Aunque lo nieguen, el desencuentro es evidente: cada uno a su bola

Yolanda Díaz. / TVG
Yolanda Díaz. / TVG

¿Por qué PSOE y Podemos discrepan públicamente en casi todo?

Aunque lo nieguen, el desencuentro es evidente: cada uno a su bola

Sé de buena tinta que la coalición que nos ¿gobierna? ha extraviado un importante documento que firmaron a principios de enero; pero, como además de descuidados tienen mala memoria, no pueden recordar el contenido de aquellos cinco trascendentales folios.

También sé de qué documento se trata y dónde se encuentra. Como sabían que era papel mojado desde el primer día, lo metieron en una caja fuerte de las usadas para guardar lo que no queremos recordar; ¡pero, también perdieron la combinación!: en fin, un cúmulo de circunstancias negativas. Así se titula el documento: “Protocolo de funcionamiento, coordinación, desarrollo y seguimiento del acuerdo de gobierno progresista de coalición PSOE / Unidas Podemos“.  Naturalmente, antes de guardarlo, los líderes posaron para los fotógrafos para mayor gloria de ambos, se abrazaron, sonrieron entre dientes, abrazo impostado y promesa de lealtad.

Recordaré algunas de las campanudas manifestaciones que contiene:

“Los ministros evitarán opinar sobre temas ajenos a su ministerio”

- “El pacto se regirá por los principios de diálogo, consenso, negociación   y buena fe.”

- “La acción de gobierno se desarrollará con pleno respeto a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico.”

- “Estrategia de comunicación coordinada y compartida.”

Dado que ninguna de las partes tenía en su cabeza la idea de lealtad –tan solo “dientes, muchos dientes”, y vamos a por las sillas y las carteras-, se suceden actitudes y manifestaciones de ministros y adláteres, contrarias a lo acordado: deslealtad; falta de coordinación en las declaraciones de cada firmante; ingerencia en temas que nada tienen que ver con el departamento del que habla; declaraciones imprudentes vacías de conocimiento; falta de respeto a la  Constitución  y demás normas del ordenamiento jurídico en algunas de las iniciativas adoptadas.

Desde fuera, los españoles que no pisamos las mullidas moquetas del Congreso y La Moncloa, sólo nos enteramos de alguna; tal vez, entre bambalinas podríamos ver y oír muchas más, pero no nos dejan entrar.

Repasemos algunas de las discrepancias públicas más sonadas.

Diferente actitud  externa  de PSOE y Podemos ante los recientes y tristes acontecimientos sobre el Rey Juan Carlos I: el primero admite su salida como un derecho, al no estar imputado; Podemos habla de huída de la Justicia.

Podemos ataca a la Corona siempre que puede,  para conquistar el “cielo de la república”; los socialistas defienden todas las instituciones del Estado y la Monarquía, al menos en la prensa, aunque sus militantes más de izquierdas se acercan a Podemos.

¿Cuántas ministros han hablado públicamente de temas ajenos a su departamento, contraviniendo lo acordado?

¡Y la manida derogación de la reforma laboral!: sí, no, sí pero, sí pero menos,...

Contradicciones entre la Ministra de Trabajo y el Ministro de Seguridad Social, con motivo de la implantación de la renta mínima.

Injerencia de la Ministra de Trabajo en el área del señor Illa, al aprobar una guía de medidas sanitarias para los trabajadores, sin consulta previa el ministro del ramo.

¿Son responsables los ministros? ... pues no, dado que los líderes carismáticos perdieron el texto del pacto y no pudieron entregarles el manual de convivencia; por eso cada uno va a su bola.

Hay que depositar la confianza en la UE, cuando analice los presupuestos generales del Estado y dictamine si se han cumplido o no los deberes encargados. Entonces sabremos de verdad si el líder carismático es leal a sus ideas y opta por marcharse, caso Varoufakis, o traga pegado a la silla, como le sucedió a Tsipras.

¿Quién hace imposible, en una situación como la actual, un acuerdo PSOE-PP-Ciudadanos? @mundiario

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