Detenidas 1.200 personas tras la orden de desalojo emitida por el Supremo de Brasil

Asalto del Congreso en Brasil. / RR SS.
Asalto del Congreso en Brasil. / RR SS.
Los partidarios del expresidente Jair Bolsonaro se concentraron en el mismo asentamiento que les sirvió para iniciar con las invasiones contra las sedes de los poderes públicos. 
Detenidas 1.200 personas tras la orden de desalojo emitida por el Supremo de Brasil

Durante el domingo, segudiores radicales del expresidente Jair Bolsonaro se reunieron frente al cuartel general del ejército para concentrarse y de allí partir a invadir los principales edificios del Estado brasileño, siendo afectadas las sedes del Congreso, la Presidencia y el Tribunal Supremo.

Por unas cinco horas, los partidarios se desplegaron por las sedes de los poderes públicos brasileños causando destrosos y la indignación de la clase política del país. A última hora, una parte decidió regresar directamente a sus casas o alojarse en hoteles; mientras que otros se dirigieron a pie al campamento que mantienen frente al cuartel general del ejército desde que Bolsonaro fue derrotado por el ahora presidente Lula da Silva el pasado mes de octubre.

Ante los ataques a las sedes de los poderes del Estado, el magistrado del Tribunal Supremo Alexandre Moraes ha ordenado a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado liberar cualquier tipo de vía o edificio público ocupado por los manifestantes, cuestión que incluye los campamentos. Por otro lado, apartó de su cargo al gobernador del Distrito Federal de Brasilia, Ibaneis Rocha, por unos 90 días.

Desde hace meses, los partidarios del exmandatario acampan en las dependencias del ejército pidiendo “socorro” a las Fuerzas Armadas para evitar el “regreso del comunismo”. Tras el caos generado durante el domingo, ya pasada la medianoche, las fuerzas policiales lograron blindar la plaza de los Tres Poderes con bloqueos de casi dos kilómetros a la redonda, por lo que ahora acercarse a las sedes es imposible.

Hasta ahora, las autoridades han detenido a 300 personas implicadas en las invasiones a las sedes de los poderes. Las autoridades ahora tienen en la mira el famoso campamento debido a que en términos simples, ha sido desde allí donde se ha iniciado todo el movimiento que, a todas luces, ha sido visto como un ataque a la democracia brasileña. El juez del Supremo Alexandre de Moraes ordenó que el campamento sea desmontado de forma inmediata. De igual forma, determinó que la misión sea llevada a cabo por la Policía Militar del Distrito Federal y en caso de ser necesario, pidió la intervención de la Fuerza Nacional y de la Policía Federal.

A lo anterior, Moraes determinó el comandante militar del cuartel general del ejército deberá prestar toda la ayuda necesaria. “Absolutamente nada justifica la existencia de campamentos llenos de terroristas, patrocinados por diversos financiadores y con la complacencia de autoridades civiles y militares”, expresó el juez.

Los actos vandálicos acabaron con despachos enteros, muebles, obras de arte y objetos históricos de los edificios más importantes del país. Queda por ver el manejo de Lula en esta crisis que aparece a inicios de su Gobierno. Por su parte, el expresidente Jair Bolsonaro, negó de forma muy tibia los ataques y pidió tranquilidad a sus seguidores, recordando que él aceptó la victoria de Lula.

1.200 personas retenidas

Los agentes de la policía militar del Distrito Federal (Brasilia) y de la Fuerza Nacional de Seguridad de Brasil se encargaron de desalojar al campamento montado frente al cuartel general del ejército.

La información fue confirmada por el portavoz del Ejército, coronel Marcos Andrpe Benzecry, quien afirmó que fueron desalojadas "entre 1200 y 1400 personas". Los bolsoronistas no fueron detenidos, pero si los llevaron a un lugar donde serán requisados e identificados. "Ahí es donde empieza la investigacion para ver si tienen algo que ver con los actos vandálicos de ayer", aseguró el portavoz.  @mundiario

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