Obesidad infantil en Europa: una epidemia silenciosa y difícil de abordar

El consumo habitual de comida basura puede crear adicción en los niños. / UNICEF.
El consumo habitual de comida basura puede crear adicción en los niños. / UNICEF.

Según la OMS, uno de cada tres menores en el continente tiene sobrepeso. Sin embargo, advierte que el número de niños y niñas europeos con obesidad puede aumentar hasta un 75% de aquí a 2035.

Obesidad infantil en Europa: una epidemia silenciosa y difícil de abordar

La obesidad infantil es un problema tan grave y complejo que afecta a alrededor de uno de cada tres niños en Europa, sin tendencia de mejoramiento, así lo indican las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las cuales fueron discutidas por 16 líderes y jefes de Estados europeos, quienes se reunieron en Croacia, donde adoptaron la Declaración de Zagreb para intentar hacer frente a este “panorama alarmante”.

Basándose en las tendencias actuales, la agencia sanitaria de la ONU prevé que entre 2020 y 2035 se producirá un aumento del 61% en el número de niños con obesidad y de un 75% en el caso de las niñas hasta llegar a un total de 17 millones de niños y 11 millones de niñas de 5 a 19 años con obesidad en 2035.

Ahora bien, ¿a qué se debe esta tendencia? Según el director regional de la agencia, Hans Kluge, los “niños crecen cada vez más en entornos que les dificultan mucho comer bien y mantenerse activos. Esta es una de las causas fundamentales de la epidemia de obesidad”. No obstante, por esta razón la OMS está en Croacia “para galvanizar el apoyo político a esta crisis de salud pública verdaderamente insidiosa antes de que sea aún más difícil de abordar”, agregó.

¿Cómo contrarrestar la obesidad infantil?

La agencia sanitaria ha identificado tres acciones específicas para contrarrestar las proyecciones actuales en Europa y ayudar a evitar que esta epidemia silenciosa empeore. Estas son: Mejor prevenir que curar. La prevención debe centrarse en una buena nutrición en todas las etapas de la vida del niño; regular la industria de la alimentación y las bebidas. Es decir, imponer un impuesto sobre las bebidas azucaradas, la exigencia de un etiquetado claro en la parte frontal del envase y la restricción de la comercialización de alimentos poco saludables dirigidos a los niños y, por último; fomentar la actividad física. Se debe incluir actividades físicas en los planes de estudio y en las actividades extraescolares, además de transmitir mensajes claros en apoyo de estilos de vida activos a lo largo de toda la vida.

El sobrepeso y la obesidad se encuentran entre las principales causas de muerte y discapacidad en la región europea, con estimaciones recientes que sugieren que causan más de 1,2 millones de muertes al año, lo que corresponde a más del 13% de la mortalidad total.

Asimismo, aumenta el riesgo de padecer muchas enfermedades no transmisibles (ENT), como por ejemplo, dolencias cardiovasculares, diabetes de tipo 2 y las enfermedades respiratorias crónicas. También se considera una causa de al menos 13 tipos diferentes de cáncer.

Ante esta situación, Kluge sostiene que cualquier política nacional destinada a abordar la problemática del sobrepeso debe contar con “un compromiso político de alto nivel. También deben ser integrales, llegar a los individuos a lo largo de toda la vida y centrarse en las desigualdades”. @mundiario

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