Charlene de Mónaco, una princesa por 'contrato'

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Charlene y Alberto de Mónaco con sus hijos, el príncipe Jacques y la princesa Gabriella de Mónaco. / RR SS.
Se ha escrito mucho sobre el matrimonio entre el soberano monegasco y la sudafricana. Tras un año desaparecida, la princesa habría vuelto tras cerrar un 'contrato' con su esposo.
Charlene de Mónaco, una princesa por 'contrato'

Los matrimonios reales son todo un evento mundial lleno de pompa y mucha expectación. Por lo general, vemos a una novia extasiada llegando al altar para estar junto a su amado. Pero hay una boda real que no nos llenó de tanta alegría, fue esa celebrada en el Palacio Grimaldi los días 1 y 2 de julio de 2011 entre el soberano Alberto de Mónaco y la sudafricana Charlene Wittstock. La novia parecía que caminaba hacia su funeral y la tristeza que le invadía perdura hasta el día de hoy.

La princesa Charlene estuvo un año desaparecida tras un viaje que hizo a Sudáfrica y que terminó en tres operaciones por un problema de salud que le impidió viajar. Cuando volvió a Mónaco a finales del año pasado, no se quedó más de unos días, luego el Palacio anunció que la princesa había terminando en un lugar lejano para recuperarse de las dolencias físicas y mentales de le dejó su larga enfermedad.

Los medios rosas luego dieron la noticia de que la princesa se estaría recuperando en un lujoso centro de salud mental ubicado en Suiza. Así Charlene completó un año lejos de su familia y amigos, donde no estuvo presente en el cumpleaños de sus hijos en diciembre ni en las celebraciones navideñas.

El Palacio dio la noticia de que la princesa volvió a 'casa' semanas atrás y presentó una idílica foto durante la Pascua junto a su esposo e hijos. Pero desde que la princesa hizo su gran aparición con nuevo tono y corte de cabello, hay una cosa que no ha cambiado y que sigue siendo muy obvia: el semblante triste de Charlene.

Ahora la revista francesa Voici ha lanzado un bombazo sobre la relación que actualmente mantiene el príncipe soberano y su princesa consorte. Según esta publicación, la pareja ha firmado un acuerdo multimillonario para que Charlene siga siendo la princesa de Mónaco en apariencia. El acuerdo manifiesta que la princesa percibirá un 'sueldo' de 12 millones de euros y asistirá a los grandes eventos de Mónaco junto a su esposo como el Baile de la Rosa, porque todo parece indicar que Charlene se irá a vivir a Suiza, donde planea establecerse de forma definitiva. 

Además también establece el futuro de los mellizos, Jacques y Gabrielle. Los herederos permanecerán en Mónaco con su padre, mientras que en vacaciones estarán con su madre y ella tendrá plena libertad para visitarles fuera de los actos oficiales del Principado. 

Esta realidad, de ser cierta, confirma la nula relación que tiene la princesa con el padre de sus hijos. Y si te preguntas las razones para no separarse... bueno, sería un momento algo bochornoso si tomamos en cuenta que el propio soberano ha negado una y otra vez los rumores de divorcio asegurando que él y su esposa están en perfecta sintonía. A esto debemos sumar el peso de la familia Wittstock en Mónaco. Poco después de la reaparición de Charlene, saltó la noticia de que su hermano Gareth había conseguido la nacionalidad monegasca el pasado 27 de abril, esto reafirma su posición en Mónaco donde ejerce de secretario general de la fundación que lleva el nombre de la princesa. Tanto Gareth como otros miembros de la familia Wittstock se benefician de estar organización que a su vez, depende de la familia Grimaldi. Un divorcio no dejaría muy bien los Wittstock. @mundiario

 

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