léase Alemania– cuando desde allí miran a España. Hasta ahora fue controlando la situación, pero la llegada del año electoral puede hacerle perder los papeles. E incluso a cambiar su tono moderado.

Yolanda Díaz

Vicepresidenta del Gobierno

Si alguien es coherente es ella. Desde la derecha puede reprochársele todo lo que dice y casi todo lo que hace, pero no desde la izquierda y la extrema izquierda. Su problema es que España no es Suiza y que aquí tampoco el dinero nace en los árboles. @mundiario

 

Comentarios