Una falsa enfermedad de la madre: la mentira para llevar a las hermanas de Terrassa a Pakistán
Hacer creer que la madre de las víctimas estaba en su lecho de muerte pudo ser la trampa puesta por los hombres de la familia de Arooj y Aneesa Abbas para llevarlas a Pakistán.
El atroz crimen de las hermanas de Terrassa continúa revelando datos conforme avanzan las pesquisas. En un principio se manejó que Arooj y Aneesa Abbas, de 24 y 21 años, habrían sido amenazadas para dejar España en un avión rumbo a Pakistán, pero ahora se cree que un complot de los hombres de su familia pudo haberlas acorralado a abordar un avión pensando que su madre estaba en su lecho de muerte.
Las hermanas de origen pakistaní, pero radicadas en Terrassa desde hace varios años, viajaron a su pueblo natal para estar con sus familiares. Ambas habían sido casadas en contra de su voluntad con sus primos, por conveniencia para salir del país y llegar a España. Cuando las jóvenes reclamaron el divorcio fueron asesinadas “por honor” por varios de sus familiares, incluyendo su propio hermano.
La madre de las víctimas, Azra Bibi, llevaba tiempo de regreso a su país, presuntamente para atender a uno de sus hijos menores de edad, que vivía con otros dos. Los medios de comunicación locales afirman que, apenas al llegar a Mouzia Nothia, su familia la encierra en una habitación, cortan toda comunicación con las chicas y la aíslan del mundo amenazándola.
La policía investiga qué sucedió realmente, pero la hipótesis más sólida indicaría que tanto Arooj como Aneesa habrían sido engañadas, para regresar a Pakistán, toda vez les dijeron que su madre estaba gravemente enferma desde hace dos meses, y que quería despedirse de ellas, porque estaba a punto de fallecer. Las pesquisas tratan de esclarecer quién les compró el billete de avión o si lo habrían hecho por iniciativa propia.
La madre presenció el crimen
Una vez allí descubrieron que se trataba de una trampa, la familia presionó para que se llevaran a sus maridos a España, a pesar de nunca haber convivido como tal y que Arooj tenía un novio de origen pakistaní. Como se negaron fueron acusadas de obstaculizar unos presuntos trámites que les otorgarían las visas necesarias a los primos. Las chicas se negaron a llevarlos a vivir con ellas y reclamaron el divorcio, por lo que fueron maltratadas por sus parientes, hermanos incluidos, para que cambiaran de opinión.
Supuestamente sus hermanos, primos y tíos les recriminaron que tuvieran relaciones con otros hombres y que vistieran prendas occidentales. Finalmente, en horas de la noche mientras las jóvenes dormían, los hombres de la familia entraron en la habitación de las chicas y las asfixiaron con pañuelos al cuello y les asestaron sendos tiros en la cabeza.
Todo parece indicar que el crimen lo habrían cometido en frente de la madre, como un supuesto escarmiento por haber intercedido por las chicas y por la negativa de estas a segur con los matrimonios forzados. La policía citada en el medio Dawn señala que después del entierro de las víctimas uno de los familiares temió por la vida de Azra, que había sido amenazada, por lo que se la llevó de la casa y la puso en custodia policial donde permanece todavía.
En Pakistán permanecen seis parientes detenidos, entre los hermanos de las víctimas, los primos con los que las casaron, su suegro y otros tíos. Trascendió que la policía está en la búsqueda de otros tres hombres más por su presunta participación en el crimen. Por su parte, los Mossos d’ Esquadra investigan el entorno de Arooj y de Aneesa por orden de Fiscalía.
Los Mossos investigan el entorno de las víctimas
A pesar de no tener competencias en el caso, dado que ninguna de las víctimas poseía nacionalidad española y el crimen no ocurrió en España, los Mossos han iniciado las pesquisas desde Terrassa. Una de las primeras tareas ha sido interrogar al padre de las hermanas y a sus amigos, así como otras personas vinculadas con esta familia, como el jefe del padre, de origen pakistaní también.
El padre de las víctimas, Ghulam Abbas, inicialmente no pudo declarar ante los agentes por no contar con un intérprete de urdu. El martes con ayuda de un traductor pudo rendir su declaración. Por los momentos ha sido el único citado en la comisaría, y podría no ser su única vez en el recinto. Ghulam declaró que no tenía conocimiento ni “responsabilidad” por lo ocurrido, pues sus dos hijas se habían ido de casa, al igual que uno de los hermanos y un tío.
El jefe de Ghalum corroboró las declaraciones de su empleado, al afirmar que en efecto las jóvenes se habrían marchado de casa hace un tiempo, perdiendo el contacto con su padre. Afirmó haberse sorprendido cuando se enteró de que uno de los hermanos era uno de los presuntos autores materiales del crimen, porque “quería mucho a sus hermanas”. @mundiario