Crisis de las matrículas: Kosovo cierra su principal puesto fronterizo con Serbia

Barricadas en el norte de Kosovo. / RR.SS.
Barricadas en el norte de Kosovo. / RR.SS.

Pristina ha ordenado el cese del tránsito después de que los manifestantes serbokosovares instalaran barricadas del otro lado. EE UU y la UE piden la desescalada.

Crisis de las matrículas: Kosovo cierra su principal puesto fronterizo con Serbia

La escalada de tensión en los Balcanes alerta a la comunidad internacional. Kosovo ha cerrado su principal puesto fronterizo con Serbia, tras varios meses de fricciones políticas con Belgrado debido a la llamada crisis de las matrículas. Pristina asegura que ha tomado la decisión debido al bloqueo de carreteras que los ciudadanos serbokosovares, la minoría étnica en el país, ha estado llevando a cabo en las últimas semanas.

“El tráfico en el puesto fronterizo de Merdare está cerrado a la entrada y la salida”, ha informado este miércoles el Ministerio del Interior de Kosovo, que ha argumentado que la decisión responde a las barricadas instaladas en territorio serbio, a unos dos kilómetros al norte del cruce limítrofe. Las autoridades de Pristina denuncian que un grupo de personas han bloqueado con camiones y tractores la carretera serbia, con apoyo de algunos serbokosovares, que desde hace más de dos semanas han sostenido bloqueos en varias vías del norte de Kosovo.

Tras conocer la noticia, las autoridades kosovares han decidido cortar el tránsito de Merdare, mientras que los otros pasos fronterizos menores de Jarinje, Brnjak y Metojia, en el norte siguen bloqueados. Aún queda un par de puestos limítrofes entre ambos territorios, pero la situación parece agravarse después de que el presidente serbio Aleksandar Vuvic ordenara a su ejército a entrar en ‘estado de alerta reforzada’ en respuesta a los últimos acontecimientos en la zona.

El primer ministro kosovar, Albin Kurti, ha responsabilizado a “criminales apoyados por Belgrado” por la instalación de las barricadas “ilegales” e “inaceptables”. Este mismo miércoles ha reiterado su amenaza de recurrir a la fuerza eliminarlas si la KFOR, la misión de paz de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Kosovo, no intervenía “rápidamente” con ese mismo objetivo.

La UE y EE UU exigen la desescalada

La Unión Europea y EE UU han exigido a ambas partes a que encuentren un punto medio para conseguir una desescalada, antes de que pueda empeorar la situación. “Llamamos a todas las partes a ejercer el máximo de contención, a actuar de inmediato para rebajar la situación sin condiciones y a abstenerse de provocaciones, amenazas o intimidaciones”, han reclamado en un comunicado conjunto el portavoz de la oficina del alto representante para Política Exterior de la UE, Josep Borrell, y el del Departamento de Estado estadounidense.

“Esperamos que Kosovo y Serbia vuelvan a fomentar un ambiente que permita la reconciliación, la estabilidad regional y la cooperación, por el bien de sus ciudadanos”, han agregado ambos portavoces, que exigen el respeto por el Estado de Derecho y rechazan cualquier forma de violencia pues es “inaceptable” y “no será tolerada”.

El miércoles el Gobierno de Kosovo ha instado a los manifestantes serbokosovares a retirar las barricadas y les ha asegurado que tienen garantías de la Unión Europea y de los Estados Unidos, de que no serán arrestados ni protestados por las protestas de los últimos días. “Acogemos con beneplácito las garantías de los líderes kosovares que confirman que no existen listas de ciudadanos serbios de Kosovo que sean arrestados o procesados por protestas pacíficas”, han señalado la UE y EE UU en el comunicado.

La escalada de tensiones tuvo un repunte este año, pese a haberse iniciado hace tiempo. La minoría serbokosovar en el norte del país, que Serbia todavía no reconoce como Estado soberano pese a la declaración unilateral de independencia en 2008, se ha rehusado a ceder a las exigencias de Pristina de dejar de usar las matrículas expedidas por Belgrado, y en su lugar usar documentos emitidos en territorio kosovar.

Serbia accedió, tras una negociación in extremis, a dejar de producir matrículas de coches con ciudades en territorio kosovar, pues aún los considera parte del país, pero nunca hubo una fijación de un plazo para resolver el problema desde la raíz. Ello ha provocado una serie de protestas en el norte de la antigua provincia serbia, donde la minoría étnica es mayoritaria y acusan a Pristina de discriminarlos, por lo que han protestado con el bloqueo de carreteras, así como se han registrado altercados violentos y tiroteos. @mundiario

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