No es la guerra pero cuando arde París, el mundo aún tiembla

Terrorismo
Terrorismo en París.

Ciertamente en España está muy justificado cualquier temor. No es ninguna broma que los ultraislámicos tienen muy presente Al Andalus y que Ceuta y Melilla se encuentran en África, no digamos.

No es la guerra pero cuando arde París, el mundo aún tiembla

Ciertamente en España está muy justificado cualquier temor. No es ninguna broma que los ultraislámicos tienen muy presente Al Andalus y que Ceuta y Melilla se encuentran en África, no digamos.

Ya queda muy lejos aquello de que “cuando París estornuda, el mundo se acatarra.” Pero cuando arde París, el mundo aún tiembla. Esta guerra no es la guerra aunque las víctimas se cuenten ya por miles. O, para ser más exactos, hay un conflicto bélico en territorio sirio, dentro del cual se entrecruzan las fuerzas del presidente Assad (II), sus oponentes y, en paralelo, el islamismo extrenista, con intervención de Francia, EEUU y ahora Rusia, que parecen haber comprendido al fin que la única forma de alcanzarlo es ponerse de acuerdo sobre el futuro de aquel país con capital en la, dicho con multisecular propiedad, mítica Damasco. Sin embargo el probable derribo del ISIS (siglas en inglés, siempre en inglés)  ¿supondrá el cese de los atentados, de las autoinmolaciones llamadas martirios?

No estamos en una guerra mundial ni en una guerra sectorial ni ante una guerra civil de guerrillas al menos cuando el escenario es en Occidente.

Con tanta pretensión de pulverizar el tiempo, apenas se hace hincapié en que esta masacre en pleno corazón de la Revolución por excelencia, se suma a la gran matanza en la Gran Manzana, sembrada de casi 3.000 muertos; la de los ferrocarriles de cercanías de Madrid; la de Londres; la de Rusia en el colegio ocupado por  los  terroristas chechenos; el ataque a Charlie Hebdo…

Ciertamente en España está muy justificado cualquier temor. No es ninguna broma que los ultraislámicos tienen muy presente  Al Andalus y que Ceuta y Melilla se encuentran en África, no digamos.

Las operaciones de retorsión occidentales no se harán esperar, como ha dicho el presidente Hollande: “Seremos implacables.”

También de un momento a otro, pueden tener la seguridad, se redoblarán los gritos racistas y de culto a los vampiros europeos viejos de va para un siglo, todavía “no muertos”

Calquier día  de estos  alguien tratará de movilizarnos con sospechadas “quintas columnas”,entre los millares de refugiados inmigrantes.

¡Alerta permanente contra todos los falsos profetas!

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