Maduro es recibido en la comunidad diplomática durante la cumbre de presidentes sudamericanos en Brasil

Presidentes de América del Sur. / @petrogustavo.
Presidentes de América del Sur. / @petrogustavo.
Lula se propone formar un bloque poderoso en Latinoamérica, de la misma forma que lo hizo años atrás con Rafael Correa, Néstor Kirchner o Hugo Chávez. Esta estrategia del mandatario ayuda al presidente venezolano a rehabilitar su imagen.
Maduro es recibido en la comunidad diplomática durante la cumbre de presidentes sudamericanos en Brasil

La imagen de Nicolás Maduro empieza a rehabilitarse, al menos, a nivel regional. Ahora que Juan Guaidó ya no es presidente interino y la oposición venezolana sigue fracturándose perdiendo credibilidad internacional, Maduro empieza a salir de su escondite en Venezuela y acepta la invitación del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, para una cumbre de presidentes sudamericanos.

Maduro fue recibido este martes como un igual en una cumbre informal convocada en Brasilia por Lula da Silva. El objetivo del mandatario brasileño es volver a formar un bloque unificado de América Latina tal como ocurrió años atrás, durante sus anteriores mandatos donde llegó a ser muy cercano con otros presidentes socialistas como los fallecidos Néstor Kirchner y Hugo Chávez; o Rafael Correa. 

Lula también es un impulsor de rehabilitar la imagen del presidente venezolano y aunque esta cumbre no es oficialmente para poner fin al aislamiento de Maduro, si que ayuda a la imagen del sucesor de Chávez en el panorama internacional. Tras dejar la presidencia, pasar un tiempo en la cárcel y salir de nuevo victorioso en la política, Lula se ha mostrado como una suerte de paladín entre sus homológos en la región, a quienes quiere empujar a la unión independientemente de sus diferencias ideológicas buscando principalmente la cooperación conjunta para formar un bloque sólido que pueda hacer frente a pontencias como EE UU, la Unión Europea o China.

A la cumbre, solo faltó la presidenta peruana Dina Boluarte. Fue Lula quien abrió la reunión haciendo referencia al fracaso: “En la región, dejamos que las ideologías nos dividieran e interrumpieran el esfuerzo de integración. Abandonamos los canales de diálogo y los mecanismos de cooperación y, con eso, perdimos todos”. Por dicha razón, animó a sus colegas a renovar “el compromiso con la integración sudamericana”, y aseguró que “ningún país puede hacer frente solo a las amenazas sistémicas actuales. Solo actuando juntos lograremos superarlas”.

El encuentro entre Maduro y los otros 10 mandatarios -sin contar a Lula- junto al representante Perú, ocurrió a puerta cerrada y por ahora han evitado referirse a la presencia del presidente venezolano. Solo el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, dejó ver cierta incomodidad: “Quedé sorprendido cuando se habló de que lo que ocurre en Venezuela es una narrativa”, dijo sobre el discurso de Lula. También se refirió a los principios incluidos en la declaración final de la cumbre: “Cuando pongamos la firma, no tenemos la misma definición, que creo que es una, la de la Real Academia Española, de lo que son el respeto a las instituciones, los derechos humanos y la democracia”.

Lula ha sido criticado dentro y fuera de su país por su apoyo a Maduro pero también por su ambigüedad a la hora de referirse a la invasión de Ucrania. La prensa de su país le critica por tenderle la mano al líder chavista, al que se acusa de ser autoritario y suprimer la democracia en Venezuela. En su discurso, Lula si pidió directamente a Maduro celebrar elecciones libres y demócraticas en el país.

El único que accedió a hablar con la prensa a su llegada fue el presidente de Colombia, Gustavo Petro. “América Latina debe tener una voz unificada porque tiene una gran potencialidad. Tiene en su propio territorio varias de las soluciones importantes a la crisis integran de la humanidad”, señaló.

Los presidentes que acudieron a la cumbre llamada por Lula fueron Nicolás Maduro (Venezuela), Gustavo Petro (Colombia), Luis Lacalle Pou (Uruguay), Alberto Fernández (Argentina), Mario Abdo Benítez (Paraguay), Luis Arce (Bolivia), Guillermo Lasso (Ecuador), Gabriel Boric (Chile), Irfaan Ali (Guyana), Cha Santokhi (Surinam) y por Perú se presentó el primer ministro, Luis Alberto Otarola.

Durante el mandato de Jair Bolsonaro, Brasil se convirtió en una paria debido a las políticas explosivas del presidente, comparado con Donald Trump. Ahora el objetivo de Lula es convertir a Brasil en un líder del bloque sudamericano y tampoco ha ocultado que estaría encantado de resucitar a Unasur, pero eso no dependerá de él, sino de sus homológos, los cuales tienen ideas muy distintas a quienes fueron sus 'compiches' en aquella época. 

La cumbre no tiene ninguna agenda oficial y la idea es reunir a los líderes de la región para conversar con franqueza sobre los pasos a seguir en un futuro próximo. Por dicha razón, la encuentro también acudieron los cancilleres y algunos asesores. 

Durante su discurso inicial Lula pidió “una América del Sur fuerte, con confianza en sí misma y políticamente organizada, amplía las posibilidades” que pueda hacer frente de forma conjunta a los diferentes problemas que puedan haber en el futuro ya sea una nueva pandemia, la inflación o el cambio climático. El presidente aseguró que juntos podrían llegar a ser la quinta economía del mundo, se ha mostrado partidario de que los bancos de desarrollo regionales actúen de forma concertada para financiar proyectos y apuesta por un mecanismo monetario conjunto para reducir la dependencia tanto del dólar como del yuan.

"Somos una región de paz, sin armas de destrucción masiva, y donde las disputas se resuelven por la vía diplomática", aseguró el mandatario. @mundiario

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