¿Están sus partidarios contaminados por el virus de la hipocresía atribuida a Sánchez?

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Los partidarios de Sánchez colocan esta foto en las redes .

Mientras se niega que haya un acuerdo con Bildu, Arnaldo Otegui expresa su satisfacción por la receptividad del PSOE de Sánchez a sus argumentos.

¿Están sus partidarios contaminados por el virus de la hipocresía atribuida a Sánchez?

Alfred Adler, uno de los fundadores de lo que se denominó “Psicología profunda”, escribió: “La mentira no tendría ningún sentido, a menos que consideremos la verdad como algo peligroso”. Esta reflexión encaja al pelo en la conducta del primer secretario del que fuera partido de los socialistas y presidente del Gobierno, doctor Pedro Sánchez, cuya conducta hace tiempo que conmueve al país con respecto a sus nuevos consocios con quienes tantas veces manifestó que nunca pactaría. Y tal parece que, como dijo Molière, “La hipocresía es el colmo de todas las maldades.”

En ese sentido, de todos los vídeos que recuerdan el énfasis con que Pedro Sánchez afirmaba que nunca haría lo que ahora hace, hay uno especialmente contundente, en el que, dirigiéndose a su ahora vicepresidente Pedro Sánchez, afirma desde le tribuna del Congreso de los Diputados:

“La diré algo, señor Iglesias. Si para ser presidente de Gobierno tengo que renunciar a mis principios, si tengo que formar un Gobierno a sabiendas de que no serviría a mi país, entonces, usted está en lo cierto, yo no seré presidente de Gobierno, ahora. He renunciado a cosas muy valiosas para mi antes de renunciar a mis convicciones. Y si usted cree que voy a elegir entre la presidencia del Gobierno de España, que no serviría a España, o bien optar por mis convicciones, yo no tengo ninguna duda, elijo mis convicciones, elijo proteger a España”.

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A veces las bromas se vuelven realidades.

Mientas Arnaldo Otegui expresaba su alborozo por lo que el mismo calificaba de “nueva sintonía y receptividad en el Gobierno de Sánchez” a sus planteamientos, lo que viabilizaba apoyar el proyecto de presupuestos, con repetido cinismo José Luis Ábalos, Carmen Calvo y Adriana Lastra consideraban que el entendimiento con Bildu era una “prueba de normalidad democrática”. Y para ello olvidaban que este partido, brazo político de ETA, no ha variado ni sus principios ni sus objetivos, no ha condenado la violencia ni pedido perdón por los más de 800 muertos que, según Otegui, fueron consecuencia de un “conflicto político”. Sin que nada ha cambiado, los mismos que decían, empezando por Sánchez, de que con Bildu nunca se pactaría, que era una línea roja intraspasable y que podíamos estar tranquilos “porque los socialistas somos de fiar”, consideran lo más natural del mundo pactar con Bildu (¿o es que alguien puede creer que este partido da su apoyo a los presupuestos a cambio de nada?) y se dice que ese apoyo no tiene precio. ¡Qué casualidad que todo coincida con el acercamiento al país vasco o la mejora del régimen penitenciario de algunos de los más sanguinarios asesinos de ETA!

El dolor de Nicolás Redondo

De todas las voces que dentro del PSOE se han alzado contra la entente con Bildu, ninguna ha sido tan rotunda como la del ex secretario del Partido Socialista de Euskadi, Nicolás Redondo Terreros, quien en un manifiesto contra el acuerdo con Bildu con estas demoledoras palabras:

"Cuando el Gobierno requiere la ayuda de Otegi para seguir gobernando, abjura de todo compromiso ético y nos devuelve a la España negra en la que se comparece o apoya los excesos y hasta los crímenes, olvidando a sus héroes. El pacto con HB-Bildu embarra nuestro pasado, el pacto con Otegi solo favorece a Iglesias que peroraba contra la Transición en las herriko-tabernas mientras nos quemaban las Casas el Pueblo, que recibía a “la escuadra de abogados etarras” mientras el último concejal socialista llevaba escoltas o tenía que mirar debajo de su coche para ver si los amigos de Otegi habían puesto una bomba".

Desmontar el “Régimen del 78”

El sector sanchista ha respondido a estas reflexiones y a las expresadas por otros dirigentes regionales del partido, como García-Page o Lambán, con la habitual batería de insultos, fascistas, traidores, las más suaves. Y hasta el propio Pedro Sánchez olvida que el partido de que es secretario general es –o era- un partido federal, en que cada dirigente (regional o no) y cada militante tiene derecho a expresar sus puntos de vista y sus discrepancias con la dirección del mismo modo que hace él, públicamente.

