Elon Musk y Twitter: ¿qué pasa en la guerra de poder por la red social?
El objetivo de Musk es preservar la libertad de expresión pese a personajes tan controvertidos como Donald Trump o los nacionalistas rusos.
¿Hasta qué punto hay que preservar la libertad de expresión? Elon Musk ha encendido este debate luego de que afirmara que su decisión de hacerse con el poder absoluto de Twitter se basa en la necesidad de preservar la libertad de expresión sin importar si está de acuerdo o no con quienes escriben dentro de la red social.
En los últimos años, Twitter se ha dado a la tarea de sacar de la red social ha aquellos que considere una amenaza contra la verdad, es decir, aquellas personas que perpetúan las llamadas ‘fake news’. Así hemos visto como decidieron cancelar de forma permanente la cuenta oficial del expresidente Donald Trump o bien, en plena guerra de Ucrania han decidido ir sacando de la red a las cuentas que difunden noticias falsas sobre la invasión o apoyan las acciones del Kremlin.
Musk no está de acuerdo con esto. No es que esté a favor de las fake news o apoye a Rusia en su invasión, sino que su pensar se dirige más hacía permitir que cualquiera pueda expresarse desde Twitter sin importar su ideología. Por dicha razón, el millonario excéntrico lanzó una interesante suma para hacerse con todo el control: 43 millones de dólares a cambio del poder total de las acciones.
La píldora venenosa
Ante lo que consideran un ataque de parte del millonario, la junta directiva de Twitter ha decidido armarse contra una posible adquisición hostil de parte del sudafricano y lanzan una "plan limitado de derechos de los accionistas", que también es conocido en el mundo de las finanzas como "píldora venenosa".
Con esta medida, la junta directiva conseguirá que nadie obtenga más del 15% de las acciones de la empresa, evitando que una sola persona consiga el poder total sobre ella. Con esto, también permiten que terceros tengan accesos a las acciones con descuentos cuantiosos.
La junta directiva tomó rápidas acciones y presentó la iniciativa ante la Comisión de Bolsa y Valores de EE UU y luego emitió un comunicado donde explicaban sus razones señalando la propuesta "no solicitada y no vinculante de Musk de adquirir Twitter". En el mundo de la economía, se le llama propuesta hostil de adquisición cuando una empresa intenta comprar otra sin que esto contemple los deseos de la gerencia, en este caso, de la junta directiva de Twitter.
La junta directiva parece no tener problemas con vender el resto de las acciones, pero a su parecer la cifra de 43 millones no es suficiente y dado que Musk no está dispuesto a subir la apuesta, decidieron tomar acción a través de la “píldora venenosa”.
En la actualidad, Musk posee el 9,2% de la empresa, lo que lo convierte en un accionista importante pero no el principal. Algunos expertos creen que sus acciones para obtener Twitter han sido demasiado agresivas, sin mencionar la publicidad que ha conseguido a cuesta de armar la polémica. El empresario mantiene que no está de acuerdo con la necesidad de la empresa de liminar la libertad de expresión, algo que antes era fundamental para quien iba a expresarse a través de dicha red social. @mundiario
