¿Estamos ante la segunda fase de la reestructuración bancaria?

Credit Suisse. / Mundiario
Credit Suisse. / Mundiario
El fin de semana negro para la banca ha culminado con cierto margen de oxígeno, pero insuficiente, mientras se prevé una nueva oleada de concentraciones bancarias.
¿Estamos ante la segunda fase de la reestructuración bancaria?

Hace apenas cinco años escribía en este periódico un artículo acerca de la “muerte” del Banco Popular donde se avanzaba la siguiente afirmación: “el movimiento de ficha que acaba de producirse traerá consigo otro efecto dominó en lo que parece ser la segunda fase de la reestructuración bancaria. Vamos hacia un escenario de elevada concentración a nivel europeo, caminamos hacia un puñado de entidades capaces de concentrar todo el negocio” y…, aquí estamos.

En apenas unos días el suelo ha empezado a temblar, primero en Estados Unidos, con la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB), una entidad que ocupaba el número 20 de los mejores bancos de Estados Unidos sobre un total de 4.213, según Forbes, al que siguieron las dificultades de Signature Bank o el First Republic Bank. Con tan solo una semana de diferencia, el aleteo de la mariposa se ha dejado sentir en Europa, y ha culminado con rescate del segundo mayor banco de Suiza, el Credit Suisse, que pasa a manos de la primera entidad del país, UBS, y se convierte así en un gigante con 1,5 billones de euros en activos, es decir, más que todo el PIB de España. Ante estos movimientos, los primeros mensajes fueron de calma por parte de las autoridades, pero algo huele a que, de nuevo, el sector bancario afronta una reestructuración que se va a traducir en menos entidades de mayor tamaño.

El presidente de Estados Unidos salió al paso con un mensaje sobre la solidez del sistema bancario de su país, cuyos problemas en el pasado tiraron la primera ficha del dominó –Lehman Brothers– que acabó fraguando en la crisis financiera de 2008. En Europa, el BCE tomó una difícil decisión en su última reunión, seguir subiendo los tipos de interés según la hoja de ruta trazada, medio punto, a pesar de que tenían en la habitación los elefantes señalados.

Ni las turbulencias financieras norteamericanas ni la crisis de Credit Suisse, de especial trascendencia para la zona euro, cambiaron los planes de la autoridad reguladora. Christine Lagarde, en su comparecencia, trasladó un mensaje de tranquilidad y firmeza,  con la prioridad puesta en la lucha contra la inflación, al tiempo que respaldó la “solidez” y la “resiliencia” de la banca europea, lo que se compadece mal con la reunión de urgencia que mantuvo el consejo de supervisión del BCE apenas unas horas después.

Garantías para la liquidez

A esto se añade la acción coordinada para facilitar liquidez que acordaron el Banco de Canadá, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón, el Banco Central Europeo, la Reserva Federal y el Banco Nacional de Suiza, a última hora de la tarde del domingo 19 de marzo.  Las operaciones de permuta (swap) para facilitar la financiación en dólares que antes eran semanales pasarán a ser diarias y continuarán, al menos, hasta finales de abril, con posibilidad de prorrogarla, si fuese necesario. Un nuevo torniquete para cortar la sangría, que trata de evitar un efecto contagio y la pérdida de cotización bursátil que están sufriendo las entidades financieras. Los bancos del EurostoXX han perdido un 13% de media desde el inicio de las turbulencias, pero algunas entidades superan ya el 20%.

El fin de semana negro que acaba de vivir la banca se ha cerrado con cierto margen de oxígeno que la presidenta del BCE espera que sea el cortafuegos definitivo para frenar las turbulencias financieras en Europa “doy la bienvenida a la acción rápida y a las decisiones tomadas por las autoridades” que permitirá, según la Reserva Federal “contribuir a mitigar los efectos de las tensiones financieras sobre la oferta de crédito que afectan a los hogares y a las empresas”.  La mandataria francesa ha insistido en que el sector bancario de la “zona euro es resistente y cuenta con importantes posiciones de capital y liquidez” y, en caso de necesitar un refuerzo el “BCE está en condiciones de inyectar más al sistema financiero de la zona euro”.

2008, en el recuerdo

Estos mensajes resultan conocidos, fueron la antesala del desastre financiero de 2008. Ahora la situación es muy diferente, en Europa se han reforzado las garantías y los controles “exhaustivos”, lo que parece poder evitar una crisis generalizada.

Con todo, no debe descartarse una segunda oleada de fusiones y absorciones bancarias en Europa y por ello también en España. Posiblemente acaba de abrirse la espita para que esas operaciones que llevan tiempo negociándose e incluso anunciándose acaben de cuajar en este momento. El caldo de cultivo es propicio, la mayor concentración bancaria ha vuelto para culminar el proceso de reestructuración que quedó pendiente en la crisis anterior. @mundiario

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