Asperger y reclutamiento. ¿Oportunidades perdidas?

Tamara Bellis, fashion blogger. 
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Tamara Bellis. / Unsplash

Si hablamos de diversidad y de igualdad de oportunidades, a la vez que de especialización, hay que dejar de hablar y pasar a la acción.

Asperger y reclutamiento. ¿Oportunidades perdidas?

Cuando Hans Asperger (1906/1980) estudió medicina en la Universidad de Viena y posteriormente ejerció como médico pediatra, no sospechó que un trastorno del neurodesarrollo podría replicar y mostrar algunas características especialmente portentosas.

El caso es que el conocido como Síndrome de Asperger comparte aspectos nucleares con el autismo. De hecho, en la actualidad se le considera como una manifestación del Trastorno del Espectro del Autismo (TEA).

Aunque su diagnóstico no obedece a una prueba analítica de base biológica o molecular, con diferentes test, entrevistas y observación constante se puede marcar una probabilidad de su existencia. Para ello, el individuo debe poseer un lenguaje normalizado pero con un severo impedimento en la interacción social.

Lo cierto es que su origen es poligénico y por ello, se le ha ido repartiendo la causa entre la genética y el ambiente. Una mezcla en la que actualmente se atribuye al desarrollo genético prácticamente el 100%.

Debe saber que cuando nos referimos a un síndrome lo hacemos así porque no existe una clara sintomatología ni una única causa u origen. Más bien se aprecia un conjunto de rasgos distintivos que marcan cierta peculiaridad.

¿Qué características han desarrollado?

Con carácter general, las personas Asperger poseen un lenguaje normal pero escasamente adherido al contexto social de cada momento. Son capaces de hablar con suma profundidad sobre un tema de su interés sin sensibilizarse con la audiencia o con sus interlocutores.

Así mismo, tienen dificultad para interpretar la información no verbal. De hecho, en diferentes estudios sobre los procesos visuales se ha determinado que poseen una preferencia a observar la zona de la boca y laterales del rostro de sus interlocutores, sin prestar atención a los ojos.

Dicha preferencia limita la progresión neurológica del sistema visual ascendente, ofreciendo una información parcial que contribuye a generar cierta confusión a la vez que facilita la concentración. Así mismo, interpretan el lenguaje verbal de forma literal sin percibir el significado de las bromas, la ironía o el sarcasmo.

En contra, tal y como decíamos en alusión a la compensación neurológica, han desarrollado una extraordinaria sensibilidad a los cambios posicionales. “Algo que ayer no estaba ahí y hoy sí está” es detectado en un flash.

Así mismo descifran y detectan cualquier signo de puntuación, dato o dígito fuera de lugar. Su nivel de concentración en la percepción suele ser superior al del resto de individuos, así como su alineamiento con las rutinas.

Asperger, TEA y Reclutamiento

En dependencia de la intensidad reflejada, el individuo desarrolla sus habilidades compensatorias.
De hecho, ¿por qué cree que las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) poseen una unidad especial de inteligencia cuyos miembros poseen TEA?

La “Unidad 9900” pertenece al ejército israelí. Su especialidad es la revisión, rastreo y decodificación de imágenes aéreas procedentes tanto de los satélites como de drones y aviones. Así mismo, en otras unidades especiales relacionadas con la ciberseguridad, se trabaja en la búsqueda de fallos y modificaciones en líneas de programación informática.

Como puede apreciar, sus fortalezas son de gran utilidad en la búsqueda de la perfección de forma simple y llana. No suelen plantear diferentes opciones ante un problema, pero lo que es seguro es que su análisis será especialmente meticuloso.
Así, lo que está claro es que todas aquellas tareas que requieran de dichas habilidades tienen unos candidatos adecuados en este colectivo.

Definición, contraste, análisis, revisión, localización, etc… son habilidades necesarias en la gestión de sistemas de calidad, automatización de procesos, ciberseguridad, programación informática, desarrollos IA, etc…

Así que no le extrañe que en una oferta de empleo aparezca el requisito: “Preferiblemente TEA/Asperger” al igual que actualmente se cita “Preferiblemente MBA”.

Si las empresas que gestionan talento y se dedican al reclutamiento se profesionalizasen más, tendríamos a candidatos y candidatas que al poner “TEA/Asperger” dispondrían de un plus. Evidentemente, si las habilidades solicitadas no cuadrasen con las de este colectivo, no tendrían muchas opciones. Pero, ¿No se trata de encontrar a las personas más adecuadas?

La Ciencia al rescate de la diversidad

De hecho, el psiquiatra Eric Kandel, galardonado con el premio Nobel en medicina en el año 2000, ha realizado un estudio sobre atributos especiales en personas que poseen diversidad cognitiva o bien, padecen alguna patología relacionada con el funcionamiento del Sistema Nervioso. Dicho estudio ha sido publicado en el año 2019 bajo en nombre de “La nueva Biología de la Mente”.

El motivo de la aparición de estos atributos especiales no es otro que el gran balanceo asociativo de nuestro cerebro, el cual a la vez que proyecta inteligencia, compensa ésta con la torpeza y viceversa. Por ello, cuando se rompe este equilibrio por la causa que fuere, la descompensación resultante puede generar tanto habilidades inesperadas como déficits puntuales.

A menudo me he preguntado qué ocurre en el cromosoma número 7 (por poner un ejemplo) donde la ausencia de una copia de los genes 25 al 27 genera un comportamiento extremadamente socializado y confiado, una tendencia a la distracción, estatura baja, puente nasal aplanado, estrechamiento de los vasos sanguíneos, discapacidad intelectual, etc…

En cambio, cuando en esta misma área se genera una duplicación, se genera un comportamiento aislado a nivel social.

Parece ser que no se trata de una acción directa de estos genes sino de la manifestación de cambios en procesos posteriores de expresión génica. En este caso concreto hablamos del Síndrome de Williams.

En diferentes estudios, como el realizado por investigadores de la Universidad de Harvard, se ha determinado que un déficit del neurotransmisor inhibidor GABA propicia eventos de elevada intensidad en las personas TEA y Asperger. Aun así, parece ser que no se trata de dicho déficit sino de una extremada oscilación ON/OFF en los niveles de GABA y Glutamato lo que repercute en estos síntomas.

Como puede apreciar, queda mucho por investigar pero lo que no admite discusión son las capacidades asociadas a las personas TEA/Asperger.

Si hablamos de diversidad y de igualdad de oportunidades, a la vez que de especialización, hay que dejar de hablar y pasar a la acción.

Bien… Quizás en un futuro próximo el reclutamiento se realice a través de pruebas genéticas. @mundiario 

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