La pérdida de poder adquisitivo se prolongará hasta que se afiance la desescalada de la inflación

Un carrito de supermercado. / Pixabay
Un carrito de supermercado. / Pixabay

Hay datos de 2022 que suenan bien –crecimiento, reducción de la deuda, creación de empleo e incluso una inflación mejor que la de otros países–, pero eso no equivale a que sean sostenibles en el tiempo.

La pérdida de poder adquisitivo se prolongará hasta que se afiance la desescalada de la inflación

España ha tenido datos económicos aceptables en 2022, pero todavía sigue por debajo del nivel de PIB anterior a la pandemia y es colista en la eurozona. En la caída y en la recuperación ha sido clave el turismo. Si bien el Gobierno intenta arrimar el ascua a su sardina, al relacionar el repunte a su política económica, lo cierto es que el sector turístico fue más decisivo, sin que por ello haya que menospreciar algunas políticas gubernamentales y otras derivadas de la estrategia marcada por la Unión Europea.

Se habló mucho del cambio del modelo productivo, pero la realidad indica que en torno al 12% del PIB español depende del turismo de manera directa y que cerca del 25% está relacionado indirectamente con el mundo del ocio. Otra pandemia o algo similar capaz de paralizar el país volvería a hundir más la economía española que la de países industrializados como Alemania o Francia.

En el horizonte, además de ver el desenlace de la guerra de Ucrania, toca estar pendientes de las alzas de los tipos de interés que fija el Banco Central Europeo (BCE) y las decisiones que se adopten en materia de reglas fiscales sobre el déficit y la deuda del Estado. También, por supuesto, del proteccionismo global y de cómo se inviertan los fondos europeos; máxime si van a servir para cambiar –al menos un poco– el modelo económico de España.

Fue este el contexto en el que se ya saldaron los datos macroeconómicos más recientes, en general positivos, con una raíz común: España creció más que otros socios porque estos ya se habían recuperado antes. Hay datos de 2022 que suenan bien –5,5% de crecimiento, reducción de la deuda en 5,2 puntos, creación de empleo y 5,7% de inflación, ya que es mejor que la de otros países–, pero eso no quiere decir que sean sostenibles en el tiempo. Basta ver los datos de enero para no lanzar las campanas al vuelo. Ahora bien, los escenarios de los catastrofistas para este año quedan en principio descartados, como observa Xavier Vidal-Folch en El País.

Nada parece ser cuestión de catastrofismos ni de grandes alegrías. Lo saben bien las familias, a menudo con problemas de consumo, cuando todo apunta a que la pérdida de poder adquisitivo se prolongará en la primera parte del año, hasta que la desescalada de la inflación se afiance, según las previsiones de Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas.

Unas cosas y otras vienen a confirmar que la crisis económica que trajo la pandemia fue más intensa que la anterior pero menos duradera que la de 2008, como ya rezaba el subtítulo del libro  Cómo salir de esta (II) .

En la crisis de 2008, España había adoptado severas medidas de austeridad, a pesar de tener un desempleo elevado. Se encontró sin capacidad de refinanciar su deuda y se vio obligada a recortar su gasto y a subir los impuestos. La devaluación interna perfiló la salida de aquella crisis tan dura y larga.

En 2020, el PIB cayó un 10,8% y la deuda cerró en el 119,9% del PIB. A su vez, España terminó 2020 con el déficit más elevado de la UE, un 10,97% del PIB. La crisis del empleo tras un año de pandemia trajo consigo 438.617 empleos menos y 401.328 parados más, en medio de la mayor crisis demográfica en España desde la Guerra Civil. Pero esta vez Europa le dio soporte a las políticas de mantenimiento del Estado de bienestar, saldadas con una elevada factura, tanto en déficit como en deuda. @J_L_Gomez


Billetes de euro.
Billetes de euro.

AL ALZA

Los gastos

Los hogares ya no disponen de un colchón de liquidez para sustentar los gastos en consumo y sus ingresos, vía salarios, repuntan menos que la inflación, de ahí los desajustes en las economías domésticas. Los menos favorecidos han tenido el consuelo de una subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta los 1.080 euros brutos mensuales en 14 pagas (15.120 euros brutos anuales), alza que aumenta un 8% este año y acumula un incremento del 47% en los últimos cinco ejercicios.

A LA BAJA

Las pérdidas

Donde hay menos pérdidas este año es en la Bolsa. Esta semana, el Ibex 35 ganó un 2,36%, con avances en todas las sesiones, y marcó máximos anuales, en niveles que no había visto desde febrero de 2020, antes del estallido de la pandemia. Del mismo modo que pasa con el PIB, la Bolsa también recupera ahora lo perdido desde 2020, mucho después, por tanto, que otros mercados financieros, empezando por los de Estados Unidos. La nueva situación de la banca, con tipos en positivo, ayuda.


Nadia Calviño. / Mundiario
Nadia Calviño. / Mundiario

PROTAGONISTAS

Nadia Calviño

Vicepresidenta del Gobierno

La ratio de deuda pública en el año 2022 ha bajado en más de cinco puntos porcentuales, hasta situarse en el 113,2% del PIB, debido al crecimiento económico. Pero cuando no haya tanto crecimiento tocará hablar de consolidación fiscal.

Pedro Sánchez

Presidente del Gobierno

La autonomía estratégica será una de las prioridades de la presidencia española de la UE, en el segundo semestre de este año. También cree posible el pacto sobre migración, pese a las grandes diferencias encontradas en su gira europea.

Alberto Núñez Feijóo

Presidente del PP

Son muchas las cosas que tiene que armonizar en su partido si quiere centrarlo, a su medida. En materia económica no acertó en el diagnóstico, al exagerar un poco, pero en el plano político está aprovechando los resbalones del Gobierno.

Alfonso Rueda

Presidente de la Xunta

Si el Corredor Atlántico es su prioridad tiene tres retos: liderar el noroeste sin ponerle palos en la rueda al Gobierno, activar al empresariado gallego y conseguir que el PP y la derecha económica del Mediterráneo no vean el Atlántico con recelo. @mundiario

 

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