Las eléctricas sufren muchas críticas, pero siguen a lo suyo: ganar dinero a raudales

Torres eléctricas. / Michael Schwarzenberger en Pixabay
Torres eléctricas. / Michael Schwarzenberger en Pixabay
Los beneficios de las compañías energéticas a cuenta de la crisis de sus consumidores superan, por ejemplo, todos los fondos que manejará la Xunta de Galicia este año.
Las eléctricas sufren muchas críticas, pero siguen a lo suyo: ganar dinero a raudales

La crisis de precios de la energía que soportan los consumidores disparó los beneficios de las grandes energéticas españolas, que subieron como la espuma, hasta alcanzar los 12.780 millones de euros, una cifra que supera todo el presupuesto de la Xunta de Galicia para 2023 (12.620 millones).

Las subidas del petróleo, del gas y de la luz produjeron un buen agujero en los bolsillos de la gente, pero en cambio hicieron aún más millonarios a los accionistas de empresas como Iberdrola, especialmente conocida en Ourense, donde el diario La Región, líder en la provincia, alertó de que Iberdrola, Naturgy y Endesa engordan sus bolsillos mientras ahogan Ourense en su propia agua. Un editorial de este periódico ya emplazó a la Xunta de Galicia, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil (CHMS), las diputaciones y los concellos a tomar posiciones ante estos tres gigantes energéticos, habida cuenta de que “Ourense tiene enfrente el reto de retomar el control de sus ríos”.

Las energéticas basan su débil defensa en que sus beneficios extraordinarios están en el petróleo y en el gas, pero no en la generación de luz, en especial si es de origen renovable. Y no contentos con su argumentario para los medios –algunos de su propia órbita– y las redes sociales, se fueron a los juzgados.

Aelec, la patronal del sector eléctrico que reúne a Iberdrola, Endesa y EdP, ya presentó ante la Audiencia Nacional un recurso al considerar “discriminatoria e injustificada” un tributo del 1,2% de los ingresos no regulados, y Endesa hizo lo mismo por separado.

Pero hubo quien fue todavía más lejos. El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, que ganó 13 millones de euros –cinco veces más que el presidente de Endesa, José Bogas–, se permitió incluso llamar “tontos” a quienes están acogidos a la llamada tarifa regulada de la luz, también conocida como PVPC. Lo hizo en mayo de 2022 cuando la escalada de precios de la electricidad en el mercado mayorista golpeaba a los 10,5 millones de hogares –un 40% del total–, acogidos precisamente a esa tarifa regulada. De ellos, más de 3 millones eran clientes “tontos” de Iberdrola. Así son ciertas cosas en España mientras no se quiera que sean de otro modo.

Lo cierto es que las claves de fondo del sector de la energía pasan inadvertidas ante los ciudadanos, que no solo ignoran los secretos del críptico recibo de la luz, sino también las estrategias ocultas, edulcoradas por las eléctricas mediante suculentas campañas de propaganda en grandes medios afines.

Todo esto tiene nombres y apellidos, de personas que son habituales interlocutores de la Moncloa, gobierne quien gobierne. Se trata del presidente de Iberdrola, Sánchez Galán; el presidente de Naturgy, Francisco Reynés; el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz; el consejero delegado de Endesa, José Bogas; la consejera delegada de EDP, Ana Paula Marques, y el presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales. Es la lista, por ejemplo, de quienes se reunieron en plena crisis con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, para comentar las medidas orientadas a “amortiguar el impacto de la escalada de los precios de la energía” y su efecto sobre la economía, cada vez más resentida, mientras las eléctricas seguían –y siguen– aprovechándose de los llamados beneficios caídos del cielo. Es verdad que las eléctricas sufren muchas críticas en España, pero no lo es menos que estas empresas siguen a lo suyo: ganando dinero a raudales. @J_L_Gomez

Francisco Reynés, presidente de Naturgy. / Mundiario
Francisco Reynés, presidente de Naturgy. / Mundiario

AL ALZA

Las prórrogas

La concesión de un tercio del medio centenar de aprovechamientos hidroeléctricos que soporta la provincia de Ourense caducará en las dos próximas décadas. Casi todos son minicentrales, pero para los grandes embalses habrá que esperar más: Iberdrola, Naturgy y Endesa ya movieron ficha para asegurarse prórrogas hasta los años 2050 o 2060, en muchos casos venciendo con holgura los 75 años fijados por la Ley de Aguas de 1985. Son asuntos de la política que a menudo pasan inadvertidos.

A LA BAJA

Los ríos

El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima prevé 3.500 MW de bombeo en España, que quiere ser la batería de Europa, donde ya ocupa el cuarto lugar, y las eléctricas se apuran para actuar de nuevo en los ríos. Las multinacionales pretenden que España sea no solo una potencia eólica, sino también una megabatería eléctrica, si es necesario a costa de una sobreexplotación fluvial mediante el bombeo, léase un almacén de energía que conecta dos embalses, uno superior y otro inferior. @mundiario


Pedro Sánchez, presidente de Gobierno. / @sanchezcastejon.
Pedro Sánchez, presidente de Gobierno. / @sanchezcastejon.

PROTAGONISTAS

Pedro Sánchez

Presidente del Gobierno

Este último año ha atacado sin matices a “las grandes eléctricas que van de la mano de la derecha política y mediática”, pero a la hora de la verdad la montaña parió un ratón: un pequeño tributo, encima recurrido por las energéticas.

Ignacio Sánchez Galán

Presidente de Iberdrola

Sus desaires a las instituciones del Estado incluyen al Presidente del Gobierno. Primero hubo un desencuentro entre ambos en EE UU y después un plantón a Pedro Sánchez en un encuentro con empresarios del Ibex-35 en la cumbre de Davos.

Teresa Ribera

Vicepresidenta del Gobierno

Aprovechando la presidencia de la UE, España impulsará el debate sobre la creación de un tributo climático a los megarricos. El impuesto promovido por un grupo de economistas franceses le parece “una idea interesante e innovadora”. Veremos.

Yolanda Díaz

Vicepresidenta del Gobierno

Es, sin duda, la dirigente política que se corta menos a la hora de plantarle cara a las compañías energéticas, pero su falta de competencias en la materia contribuye a que proteste mucho, pero pueda hacer más bien poco. Aun así, le temen. @mundiario

Comentarios