Maduro reúne en Caracas a líderes de la izquierda más radical pero no a los más simbólicos
Este fin de semana se conmeraron los 10 años desde la muerte de Hugo Chávez, algo que el chavismo encabezado por Nicolás Maduro ha querido celebrar por todo lo alto. Por tal motivo, reunió a algunos de los líderes de izquierda de la región entre los que se cuentan al actual presidente de Bolivia, Luis Arce, y a los expresidentes de Ecuador, Bolivia, Cuba y Honduras: Rafael Correa, Evo Morales, Raúl Castro y Manuel Zelaya. Otro nombre polémico que no faltó a la cita ha sido el de el líder del régimen de Nicaragua, Daniel Ortega.
El evento tuvo el nombre de “Encuentro Mundial por la Vigencia del Pensamiento Bolivariano del Comandante Chávez en el Siglo XXI”, y su clausura fue en el Teatro Teresa Carreño con Nicolás Maduro de anfitrión. El encuentro tuvo como objetivo celebrar la memoria de Chávez, pero también debatir el futuro de la izquierda con líderes e intelectuales.
Maduro aseguró que Chávez “sigue luchando a diario por la defensa de la patria y para consolidar el proyecto bolivariano" una década después de su muerte. Durante el domingo publicó en sus redes sociales: “A 10 años de su siembra, el Pueblo transformó el dolor en fortaleza para seguir movilizado en las calles, luchando a diario por la defensa de la Patria y para consolidar el proyecto bolivariano que soñó”.
“Siempre surgen fuerzas disolventes que pretenden desdibujar el camino de la resistencia de la revolución, que pretenden aprovecharse de las dificultades. El pueblo les tiene que decir claramente ‘no’ a las fuerzas disolventes y cuidar la unión la unión política, ideológica, espiritual y moral”, manifestó el sucesor de Chávez.
Uno de los actos más seguidos fue en el Cuartel de la Montaña donde está el mausoleo de Chávez. A este no asistió Maduro, pero si dirigentes del PSUV y también varios de los invitados internacionales con Rafael Correa como principal orador ofreciendo un discurso donde llamó a Chávez su “hermano mayor” y aprovechó para feliciar a la Fuerza Armada Nacional por “mantenerse al lado del Gobierno y del pueblo frente a las agresiones externas”.
En los eventos tuvieron especial protagonismo los familiares del fallecido, entre ellos, sus padres, hermanos, sus hijas María Gabriela y Rosinés. También estuvo en primera línea el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, junto a otros miembros del gabinete y diputados. Adán Chávez, también militante del PSUV, señaló que el chavismo “debe seguir fortaleciendo la unidad popular” para conseguir ser “invencibles”.
Llama la atención que al evento hayan asistido líderes de izquierda que por algún u otro motivo se encuentran en medio de alguna polémica. En primera línea hay que señalar a Daniel Ortega, recientemente atacado por sinfín de países democráticos por desterrar a más de 200 presos políticos a los cuales también despojó de su nacionalidad. Raúl Castro, hermano de Fidel Castro, y uno de los artífices de mantener a Cuba aislada del resto del mundo. Mejores historias no tienen Evo Morales, que renunció a su cargo tras ser acusado de fraude en unas elecciones; o Rafael Correa, condenado en Ecuador por un caso de corrupción, y también el caso del expresidente Manuel Zelaya, que ahora funge como primer caballero de Honduras, pero que fue sacado a la fuerza de la presidencia tras un golpe de Estado ocasionado por la ambición del mandatario de realizar un referéndum para convocar una Asamblea Nacional Constituyente que le permitiera la reelección inmediata.
Al evento no asistieron líderes de izquierda de mayor relevancia en el actualidad como Lula da Silva, gran amigo de Chávez y reelecto como presidente de Brasil, tampoco asistieron el presidente de Argentina, Alberto Fernández, o su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner; tampoco lo hizo el presidente de Chile, Gabriel Boric, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, el de México, Andrés Manuel López Obrador... y así una lista larga de líderes de izquierda con mejor imagen que la de los rotros que se personaron en un homenaje hacía un líder que durante su guía no dejó a Venezuela destruida, pero si dejó a quienes hoy enfrentan sanciones internacionales por violación de derechos humanos y causar una de las mayores migraciones que ha visto América Latina en la actualidad. @mundiario
