Francia cosecha apoyos políticos sin compromisos activos en el conflicto de Mali

El presidente francés Francóis Hollande ha manifestado su disposición a incrementar el número de fuerzas terrestres en Mali. La aviación tiene sus límites.
Francia cosecha apoyos políticos sin compromisos activos en el conflicto de Mali

Guerra en Mali

 Mali se encuentra en avión a menos de 2.000 kilómetros de Las Palmas, territorio español y, por tanto, europeo

Francia tiene el apoyo de la ONU, expresado a través de su secretario general, Ban Ki-moon, reforzado por el pronunciamiento del Consejo de Seguridad, que avala la legalidad de la intervención militar. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) también ha manifestado su apoyo incondicional a la intervención gala, como no podía ser de otra forma, sin embargo, no se involucrará porque de haber sido solicitada formalmente su ayuda por parte del Gobierno maliense tendría primero que haber sido  discutida y aprobada por sus miembros, supuesto que no se da en la actual situación. Otros países han brindado su ayuda a Francia en materia logística aérea, información y comunicaciones, como el Reino Unido, Dinamarca, EE UU, Canadá y Bélgica, pero en Francia hay una cierta decepción por la falta de apoyos concretos a las acciones militares.

Los países pertenecientes a la UE no han demostrado estar dispuestos a acompañar al país galo en esta empresa, a pesar de que la caída de Bamako en manos de los yihadistas abriría un horizonte inquietante, no sólo para los países limítrofes, sino también para Europa, pues la capital de Mali se encuentra en avión a menos de 2.000 kilómetros de Las Palmas, territorio español y, por tanto, europeo.

Ocupación del norte del país

El presidente Hollande ha manifestado su disposición a incrementar el número de fuerzas terrestres en el país africano y es que la experiencia demuestra que el control mediante la fuerza aérea, dadas las características del territorio, resultaría ineficaz a medio plazo. Por tanto, parecería aconsejable la ocupación del norte del país mediante unidades bien comunicadas con los centros de mando.

Hay que tener en cuenta que el concurso de fuerzas militares de países de la zona es importante pero no determinante, pues no están bien equipadas ni entrenadas. Los esfuerzos en este sentido y en el de coordinación habrán de ser notables para dominar un territorio vasto, casi despoblado y bien conocido por las organizaciones tuaregs, ahora, en cierta forma, atrapadas en el yihadismo. Sobre aquel inmenso mar de arena y piedra habrá que lanzar una fuerte y tupida red para aislar y capturar a los terroristas, pero la lentitud en reaccionar de los países capacitados y su escaso entusiasmo no parecen la mejor forma de enfrentar el desafío de organizaciones bien equipadas, entrenadas y situadas sobre el terreno, que amenazan el corazón de Europa.

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