Una nueva técnica no invasiva abre la puerta a tratamientos neurológicos sin precedentes

Terapia de ultrasonidos de baja frecuencia para tratar enfermedades neurodegenerativas. / Insightec
Terapia de ultrasonidos de baja frecuencia para tratar enfermedades neurodegenerativas. / Insightec

Una investigación hispano-japonesa demuestra cómo una terapia de ultrasonidos de baja frecuencia puede abrir la una inexpugnable barrera cerebral para aplicar fármacos en zonas complicadas.

Una nueva técnica no invasiva abre la puerta a tratamientos neurológicos sin precedentes

Una investigación hispano-japonesa, liderada por un equipo del Centro Integral de NeuroCiencias de HM Hospitales (​HM CINAC), ha conseguido dar un paso clave para lograr tratamientos genéticos más localizados y menos invasivos contra el párkinson y otras enfermedades neurodegenerativas, que abre la puerta a nuevas formas para combatir patologías cerebrales.

Durante mucho tiempo, los tratamientos para las enfermedades neurodegenerativas se han topado con un muro, prácticamente inexpugnable, llamada barrera hematoencefálica, una compleja red de vasos sanguíneos y células inmunes que protegen al cerebro de varios patógenos, pues solo se abre para dejar paso al oxígeno y unos cuantos nutrientes. Pero esta protección también deja por fuera varios medicamentos diseñados para tratar enfermedades neurológicas, por lo que se suelen requerir tratamientos invasivos para sortear la muralla y aplicar el tratamiento en el lugar necesario.

Pero ahora el estudio publicado en la revista Science Advances muestra cómo abrir una rendija de esa muralla impenetrable, al menos por un tiempo determinado, para dar paso a los medicamentos que necesitan llegar a partes precisas del cerebro, por lo que en teoría se podrían aplicar fármacos para tratar el párkinson, el alzhéimer o la enfermedad de Huntington. La investigación ha demostrado que la barrera hematoencefálica se puede abrir durante un periodo de tiempo gracias a una técnica novedosa que revoluciona el campo de la neurobiología.

Se trata de los ultrasonidos de baja intensidad, un tratamiento no invasivo que se lleva a cabo en una costosa máquina similar a la de resonancias magnéticas, en la que el paciente utiliza un casco que emite ondas de sonido inaudibles que consiguen llegar a zonas determinadas del cerebro, gracias a una guía de imágenes cerebrales en tiempo real. Las frecuencias sónicas interactúan con unas burbujas lipídicas que se le aplican al paciente, que se estimulan dentro de los vasos sanguíneos y abren una rendija milimétrica de la barrera que permitirá que el fármaco se cole hasta el cerebro.

Abre la puerta a técnicas no invasivas

Los investigadores han practicado esta técnica en monos, y han comprobado que se puede abrir la barrera hematoencefálica durante unas 24 horas, en las que lograron introducir exitosamente adenovirus desactivados, que usualmente se emplean como vehículos para transportar un gen reparador (en terapia génica) hasta un tejido específico. Además, esa misma técnica consiguió desactivar la barrera temporalmente de tres pacientes con párkinson.

Hasta ahora, no se conoce ninguna cura para enfermedades como el párkinson, que causa temblores, rigidez corporal y descontrol de los movimientos que se producen a raíz de la muerte de neuronas en una zona interna del cerebro llamada sustancia negra. Es un mal neurológico que se presenta en unos siete millones de personas, y solo se conocen medicamentos para tratar los síntomas, mas no eliminarlo ni retrasar su progresión.

Las formas de suministrar terapias génicas experimentales para revertir los efectos del párkinson son bastante invasivas, como inyectar el tratamiento directamente en el cerebro atravesando el cráneo. Ahora la nueva técnica de ultrasonido permitiría tratar la enfermedad sin cirugía ni efectos secundarios graves. @mundiario

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