El panorama político español, un colorido lienzo

Lámina que ilustra un hipódromo.
Lámina que ilustra un hipódromo.

Rojos, azules, naranjitos o morados ¡Qué colorido nos está quedando el horizonte político español! Esta circunstancia de identificar las formaciones políticas con diferente gamas tiene un recorrido secular en la historia, siendo precisamente en la antigua Roma cuando adquiera una inusitada relevancia.

El panorama político español, un colorido lienzo

Rojos, azules, naranjitos o morados ¡Qué colorido nos está quedando el horizonte político español! Y eso que muchos están empeñados en “enterrar la España de rojos y azules” y los verdes no terminan de arraigar. Esta circunstancia de identificar las formaciones políticas con diferente gamas tiene un recorrido secular en la historia, siendo precisamente la antigua Roma y sobre todo su heredero Bizancio en los siglos V y VI, cuando adquiera una inusitada relevancia.

Los colores azul y verde representaban los clubes más importantes del Circo. Efectivamente, hablamos de un espectáculo lúdico pero que indudablemente trascendía lo deportivo para abrazar otros ámbitos de la sociedad, como el político, social, económico, cultural o religioso. En el Imperio bizantino los azules capitaneaban la causa religiosa de la ortodoxia, secundando sus miembros los intereses de la aristocracia, mientras que los verdes resultaban pertenecer a la facción promonofisita, doctrina que afirma la absorción de la Naturaleza Humana de Jesús por la Divina, identificándose igualmente sus componentes, con los intereses de comerciantes, funcionarios y artesanos. 

Estas asociaciones además de alentar a sus respectivos aurigas en el Circo, como los hinchas actuales de fútbol, conformaban auténticos grupos de presión en la Corte y en las calles de Bizancio. Sus métodos de coerción se ejercían por medio de cuadrillas matoniles, expertas en sembrar a lo largo y ancho de las vías romanas y constantinopolitanas, todo tipo de tropelías.

El cénit de este enfrentamiento “bicolor” tuvo lugar en la llamada Revuelta de Niká (532 d. C.), corolario de todas las tensiones internas del Imperio. La rivalidad entre azules y verdes desembocó en un dramático estallido popular, que le pudo costar el Trono al emperador Justiniano. La Revuelta fue ahogada en sangre estimándose las víctimas de la represión en 30.000. Desde entonces, la influencia de estos grupos en la sociedad bizantina fue disminuyendo lentamente, a pesar de la posterior fusión de los otros clubes circenses entre los azules y los verdes. El conjunto que apoyaba a los blancos, se fundiría con los azules, y la masa que simpatizaba con los rojos, se uniría a los verdes.

La rebelión tuvo consecuencias políticas ya que el Soberano se comprometió a efectuar una serie de reformas estatales dirigidas a disminuir entre otras medidas la pesada carga fiscal, la descomunal cifra de funcionarios y la terrible corrupción. No se ustedes pero yo a estas últimas disposiciones me apunto ahora mismo… ¿Los actuales partidos españoles también estarían dispuestos?

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