Mientras Garitano hundía al Deportivo, Tino y su junta tocaban la pandereta

Garitano.
Garitano, entrenador del Deportivo. / RRSS

Por desgracia se han cumplido los peores pronósticos y, tras un comienzo de año desastroso, el Depor ya se encuentra flirteando con el descenso y bordeando el ridículo.

Mientras Garitano hundía al Deportivo, Tino y su junta tocaban la pandereta

Cuando se habían disputado 13 jornadas de liga, publiqué el 30 de noviembre un artículo titulado El Deportivo con Tino y Garitano camina con paso firme hacia el precipicio por el que me dieron más palos que a una estera. Un mes más tarde, coincidiendo con el final de la primera vuelta, escribí el artículo El Deportivo firma una triste primera vuelta por culpa del antifútbol de Garitano y ahí muchos aficionados me mazaron como si fuese un pulpo por afirmar que era un desastre haber sumado 19 puntos en 19 partidos.

En ambos artículos me limitaba a resaltar que el Deportivo no jugaba a nada, que ofrecía un nivel futbolístico muy por debajo de la calidad exigible a su plantilla y que la culpa de eso la tenían la ineptitud del entrenador – a su currículum en la élite me remito – y la parsimonia con la que la junta estaba afrontando (más bien pasando) la situación.

La comparación con equipos 'de su Liga' es sencillamente vergonzosa.

Si al final de la primera vuelta equipos con no mejores plantillas que la del club coruñés ya le sacaban un buen número de puntos – Alavés +4, Las Palmas +6, Eibar +7 o Real Sociedad +16 - , cuatro jornadas más tarde (si bien es cierto que el Deportivo tiene un partido pendiente contra el Betis) los blanquiazules siguen anclados en los 19 puntos y las diferencias con los cuatro equipos anteriores ya son sonrojantes (Alavés +11, Las Palmas +9, Eibar +16 y Real Sociedad +22).

Hasta estos momentos la junta y gran parte de la afición y de la prensa local permanecieron impasibles con la disculpa peregrina de que el equipo estaba fuera de las posiciones de descenso. Y eso, desgraciadamente, lo tapaba todo. Pero resulta que ahora los de abajo han espabilado un poco y el Deportivo ya solo tiene un partido de ventaja sobre el penúltimo clasificado, por lo que las alarmas han saltado y ya se están pidiendo que rueden cabezas.

Ya no vale de nada agarrarse a los soniquetes que se han repetido desde principio de temporada para intentar ocultar la mediocridad del juego del equipo, y ya ni lo más conformistas encuentran consuelo en las disculpitas de perdedor de echarle la culpa a los árbitros, al límite salarial, a la lluvia o a la famosa mochila. Ni cuela ya la pamema de que el fútbol es cruel con el Deportivo. Más bien habría que decir que el fútbol del Deportivo de Garitano es cruel con los aficionados.

Ahora vienen la prisas y la afición pide cabezas... precisamente en el momento más inoportuno

Ahora todo el mundo reclama que se tomen las decisiones que se tenían que haber tomado hace meses y, de momento, todo queda aplazado hasta el final del partido que disputará frente el Leganés. Según parece, si el Deportivo pierde, Garitano habrá cavado su fosa en Butarque. Y si gana o consigue un triste empate, prorrogará su agonía durante alguna semana más, porque el calendario que le queda por delante es de agárrate y no te menees: Atlético de Madrid, Sporting, Barça, Betis y Celta... mi madriña.

A la vista de este panorama, la llegada de un nuevo entrenador a estas alturas no parece lo más razonable, ya que no tendría tiempo para aplicar sus ideas y cambiar los sistemas y automatismos del juego. Además hay que recordar que Garitano es de los entrenadores que producen en los equipos por los que pasa el efecto tierra quemada, es decir, que tardan en recuperarse de su desastrosa planificación, tanto a nivel táctico como físico.

Por ello, y a la vista de que Tino y su junta son expertos en ponerse de perfil y tocar la pandereta, lo mejor es que se marquen un Rajoy, que de aquí a final de temporada no hagan nada y que los rivales se despellejen entre ellos... que parece que no estoy diciendo nada y os lo estoy diciendo todo.

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