Por eso, cobra especial relevancia el propio llamamiento del moderado César Antonio Molina, ex ministro de Zapatero y militante del PSOE, que pide a Sánchez que retorne al marco constitucional. Ese el asunto más grave. Se ha dicho con razón que la agenda de Sánchez parece marcarla el ayer denostado Pablo Iglesias, que anima la perpetuación del pacto de Sánchez con Bildu, Esquerra Republicana de Cataluña y otros para avanzar en el desmontaje de lo que se llama “Régimen del 78” a costa de las cesiones que sea.

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En las redes abundan las caricaturas de la influencia de Iglesias sobre Sánchez

Y aparte de las otorgadas a Bildu, está el lote que corresponde a ERC, que el propio Rufián ha calificado de gran victoria. Para disimularlo y tratar de dar argumentos a los militantes del PSOE que apoyan a Sánchez, el partido ha repartido y hecho circular un documento de dos folios, llamado “Argumentario” para defender lo que supone convertir al castellano en la escuela Catalana en un idioma extranjero más, como si no estuviera ya bastante mermado el derecho a los padres que desean que sea fundamental en la educación de sus hijos, pese a que tanto el Tribunal Supremo y Superior de Justicia de Cataluña les ha dado la razón. El tal “argumentario” pretende confundir la realidad del objetivo de ceder a las pretensiones de ERC sin más con una pretendida mejora de la calidad de la enseñanza en Cataluña.

Entre los argumentos defensivos –y basta para comprobarlo ver los mensajes de los partidarios de Sánchez en las redes—se ha rebuscado y rebuscado, a falta de otros apoyos, en los casos que la derecha haya dicho o hecho lo mismo: desde los etarras que fueron acercados por el PP o los deslices de Aznar. Como no hay argumentos propios, y pese a lo que se anunció repetidamente, en tanto el PSOE tenía otro talante moral y que no repetiría los errores y concesiones de la derecha.

Preguntar a la militancia

Es curioso recordar ahora las palabras de José Luis Ábalos (maestro de oficio, en cuyo currículum sólo costa que trabajara como tal, tres meses en su vida), quien decía que era imposible el entendimiento con Podemos o los nacionalistas vascos y catalanes pues tenían una concepción del Estado que no era compatible con la del PSOE. No parece que el “argumentario” o las explicaciones de los más directos edecanes de Sánchez haya convencido a otros destacados miembros del PSOE, como  el exdiputado socialista en la Asamblea de Madrid y ex portavoz del grupo en el Ayuntamiento de la capital, Antonio Miguel Carmona, que a sendas consultas a la militancia del PSOE el acuerdo con EH Bildu para los Presupuestos y la enmienda a la Lomloe pactada con Unidas Podemos y ERC que retira al castellano la condición de lengua vehicular en toda España. De momento 150.000 firmas lo respaldan.

Conviene recordar que el respaldo de la militancia es trámite frecuente que usan los consocios de Sánchez, ya sea Podemos, Bildu o ERC, o el propio PSOE, cuando el caso conviene, como oportunamente recuerda Carmona: El PSOE lo hizo para refrendar el acuerdo de gobierno con Ciudadanos en 2016 y luego con Podemos. Fuera Alfonso Guerra el primero en decir “Con Bildu no”, como ahora vinieron a decir Guillermo Fernández Vara, Javier Lambán y Emiliano García-Page.

Insultos como argumento

Pese a las acusaciones e insultos que están recibiendo del sanchismo, lo cierto es que crecen los apoyos a la iniciativa de Carmona y el exdiputado del PSOE en las Cortes de Castilla y León Zenón Jiménez Ridruejo.  En ese sentido, Carmona resalta que los independentistas que se entienden con Sánchez, deben saber que “frente a ellos hay socialismo y frente a la destrucción de nuestra cultura estamos aquellos que la defendemos".

Por otro lado, antiguos diputados y cargos del PSOE, desde Francisco Vázquez a Jesús Bahillo (en Galicia), el propio Alfonso Guerra, Bofill, Leguina y Redondo, entre otros, han iniciado contactos entre sí para intentar formar una plataforma que reivindique los principios ideológicos y morales del PSOE, para denunciar y oponerse a la deriva del sanchismo y llamar a la conciencia de los verdaderos socialistas para que el partido vuelva plenamente al cauce constitucional. @mundiario

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