Corea del Norte refuerza su seguridad tras el sobrevuelo de bombarderos norteamericanos

Kim Jong Un. / RRSS
Kim Jong Un. / RR SS

Tras el sobrevuelo de bombarderos de Estados Unidos cerca de los límites de Corea del Norte, Pionyang podría haber puesto en marcha un protocolo de defensa militar específico.

Corea del Norte refuerza su seguridad tras el sobrevuelo de bombarderos norteamericanos

La agencia Yonhap ha sido la encargada de informar sobre el traslado de aviones de combate a la costa este de Corea del Norte, zona en la cual se avistaron los bombarderos norteamericanos la pasada semana. Concretamente bombarderos B-1B y cazas F-15 de la Fuerza Aérea de EE.UU. se acercaron hasta el área desmilitarizada más próxima al país.

A raíz del sobrevuelo de los aviones mencionados, varias fuentes afirman ahora que Corea del Norte podría estar reforzando sus defensas para combatir otra aproximación similar a sus fronteras.

Por su parte, el Servicio Nacional de Inteligencia surcoreano ha puesto de manifiesto que la ausencia de represalias hasta el momento se debe a que los radares norcoreanos no habrían detectado la presencia de aviones americanos a tiempo. Fuentes cercanas aseguran que una escasez en electricidad pudo provocar esta falta de respuesta de los radares.

EE UU no ha declarado la guerra a Corea del Norte, afirman desde la Casa Blanca

Este mismo lunes fue el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Herbert McMaster, quien comentaba que su intención nunca ha sido la de realizar un “ataque preciso” sobre Corea del Norte, pero no descartaba la posibilidad de que se desarrollase una guerra si la situación sigue agravándose.

Las palabras exactas de Herbert McMaster fueron, según Tass, las siguientes: “No existe  un ataque preciso que solucione el problema. Ni tampoco existe un bloqueo militar que lo pueda resolver". Junto a estas palabras, la Casa Blanca también se afanó en desmentir que se haya declarado la guerra a Corea del Norte tal y como afirma el régimen de Kim Jong-un tras las afirmaciones de Donald Trump, presidente de EE UU en las que mencionaba que su país “tiene mucha fuerza y paciencia, pero si es forzado a defenderse y a defender a sus aliados, no tendremos otra opción que destruir totalmente a Corea del Norte".

Concretamente, fue Katina Adams, portavoz del Buró de Asuntos del Este de Asia y del Pacífico del Departamento de Estado, quien manifestó, que no sólo no se ha declarado la guerra, si no que, además, EE UU sigue buscando “una desnuclearización pacífica en la península coreana". Según informa RIA Novosti, la portavoz destacó que nadie tiene derecho a disparar a las flotas de otros países en aguas o espacios aéreos internacionales.  Contestaba así a las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores de Corea del Norte, Ri Yong-ho, quien trasladó a los medios que se reservaban el derecho a derribar los bombarderos si lo consideraban una amenaza para el país (incluso fuera de las líneas límites norcoreanas).

Llamada a la calma por parte de la Ministra de Corea del Sur

En este ambiente de tensas declaraciones cruzadas, la ministra de Exteriores de Corea del Sur, Kang Kyung-wha, también ha tomado parte en el diálogo para declarar que es de suma importancia que Seúl y Washington no entren en las “provocaciones” de Pionyang (Corea del Norte) y evitar así las confrontaciones directas. Afirmaba que “es necesario que nosotros – Corea del Sur y EE UU– manejemos la situación con astucia y firmeza para evitar una mayor escalada de tensión”.

En esta misma comunicación, que ofreció Reuters, Kang Kyung-wha volvió a plantear a Pionyang la necesidad de mantener diálogos militares entre ambos países para rebajar la tensión existente. No obstante, también sentenció que “el tiempo se acaba” para la diplomacia entre ambos.

Con todo lo manifestado, se muestra todavía una opción para el diálogo que poco a poco se contamina del tenso ambiente entre los tres países nombrados en la presente nota.

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