La declaración de Correa deja al PSOE contra las cuerdas de cara a pactar con el PP

Javier Fernández, de la Comisión Gestora del PSOE.
Javier Fernández, presidente de la Comisión Gestora del PSOE.

Las últimas confesiones sobre el caso Gürtel dejan arrinconados a los socialistas. Sin líder y sin argumentos válidos para abstenerse, el partido se hunde en serios problemas. Los detalles de la trama que están saliendo a la luz estos días complican todavía más la abstención.

La declaración de Correa deja al PSOE contra las cuerdas de cara a pactar con el PP

Cuando Pedro Sánchez dejó su cargo de secretario general, los directivos y la militancia del PSOE creían por fin estar viendo la luz al final del tunel. Un par de semanas después, la renuncia de Sánchez se puede ver como el menor de todos los males que presionan al partido socialista. Con Javier Fernández titubeante y la Comisión Gestora del PSOE con frentes internos abiertos con varios líderes regionales, las revelaciones de Francisco Correa respecto al Caso Gürtel han dejado en una encrucijada imposible a los socialistas.

Correa contó con lujo de detalle cómo él y otros empresarios se reunían con miembros importantes del Partido Popular para pagar las denominadas mordidas, especialmente en los ayuntamientos de Madrid. La indignación estalló prácticamente en el acto al tiempo que Fernández solicitaba a los suyos "no levantar barricadas contra el PP" durante una entrevista en Telecinco. Fernández bien es sabido que es uno de los principales promotores de la abstención.

Con un conflicto interno sobre sus hombros, los integrantes de la gestora presencian boquiabiertos el desarrollo del juicio que tiene como gran líder a Correa, el encargado de realizar los mitines electorales del PP. Nada menos que 35 personas se ven envueltas en el juicio, muchos de los cuales representan al partido celeste en Madrid, Castilla León y Andalucía, por mencionar algunos. Desesperados y con la soga apretando su cuello, los acusados han empezado a traicionarse entre ellos con tal de reducir sus penas. La financiación ilegal de las campañas electorales ha dejado muy tocada la imagen del PP en la comunidad política y ese golpe se ha arrastrado también las esperanzas de paz del partido obrero.

Roto en dos partes, el partido sin cabeza no puede darse el lujo de ir a unas terceras elecciones con la amenaza de Unidos Podemos todavía cernida en el umbral. Sin embargo, la teoría de la gestora de que una abstención a una investidura del líder el PP sería la menos peor de todas las decisiones, empieza a desquebrajarse. Una encuesta reciente reveló que tan sólo uno de cada tres militantes del PSOE estaría dispuestoa a apoyar una abstención de sus representantes. Nombres propios como Francina Armengol, presidenta de Baleares, y Patxi López, exlehendakari y actual diputado, han secundado la noción del pueblo socialista. Por si fuera poco, en el transcurso de la mañana la directiva de la coalición de Podemos e Izquierda Unida lanzó un reto en redes sociales en el que, parafraseándoles, aseguraban que si no se retractaban de su idea de abstenerse, estaban formando parte del grave delito en el que incurrió el PP.

En medio del caos, el único que le da un poco de cariño a Fernández y sus partidarios es Ramón Jáuregui, un peso pesado del partido y que ejercerá como portavoz socialista en el Parlamento Europeo. Jáuregui justificó los movimientos de Fernández y la gestora por el radicalismo al que Sánchez llevó al partido. "La firmeza con la que se expresó la posición no ha permitido que expliquemos algo como que si no ves un gobierno alternativo tienes que jugar con las ventajas de ser oposición de gobierno minoritario, el mejor escenario para ser oposición. Esto no se ha discutido", dijo frente a las cámaras.

Y ese es precisamente el rumbo que quieren los proabstención para el PSOE: recuperar la iniciativa política y gobernar desde el Congreso con el PP formando un Gobierno en minoría. Pero el proyecto causa mucho recelo entre los partidarios de Sánchez, quienes aseguran que la gestora de hecho ya tiene un pacto firmado con los celestes para facilitar la nueva asunción de Rajoy. "Por eso el Rey ha abierto otro período de consultas", confiesa uno de los tantos leales que le quedan al exsecretario general.

Caja de Pandora

Lo que sucede en el PSOE es una trama puramente peliculesca. En el horizonte asoma la figura de Pedro Sánchez, principal señalado de la crisis del partido pero, ahora que está fuera de combate, muchos empiezan a cuestionarse si hicieron lo correcto al forzarlo a llegar a la guillotina. "No van a cambiar de opinión ni aunque descubran que Rajoy es Jack el destripador. Lo contrario sería ir a unas primarias, elegir un candidato, cosas de las que no quieren ni hablar. Pero lo alucinante es oír defender a Javier Fernández que no hay que levantar trincheras éticas, hemos entrado en una especie de relativismo moral", confiesa uno de los hombres más cercanos a Sánchez respecto al debate de la abstención.

Sin embargo, las fuerzas rebeldes tampoco están agrupadas en un ejército organizado. Un grupo pequeño inició hace poco una recolección de firmas para forzar la celebración de un congreso extraordinario y unas elecciones primarias cuanto antes. Mientras, el PSC se debate en sus despachos si vale la pena seguir con los nexos que sostienen actualmente con el PSOE, en vistas de que tanto Miquel Iceta como Nuria Parlon son partidarios de seguir con el no al presidente en funciones.

El PSOE sigue hundiéndose solo en una trinchera que prometía ser su refugio tras el estallido de la crisis. Con frentes abiertos de manera interna y externa, la directiva del partido, visto lo visto sin autoridad ni confianza de sus miembros, debe apurar a hacer algo antes de que el partido se rompa en mil pedazos y éstos sean recogidos por el PP y Unidos Podemos, que vuelan en círculos esperando a que su presa desmaye.@hmorales_gt

 

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