América empieza a tildar abiertamente a Nicolás Maduro como un dictador

Cancilleres de América Latina en Perú. / Twitter
Cancilleres de América Latina en Perú. / Twitter

Representantes de 17 países se reunieron en Lima, Perú, y emitieron un documento que condena fuertemente la deriva autoritaria del chavismo.

América empieza a tildar abiertamente a Nicolás Maduro como un dictador

Tal y como informó MUNDIARIO, representantes de varios países latinoamericanos se reunieron en Lima, Perú, para tratar de urgencia la crisis que tiene hundida a Venezuela. El caos implantado por Nicolás Maduro y su régimen es tal que ha logrado unir a los pesos pesados de la región, cuyos cancilleres no tuvieron ningún tapujo en calificar al presidente como un dictador y acordaron "condenar la ruptura del orden democrático en Venezuela y no reconocer a la asamblea nacional constituyente por su carácter ilegítimo y su pleno respaldo a la Asamblea Nacional democráticamente electa". En otras palabras, y por si quedaban dudas, ninguno de los países participantes de esta cumbre reconocerá ningún movimiento de la Asamblea Constituyente implantada la semana pasada, incluidos aquellos movimientos de índole económico. "Condenamos la violación sistemática de los derechos humanos y las libertades fundamentales, la violencia, la represión y la persecución política y la falta de elecciones libres", reza el comunicado emitido por los cancilleres.

El evento hizo saltar chispas por momentos, pues algunos países, como Perú y Argentina, llevaban la espada desenvainada, mientras otros optaban por una postura más moderada. Al final, redactaron un texto con 16 puntos concretos y con serias consecuencias políticas y económicas. Para ejemplo de ello, se puede tomar el punto 4, que reza que ninguna empresa con sede en los países firmantes podrá firmar contrato alguno con Venezuela o acordar pactos de financiación si éste demanda el visto bueno de la Asamblea Nacional que Maduro quiere llevarse por delante.

"Lo que tenemos en Venezuela es una dictadura. Esta situación no tiene salida. Tenemos que actuar. Se ha roto el orden democrático, es una situación incompatible con la democracia en esta región que tanto costó construir", dijo el canciller anfitrión, Ricardo Luna. "No podemos admitir un régimen dictatorial entre nosotros. Promovemos el aislamiento diplomático de un régimen que castiga con el horror a su pueblo", agregó Aloisio Nunes, canciller de Brasil.

Los grandes países de la región estrechan filas para dejar contra la pared a Caracas. Estados Unidos, por su parte, ya ha lanzado su propia ofensiva, que incluye sanciones económicas para altos mandos chavistas. Las otras potencias, puntualmente México, Brasil, Colombia, Canadá y Argentina, asistieron a la sesión del martes en Lima para apretar todos los botones posibles e intentar detener de una vez por todas la escalada autoritaria. Nada menos que 17 países se encontraron en la capital peruana en una cita sin precedentes y que tenía como único objetivo la toma de decisiones respecto al desbarajuste de Venezuela.

La Organización de Estados Americanos (OEA) ya había intentado tomar una postura seria ante el mismo frente abierto, pero todos sus intentos se quedaron sin  éxito. Así, los países decidieron maniobrar por su propia cuenta y mostrarse unidos ante la tormenta ajena, ambas cosas casi inéditas en toda la región. El grupo, que dejó el recado de que procedía como lo hace ante la inutilidad de la OEA y la reticencia de muchos de sus miembros, seguirá reuniéndose y sus puertas están abiertas para quienes quieran unirse. La próxima reunión será en septiembre, durante la asamblea general de la ONU en Nueva York. La primera medida de emergencia será el retraso de la cumbre UE-CELAC, que inicialmente estaba programada para octubre. La presencia de Venezuela en esa cita en plena tensión la hace sencillamente imposible, aseguran los cancilleres.

La cita sirvió para demostrar que Venezuela, que fue suspendida de Mercosur la semana pasada, se está arrinconando al punto de estar casi sola en medio del desierto y tirada a su suerte por sus socios comerciales, quienes no han tenido reparos en presionar al régimen para que de vuelta atrás en su Asamblea Constituyente.

El presidente mantiene el apoyo de algunos países como Bolivia, Ecuador, El Salvador, Nicaragua y, por supuesto, Cuba, pero hasta ahí. Lo peor de todo, es que política y económicamente sus aliados apenas representan algo para la región, por lo que a la hora de enfrentarse a los colosos el presidente de hecho está solo. Su avanzada ha colmado la paciencia de los principales diplomáticos, quienes hasta ahora evitaban en la medida de lo posible referirse a él como un dictador. Pero en Lima, el término brotó de bocas de casi todos.

Pedro Pablo Kuczynski, presidente de Perú, es uno de los rostros más visibles de este batallón antichavista, llegando a amenazar a Caracas con romper relaciones diplomáticas. Ya en marzo ordenó el retiro de su embajador. El objetivo de esta reunión, dijo el mandatario, era buscar "un entendimiento para que el Gobierno actual suelte a los presos políticos y cierre esta Asamblea Constituyente ilegal”. Mauricio Macri, por su parte, no fue con modales diplomáticos ni mucho menos y tildó a Maduro directamente de ser el responsable de las muertes de centenas de jóvenes en las calles. "Qué difícil debe ser irse a dormir con tantas muertes sobre tu cabeza. Qué duro, Maduro", dijo el presidente de Argentina.

Paz en el despacho de Maduro

Todas estas arengas y reuniones son ya muy bien conocidas por Maduro, quien ya en su momento había pasado de ser piloto de autobús a canciller de su país. El presidente venezolano asegura que no le inmuta en lo más mínimo el rechazo internacional. No obstante, sí estará cuando menos al pendiente del avance de esta situación, considerando que en la reunión de Perú estuvieron Brasil, Argentina, Colombia y México, todos ellos grandes socios comerciales de Venezuela. Aparte, Estados Unidos, número uno en el comercio de la república bolivariana, ha dado un paso al frente también, por lo que el único socio realmente notable que le queda es China. Ninguno de los países latinoamericanos que reconocen la Constituyente está entre las primeras posiciones del conteo de aliados comerciales de Venezuela. Los países que rechazan la Constituyente en todo el mundo son 43, mientras que los que la apoyan son apenas ocho, incluidos Rusia, Irán y China.

La situación ha llegado al punto que hasta el Papa condenó esta acción y llamó al presidente a retractarse de semejante disparate. De igual forma la ONU, que condenó la violencia con que su régimen ha repelido las manifestaciones. El aislamiento se dispara y 10 aerolíneas han decidido posponer sus vuelos al país. De momento no hay consenso para poder aplicar la Carta Democrática en la OEA tal y como pasó en Mercosur, pero la presión va en aumento. Ese es el mensaje que dejó la reunión de Lima. La pelota está ahora en el campo de Venezuela.

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