¿Es la democracia un fin del poder o sólo un medio para alcanzarlo?

Conferencia presentada por C's por una justicia independiente. / RRSS
Conferencia de C's por una justicia independiente. / RR SS

La historia está llena de casos donde la democracia solo fue un medio para lograr con una minoría de respaldo electoral, el poder absoluto. ¿Está España en ese camino?

¿Es la democracia un fin del poder o sólo un medio para alcanzarlo?

Hitler llegó al poder democráticamente, dentro de los cauces de la ley aunque fuese con muchos matices, para acabar ejerciendo una dictadura sangrienta. Stalin llegó al poder como fruto de una revolución para hacer exactamente lo mismo aunque con más muertos a sus espaldas ¿Cual es la diferencia? Prácticamente ninguna porque el objetivo final era la dictadura en ambos casos y utilizaron el medio que les permitió alcanzar el poder. Hitler lo intentó al margen de le democracia y lo consiguió con ella unos años más tarde, mientras que en las revoluciones el poder se gana en la calle y no en las urnas.

En ninguno de los dos casos el poder ostenta el respaldo de una mayoría absoluta de un pueblo soberano, lo que implica utilizar la represión para afianzarse en él. Las justificaciones si son diferentes. La revolución se ha justificado por actuar contra una dictadura o situación de injusticia que cierra otros cauces, mientras que en democracia la llegada al poder en minoría se justifica mediante la necesaria gobernabilidad, para lo cual se establecen leyes electorales que la permitan.

Para centrar un poco el significado de la gobernabilidad diremos que hay diversas maneras de conseguirla, así en Grecia otorgan 50 escaños al partido ganador, otros utilizan el sistema mayoritario, el mismo que utiliza España para elegir el Senado que domina el PP con mayoría absoluta, y que de aplicarse al Congreso tendría el mismo final, y nosotros corregimos los resultados a la Cámara Baja con la ley D'Hondt mediante la cual se asignan los restos a los partidos vencedores, algo que contraviene la voluntad popular pero que estabiliza las Cámaras Legislativas evitando una fragmentación excesiva. Como vemos la democracia carece de perfección aunque hay maneras de aproximarse a ellas.

Una es el sistema electoral, hoy injusto debido a las circunscripciones que se fijaron para contentar a los nacionalistas que como hemos visto nunca estarán contentos aunque sí más fuertes. Es el sistema que en las elecciones generales llevó a que un escaño le cueste 57.000 votos al PNV o al PP, y 60.000 al CDC, mientras que a Ciudadanos le cueste 97.000. Esta injusticia que dificulta al votante ejercer la soberanía, necesita ser corregida con urgencia, algo que parece fácil conseguir si se busca la justicia que pide C's pero que es difícil para los que disfrutan de ella, los grandes partidos y los nacionalistas.

Como decíamos en titulares, la democracia puede ser utilizada simplemente como un medio. En España lo hemos visto con la II República. Se utilizaron las elecciones democráticas municipales para imponer una república que no era el objetivo de gran parte de sus votantes. Unos solo querían debilitar al Estado para hacer su revolución como intentaron en 1934 y en plena guerra civil para tratar de imponer la dictadura del proletariado, otros para declarar la independencia, como ocurrió en Cataluña, y otros para establecer la anarquía como quería Durruti. Así para evitar desmanes en la medida de lo posible, se establece la separación de poderes, el ejecutivo, el legislativo, y el judicial, algo que en España no hemos conseguido.

Cierto que hubo un tiempo en que los jueces eran independientes al margen de los partidos. Fue en la transición y duró 5 años, pero con la llegada al poder de los grandes partidos nacionales, después del período centrista de Suárez, los principales órganos judiciales, los Tribunales que dirimen sobre el poder judicial, los recursos, y juzgan a los aforados, y los jueves que los componen o tienen el respaldo de los partidos o simplemente su carrera no llegará muy lejos. Acabar con esto, y con una fiscalía tutelada, es el objetivo de partidos nuevos pese a la reticencia de los partidos que tienen imputados por corrupción, y ya no digamos de los que ostentan el poder que además se guardan el derecho al indulto injustificado.

Dos prioridades, la ley electoral, y la independencia judicial de facto, es algo que no se puede demorar si hay interés en que volvamos a creer en los políticos y el sistema. Ahora hay dos partes, los que la quieren ya y los que dificultarán su aprobación y operatividad. No podemos seguir con casos como el catalán donde sin una mayoría de votos el Gobierno disfruta de una mayoría en el Parlament que les permite gobernar solo para los suyos. La democracia necesita ser terminada de remodelar para que funciones.

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