Hallan en un asteroide uno de los compuestos básicos del ARN, la molécula de la vida

Una investigación de un grupo de investigadores ha identificado la vitamina B3 y el uracilo, una de las letras genéticas del ARN, en muestras extraídas del asteroide Ryugu.
Un equipo de investigadores internacionales dirigido por la Universidad de Hokkaido, en Japón, ha anunciado un descubrimiento inédito que podría ayudar a comprender si existe vida más allá de la Tierra. El hallazgo se trata de la detección de uno de los compuestos básicos del ARN, la molécula clave que sustenta al ADN para formar vida, en muestras de un asteroide que fue analizado a profundidad.
El descubrimiento se ha dado a conocer este martes, a través de la publicación del estudio en la prestigiosa revista especializada Nature Communications, que ha consistido en el análisis de unos cinco gramos de tierra extraídos por la sonda espacial Hayabusa 2 de la superficie de Ryugu, una gran roca de unos 900 metros de diámetro que orbita entre Marte y la Tierra, a una distancia mínima de casi 100.000 kilómetros, y que es considerada por los científicos como una auténtica cápsula del tiempo que almacena los materiales con los que se crearon los primeros planetas del sistema solar, hace unos 4.500 millones de años atrás.
Japón lanzó la sonda en diciembre de 2014, entonces debía convertirse en la primera nave espacial capaz de visitar un asteroide, recolectar muestras y traerlas de vuelta a la Tierra para su minucioso análisis. Al llegar a Ryugu, la sonda Hayabusa 2 no se conformó con capturar pruebas de la superficie de la roca, sino que la hizo estallar para llegar a su interior, donde estarían almacenadas las muestras más puras, sin contacto con la radiación ni las inclemencias del espacio sideral.
Finalmente, en diciembre de 2020 la cápsula blindada en donde venían las muestras colisionó satisfactoriamente en el desierto del sur de Australia, trayendo a la Tierra 5,4 gramos del material más antiguo y puro al que ha tenido acceso la humanidad, dado que contó con todas las medidas técnicas para evitar su contaminación. Ahora, tres años más tarde se conocen los resultados del trabajo, tras su disolución en agua caliente para descubrir sus moléculas orgánicas, que indican que los restos del asteroide investigados contienen uracilo, una de las cuatro letras genéticas que componen el ARN.
Urocilo y vitamina B3 en el espacio exterior
La Tierra se formó hace 4.500 millones de años, y unos 400 millones de años después el planeta sufrió un intenso bombardeo de asteroides que posiblemente albergaran buena parte del agua que inunda nuestros océanos actuales, así como posiblemente depositaron compuestos orgánicos y dejaron atrás materiales que hoy en día conocemos como piedras preciosas y otros minerales. Ahora, se sabe que las primeras formas de vida en la Tierra, es decir, unos microbios que ya tenían la capacidad de reproducirse rondaban el planeta hace 3.700 millones de años. Nadie sabe cómo se crearon, pero sí que comenzaron a evolucionar gracias al ADN y el ARN en sus genomas.
Esta se trata de la primera vez que se identifica uracilo en un asteroide, a pesar de que ya había sido hallado en meteoritos que sobreviven a la caída a través de la atmósfera. En esos ejemplares se han hallado, además, el resto de las “letras genéticas” que conforman el ARN y también el ADN: adenina (A), citosina (C), guanina (G) y timina (T). Sin embargo, el estudio de estos casos se realiza con cautela, pues a diferencia de las muestras enviadas en un cilindro sellado, los meteoritos caen de manera deliberada sin protección alguna del exterior, por lo que el riesgo de contaminación es muy alto.
Pero no solo ha sido hallado uracilo en las muestras, sino que también se ha identificado el ácido nicotínico, presente en la vitamina B3, una molécula que ayuda a los seres vivos a extraer la energía de los nutrientes, crear reservas de colesterol y grasa, además de preservar el ADN. Sin embargo, no se ha informado del hallazgo del resto de las letras genéticas, que se necesitan para vincularse entre sí y un número determinado de azúcares y fosfatos para crear una célula. @mundiario