Bárcenas deja entrever sobornos en el Gobierno de Aznar desde el PP

Luis Bárcenas, extesorero del PP, hablando con dos agentes de la Policía Nacional afuera del Tribunal de Cuentas en Madrid. / RR SS
Luis Bárcenas, extesorero del PP, hablando con dos agentes de la Policía Nacional afuera del Tribunal de Cuentas en Madrid. / RR SS
La justicia investiga distintas ramas de corrupción en el Gobierno del PP de la Comunidad de Madrid. La financiación también era el modus operandi del PP en el Gobierno de Aznar.
Bárcenas deja entrever sobornos en el Gobierno de Aznar desde el PP

La corrupción ha destapado una caja de Pandora en el Partido Popular, ese exponente de la derecha española que durante años gobernó el país con una opacidad que perdió eficacia hasta hoy; eficacia para mantener implícito lo que en este momento es objeto de sendos procesos penales en curso contra varios reconocidos líderes del PP. Décadas de financiación irregular ponen en jaque a los presupuestos de esa tolda política. 

Y es que Luis Bárcenas ha anunciado a la Fiscalía Anticorrupción su intención de aportar información sobre, al menos, dos grandes causas por corrupción que investiga la Audiencia Nacional contra el Partido Popular, señalado por el origen ilícito de fondos que perjudicaron varios proyectos de infraestructura y de desarrollo público nacional durante la administración de José María Aznar (1996-2004). 

Esto implica que los posibles delitos a imputar en caso de que sea hallada la culpabilidad de los acusados son cohecho, malversación de fondos, financiación ilícita y, posiblemente, un cargo por prevaricación ante la probable omisión deliberada que asumió el entonces presidente del Gobierno (Aznar).

Bárcenas, extesorero del PP, quien cumple una condena de 29 años de cárcel por el caso Gürtel, apunta información a la Fiscalía de que, presuntamente, pudieron existir “contratos amañados a favor de empresarios que donaban dinero al PP”. Durante esos ocho años comenzó a gestarse el entramado de intereses que conectaron al Partido Popular con la cúpula empresarial española para formar una especie de alianza política-financiera. El partido necesitaba dinero para los gastos de sus campañas rumbo a las legislativas y a las próximas elecciones generales, así que recurrió a la alteración presupuestaria de su caja sin rendir cuentas claras en declaración de impuestos al Estado.


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Además, entre los documentos que le confiscaron a Bárcenas durante la operación policial Kitchen, figuraban presupuestos del PP de Madrid que demostrarían supuestamente la financiación ilegal de las campañas electorales de Esperanza Aguirre. Se creó toda una red de manipulación en la contabilidad del partido hasta extenderse más allá de la capital.  

Ahí entra en la ecuación el caso Púnica, que investiga distintas ramas de corrupción en el Gobierno del PP de la Comunidad de Madrid. Igualmente, la financiación también era el modus operandi del PP desde el epicentro del poder político en España. Y la trama trascendía las fronteras madrileñas; tres expresidentes regionales —Esperanza Aguirre, Ignacio González y Cristina Cifuentes— están imputados. Sus agravantes anulan la posibilidad de alguna medida cautelar o beneficio procesal. La investigación que les afecta refleja algunos indicios de la supuesta financiación ilegal que alimentó las campañas electorales de Aguirre, quien ganó por mayoría absoluta en los comicios de 2003, 2007 y 2011.

El gran error del PP es que nunca fue transparente, al menos durante ese período. El extesorero del partido azul Luis Bárcenas era responsable de administrar y resguardar los documentos financieros del PP en Madrid, entre ellos; cheques, extractos bancarios y otros documentos contables que daban fe numérica y contable del desmedido gasto electoral del PP de Aguirre, con sobrefacturaciones presupuestarias que excedían los límites financieros estipulados por la justicia. 

Claramente, el PP buscaba ganar las elecciones autonómicas a como diera lugar. Ese exceso de gastos nunca fue reportado por Bárcenas al Tribunal de Cuentas, presuntamente, por presiones de la cúpula de los ‘populares’. Dicha instancia del Tribunal Supremo constató la situación al comparar las cifras recogidas en la documentación que poseía Bárcenas y la remitida al organismo fiscalizador por el PP de la Comunidad de Madrid bajo adulteraciones en la contabilidad del partido. La opacidad del dinero ensombrece la ya decadente reputación política de un PP que brega por regresar al poder, pero hasta ahora sin una hoja de ruta clara ni propuestas viables para los españoles. @mundiario

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