Luis Fernando Suárez firma por cuatro años más al frente de la #SeleTica

No todos los amores resultan de una relación uno a uno, los hay también de uno a muchos que se construyen a partir de proyectos casi imposibles, de causas que parecen perdidas por dónde sea que se las mire que no permiten siquiera vislumbrar un final feliz y que como resultado, anticipan una ruptura pronta y dolorosa.  Este era el panorama para los ticos, hundidos en la tabla de puntaje al final de la primera ronda en la eliminatoria de la zona de Concacaf y con opciones mínimas de clasificar a la Copa Mundial de Fútbol de Qatar 2022, y ya sabemos que ante un escenario como este, el hilo se rompe por la parte más delgada y sería el técnico Suárez el llamado a ser cesado en forma tempranera.  Pero si el semblante es sereno, la convicción es firme y los años vividos (como la añada de un buen reserva de La Rioja) son respaldo sólido para encarar el reto de convencer, enamorar y enamorarse, puede que resulte, se logre vencer y una nueva etapa en la vida pueda comenzar.

Pienso que la entrega del amuleto de las “tenis rojas” que el míster Luis Fernando Suárez le hizo al señor Presidente de Costa Rica, durante una ceremonia de reconocimiento por haber logrado la ansiada clasificación de la #SeleTica al mundial de Qatar, fueron como la entrega del anillo y las arras en una ceremonia nupcial, sellando el compromiso del “Profe” para continuar cuatro años más al frente de la selección nacional de fútbol, cuatro años que en esta profesión, son una vida entera.

Suárez, lo confirma su representante, pone en altísima estima el nivel de alfabetización de Costa Rica, gente inteligente a la que no puedes obligar sino convencer.  Esto lo confirmó en la interacción del cuerpo técnico con los jugadores en el campo de juego y en las concentraciones, al punto de señalar, que no había trabajado antes con un grupo de futbolistas que pidieran tantos libros como los seleccionados ticos.  Luis Fernando es un tipo culto y amable que gusta de la buena comida, lo digo porque ya van varias veces en las que he coincidido con él, en un concurrido restaurante de carnes al oeste de la capital y lo he observado haciendo gala de sus buenos modales y de ese don de gentes que tanto gustan a los ticos.

El es colombiano y junto con sus compatriotas ha de haber enfrentado el dolor de aquella época de acciones propiciadas por los carteles de la droga y que García Márquez en mayo de 1996, describió en las Gratitudes de “Noticia de un secuestro” como el “…holocausto bíblico en que Colombia se consume desde hace más de veinte años”, esas heridas han cicatrizado y el pueblo las ha dejado atrás.  Hoy, transcurridos más de veinte años desde aquellos hechos y asentado en Costa Rica, Suárez se avienta a correr 14 km por las soleadas calles de su capital San José, en plena camaradería con su círculo de colaboradores más cercanos y los representantes de la Federación Costarricense de Fútbol y firma un nuevo contrato hasta el mundial del 2026.

Ha cambiado su vida, se ha sentido a gusto con el clima primaveral, con el olor a café fresco, tan bueno o mejor que el de su tierra natal, con la idiosincrasia del pueblo tico tan parecido en su forma de hablar al colombiano, gente noble y alfabetizada que lo enamoró y lo convenció de echar raíces aquí, a diez grados al norte del Ecuador.

Vendrá el Mundial y la #SeleTica se apresta para grandes batallas, con España y Alemania ya confirmados en el calendario de juegos, ¡Suelten ese toro! se escuchará en todos los rincones del país que si algo los ticos sabemos hacer bien, es ganarle a selecciones campeonas del mundo.  Allá en Medio Oriente el mister con sus legiones presto para competir y acá todo un pueblo listo para corear sus goles, con “las tenis puestas” para salir a festejar; al sonido de las campanas de nuestras iglesias y de las sirenas que no llaman a un refugio buscar, sino a reunirse con los “compas” y la fiesta de  Brasil volver a celebrar. @mundiario