Estados Unidos se abre a negociar la limpieza del accidente nuclear de Palomares

Tierras contaminadas con plutonio por el accidente nuclear de Palomares / Captura de pantalla
Tierras contaminadas con plutonio por el accidente nuclear de Palomares / Captura de pantalla

Washington comunicó a España su disposición de negociar el cumplimiento del acuerdo que suscribió en 2015 con Mariano Rajoy.

Estados Unidos se abre a negociar la limpieza del accidente nuclear de Palomares

El Gobierno estadounidense ha comunicado a España su disposición para negociar la limpieza de las parcelas que todavía están contaminadas por el accidente nuclear de Palomares, hace 57 años, en la costa almeriense. En alrededor de 40 hectáreas hay presencia de plutonio desde que en enero de 1966 colisionaron en vuelo dos aviones del Ejército de Estados Unidos.

Las negociaciones para descontaminar la zona están en pie desde hace años. De hecho, en 2015 se llegó a un acuerdo político (sin vinculación jurídica) por el que España se encargaría de la limpieza y EE UU se quedaría con las tierras radiactivas. Un pacto que nunca se desarrolló y los diferentes cambios de gobierno en ambos países dejaron el asunto en un limbo.

Ahora bien, parece que llegó la hora de resolver este asunto. Y es que, la retirada de las tierras figurará en la agenda del encuentro que mantendrán el próximo viernes 12 de mayo en la Casa Blanca el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el mandatario estadounidense, Joe Biden. Esto ocurre después de que el Ejecutivo español enviara en marzo, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, una petición formal a Washington para que procediera a la retirada de las tierras contaminadas conforme a un acuerdo no escrito alcanzado en 2015 con Mariano Rajoy en Moncloa y Barack Obama en la Casa Blanca.

Un accidente en plena Guerra Fría

La contaminación en las pedanías almerienses de Palomares y Villaricos fue provocado por el choque entre un B-52 y un avión cisterna KC-135 del Ejército de EE UU durante una operación de repostaje en vuelo el 17 de enero de 1966. El B-52 iba cargado con cuatro bombas termonucleares que cayeron a tierra sin explotar. Sin embargo, dos se rompieron y dispersaron la carga de plutonio.

El suceso es particularmente recordado por el baño que se dio el entonces ministro de Información del régimen franquista, Manuel Fraga, con el entonces embajador estadounidense en España dos meses después en la playa de Palomares para enviar un mensaje de tranquilidad a la población, mientras en secreto las autoridades españolas y estadounidenses buscaban contrareloj las bombas, que no habían estallado.

Tras esto, hubo una primera limpieza y Washington pagó algunas indemnizaciones a los vecinos afectados. Pero en 2007 un estudio del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas, dependiente de Ministerio de Ciencia (Ciemat), confirmó que el Ejército estadounidense se había dejado un rastro de contaminación: restos de plutonio repartidos por unas 40 hectáreas.

Esas parcelas, con unos 50.000 metros cúbicos de arena contaminada, fueron valladas. Y en 2010 se elaboró un primer proyecto de limpieza, pero en el que la principal duda era qué hacer con los residuos radiactivos resultantes del proyecto de descontaminación, para los que España no dispone de ningún almacenamiento adecuado. El plan pasaba por compactar y filtrar la tierra afectada para dejarla en unos 6.000 metros cúbicos, y el acuerdo de 2015 incluía que esos residuos fueran llevados hasta las instalaciones que tiene Estados Unidos en el desierto de Nevada. No obstante, el preacuerdo no paró en nada debido a los siguientes cambios de gobiernos. @mundiario

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