Repensar el capitalismo

En el capitalismo no todo es negativo. / bancayfinanzas.com
Una imagen del capitalismo. / bancayfinanzas.com
Si hay que suponer que el capitalismo se pensó a conciencia, el resultado a día de hoy muestra que lo pensado o no lo fue con suficiente acierto o su ejecución ha tenido muchas lagunas.

Son evidentes algunos disparates, alguien dirá que solo son desajustes, que nuestra sociedad y su hija, la economía, han cometido y siguen cometiendo. Disparates de un capitalismo que se nos está yendo de las manos, o se les está yendo a aquellos que lo tienen en sus manos, para ser más preciso. Unos disparates que nombramos con frecuencia a través de palabras con el prefijo “des” o “de”, que niegan o invierten el significado de la palabra simple que los sigue. Es el caso de la desigualdad, el desempleo, los desahucios… todos ellos “despropósitos”, ya que están fuera de razón, de sentido o de conveniencia, como define la RAE esta palabra.

En lo que llevamos de siglo el salario medio de los trabajadores de las 22 economías más desarrolladas del mundo ha crecido poco más de la mitad de lo que lo ha hecho el PIB de las mismas, según datos publicados recientemente por la consultora McKinsey. Si añadimos además que casi todo el incremento en el empleo se debe a contratos a tiempo parcial, parece obvio que la desigualdad es una de esas “des”, desgraciadas, de la economía reciente. Otra que todavía no se ha sentido tanto, pero que todo apunta a que lo hará y de un modo acelerado, es el desempleo tecnológico, derivado de la automatización del trabajo por el uso de máquinas cada vez más inteligentes. Ya Keynes lo apuntó en 1930, pero se equivocó de siglo.

Ante esta situación se han levantado voces proponiendo algunos “res”. Son tiempos de “res”, le oí decir en alguna ocasión a José Antonio Marina durante la crisis del 2008, hablando de rescates y recortes. También corría fulgurante dicha crisis cuando en septiembre de 2008 el entonces presidente de la república francesa, Nicolas Sarkozy, hablaba de la necesidad de “refundar” el capitalismo. El prefijo “re” denota a menudo repetición, así que refundar, como bien sabemos, es volver a fundar. Otras voces más o menos autorizadas utilizaron antes, y sobre todo después, una buena colección de verbos con el prefijo “re”: reconstruir, reformar, reordenar, reorganizar, redefinir… No me gusta especialmente ninguno de ellos. Refundar y reconstruir me suenan a utilizar los mismos cimientos y hasta los mismos ladrillos caídos para volver a armar lo desmoronado, pero más con el fin de afianzarlo que con el de cambiar nada sustancial. La reforma, reordenación o reorganización suponen quizás cierto replanteamiento, pero bajo los mismos principios y fines, sin un cuestionamiento integral de estos. Son cambios de forma, que no de fondo. ¿Qué decir de redefinir? Pues que apunta a un mero cambio de nomenclatura, a un redenominar, aplicando aquí y allá algunos eufemismos, y a correr. Como hacía aquel director de una fundación que presentando un informe económico anual con evidentes pérdidas, nos hablaba de “desahorros” y “crecimientos negativos”.

A mi el verbo que me gusta es el de repensar. Si hay que suponer que el capitalismo se pensó a conciencia, el resultado a día de hoy muestra que lo pensado o no lo fue con suficiente acierto o su ejecución ha tenido muchas lagunas.

Con medios cada vez más poderosos, si no cambiamos los fines del capitalismo y lo repensamos para que realmente beneficie al común de las personas, algunos “des” acabarán despeñándonos a todos. @mundiario

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