¿Superará Ciudadanos los furibundos ataques de todos sus enemigos?

Ines Arrimadas
Inés Arrimadas. / RR SS
Ya tenemos en España un consenso. Por diferentes, razones todos los partidos quieren que el centro liberal-progresista desaparezca y parece que hay gente dispuesta a ayudarles desde dentro de Ciudadanos.
¿Superará Ciudadanos los furibundos ataques de todos sus enemigos?

No era extraño que Podemos quiera borrar del mapa a Cs porque para ellos pesa más que se pueda hacer progresismo desde una economía liberal que todas los puntos que comparte con él, del mismo modo que Cs no admite que pueda hacerse nada bueno desde una política de nacionalizaciones del sector privado. Ambos lo han demostrado, Podemos impidiendo un gobierno PSOE & Ciudadanos y Cs poniendo siempre como condición para negociar que no haya populistas en el gobierno, sean comunistas o de derecha, caso de Vox. Como canta Melendi son como el agua y el aceite. Por otra parte, el PSOE de Sánchez tuvo mucho éxito al colocar al partido de centro en la derecha con un discurso falso y repetitivo. Aquello del trifachito, las tres derechas, los tres de Colón, la derecha cobarde, etc., discursos que solo pretendían colocar a Cs en un lugar donde actuase el voto útil, el que llevaría los votos al PP en un desesperado intento de lograr vencer al sanchismo, y le funcionó pese a la oposición de casi todos los barones y ex altos cargos socialistas que si estuvieron en Colón o pactaron con Rivera en sus Comunidades y hasta han asistido a sus mítines. 

La derecha conservadora que si pacta con Cs, vio después de la debacle del 10N, la gran oportunidad de fusionarse o absorber los restos del naufragio. Todos contra Ciudadanos. No importa que tenga después del fuerte incremento de la abstención entre sus votantes, 1.600.000 votos que con otra ley electoral o con los votos por escaño del PSOE o el PP le darían 30 escaños y las circunstancias habrían sido diferentes. Casi deberíamos alegrarnos que por una vez haya consenso en España, que incluye a todos los partidos nacionalistas cuya representación en el Congreso quiere recortar Ciudadanos para hacer de España un país gobernable, algo que se lograría simplemente adecuando la circunscripción electoral a lo que se consulta, si son elecciones municipales el municipio, si son autonómicas la Comunidad, y si son nacionales la nación. Esta unanimidad contra Ciudadanos, me recuerda a mi paisana María Pita, que, cuando La Coruña se daba por perdida frente a los ingleses ella empuñó la lanza arrebatada al enemigo y al grito de "quien tenga honra que me siga", claro que en gallego,  logró la victoria. Las mujeres son así y no olvidemos que Inés Arrimadas es mujer y nunca una mujer derrotada, sino la ganadora de unos comicios catalanes.

El problema de Ciudadanos hoy no son los enemigos externos, incluyendo la ausencia de medios de comunicación afines, sino los internos, esos que ven al perro flaco y quieren construir su partido dentro del partido, algo que también intentó Errejón en Podemos con mal resultado. Son cosas que suceden, como le sucedió al PSP de Tierno Galván o a IU, cuando la economía se hunde y las deudas los devoran, pero que no es fácil que suceda en un partido saneado. El más atrevido en esta algarabía interna es Igea que dentro de un discurso lleno de enmiendas y críticas, pretende en realidad que  haya barones, líderes regionales elegidos en su territorio para que hagan su propio programa. La idea no es buena, ni mala, simplemente socava los los pilares básicos de Ciudadanos, que todos los españoles tienen los mismos derechos independientemente de donde nazcan o vivan, y que se debe definir cuales son las competencias del estado intransferibles porque en algunos casos se pueden dar de más. Esto es algo que si se rompe Ciudadanos sería otra cosa, mejor o peor pero otra cosa, dejaría de ser el partido moderado para caminar hacia el federalismo. Francisco Igea lo sabe, pero se empieza a parecer a Sánchez, aunque sin su carisma entre las bases. 

Quizás lo que quiere el Sr. Igea, una descentralización,  pueda llevarse a cabo en unos años pero no parece que ahora sea posible, porque los grandes partidos tienen una base en todos y cada uno de los pueblos de España y eso no se consigue en dos días como ha comprobado Podemos que ha visto reducirse sus escaños a la mitad de los que tuvo. Cien años de Casas del Pueblo hacen que por mucho que digan Lage, González, Guerra, Vázquez, Lambán, Leguina, Ibarra, o cualquier otro, siempre seguirán siendo socialistas. En cualquier caso, el mes que viene se acaba la película y sabremos el final. Seguro que gana el mejor, si hay lucha que tampoco está tan claro porque estamos en una año electoral en las tres comunidades históricas y parece más adecuado la unión de fuerzas dentro del partido que las ambiciones personales. @mundiario

 

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