Crimen machista: Virginia vivía con su asesino pese a estar bajo protección

Policía Nacional. / @policía
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La víctima estaba incluida en el sistema Viogen, pero vivía con su agresor condenado en 2020 bajo el mismo techo en un piso de Sevilla.  

Crimen machista: Virginia vivía con su asesino pese a estar bajo protección

La víctima del más reciente crimen machista de Andalucía vivía con su agresor, a pesar de que sobre él pesara ya las denuncias por malos tratos, fuera condenado por un tribunal y que ella estuviera inscrita en el sistema de protección de mujeres víctimas de la violencia de género (Viogen) del Ministerio del Interior. Incluso, el hombre, de unos 50 años, tenía antecedentes de agresión contra otra mujer.

Alfredo y Virginia, de la misma edad y de nacionalidad boliviana, compartían una vivienda ubicada en la calle Ágata en Sevilla, donde habitaban desde hace unos cuatro años, pero fuentes señalan que habrían vivido juntos en otro piso durante otros siete años más. Hace unos años ella le denunció por malos tratos, y en 2020 el hombre fue condenado a 16 meses de alejamiento a una distancia de 300 metros y a 40 días de trabajo comunitario.

Pero a pesar de estar incluida en el Viogen, siguió habitando con su agresor, según explicó Pedro Fernández, el delegado del Gobierno en Andalucía. Este martes las autoridades han hallado su cuerpo envuelto en una gran bolsa negra oculta en los juncos del brazo del río Guadalquivir, tras estar desaparecida desde finales del mes de abril.

A la mujer se le perdió la vista el 25 de abril, a los nueve días su hermana pone una denuncia formal por su desaparición; el 4 de mayo la Policía Nacional comienza las pesquisas. Debido al avanzado estado de descomposición del cuerpo, debe esperarse a que se revelen datos de la autopsia para obtener más información, pero el juzgado que instruye su causa ha decretado secreto de sumario.

Confesó haber asesinado a su pareja

El cuerpo sin vida de Virginia fue encontrado flotando en los cañaverales, a una zona de poco acceso en el paso del río a través del popular barrio de San Jerónimo. El hallazgo se produjo después de que el propio Alfredo confesara a los agentes, tras ser detenido, que había asesinado a su pareja porque quería terminar su relación, y que había escondido las evidencias en el Guadalquivir.

No obstante, los agentes intentan averiguar si Virginia falleció el mismo día de su desaparición, como indica las condiciones de sus restos, o si estuvo un tiempo retenida contra su voluntad en medio de su desaparición hasta ser asesinada a manos de su pareja. Nuevamente será el informe forense que esclarezca la incógnita.

A diferencia de otros casos de desaparecidos, los agentes de la Policía Nacional decidieron no recurrir a los canales habituales para difundir una desaparición. Tenían la fuerte sospecha de que Virginia ya estaba muerta, y que su asesino habría sido Alfredo, por lo que no publicaron su identidad en ningún lado para evitar dar pasos en falso que pudieran alertar al sospechoso, ante el riesgo de nunca poder conocer el paradero del cuerpo de la víctima.

Así, los oficiales comenzaron a cercar al hombre, poco a poco hasta reunir pruebas suficientes que dos meses después derivaron en su arresto en su domicilio. Sus vecinos dicen que solía emborracharse y hacer fiestas, y que se comportó “muy tranquilo” en medio de la desaparición de Virginia. En manos de la Policía, Alfredo confesó haberla matado, y otras dos personas de su entorno, de identidad desconocida por el momento, han sido detenidas por el delito de encubrimiento. @mundiario

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