La revolución industrial 4.0 y la globalización desatan problemas pero también traen prosperidad

Industria 4.0. / Mundiario
Industria 4.0.

Empleo en la Era 4.0: Un punto de vista alemán constituye esta serie de 5 artículos que comienza a publicar MUNDIARIO, que también se plantea si España podrá afrontar con éxito los cambios que se avecinan como consecuencia del progreso tecnológico y digital. (I

La revolución industrial 4.0 y la globalización desatan problemas pero también traen prosperidad

"A pesar de lo que escuchamos en las noticias y en boca de muchas autoridades, la gran historia de nuestra era es que estamos presenciando la mayor mejora de los estándares de vida globales que hayan tenido lugar jamás", sostiene el economista e historiador sueco Johan Norberg. En su opinión, "la pobreza, la desnutrición, el analfabetismo, la mortalidad y el trabajo infantil están cayendo a la mayor velocidad de la historia."

Lo cierto es que la revolución industrial 4.0 y la globalización son responsables de una prosperidad económica y social que nunca habíamos conocido antes.

Robotización, drones, impresoras 3D, Big Data, Inteligencia Artificial, economía colaborativa, Deep Learning, Gig-Economy, Fintechs, … Muchos de nosotros ni sabemos su significado ni conocemos a fondo sus oportunidades. Pero sí intuimos que ya hoy tienen un impacto significativo en nuestras vidas y que lo seguirán teniendo siempre más en el futuro. Porque no solo producirán un efecto muy positivo sobre la productividad de nuestra economía, sino que ayudarán a solventar grandes problemas de la humanidad, que también existen, como el terrorismo, el cambio climático, la inequidad, la escasez de agua, el acaparamiento de tierras, la disrupción digital, pandemias como el cáncer y la obesidad.

El envejecimiento de la población del planeta es el amenazante telonero de todas las grandes transformaciones que viviremos

Por si fuera poco, el envejecimiento de la población del planeta es el amenazante telonero de todas las grandes transformaciones que viviremos. Según el diario El País, "estas fuerzas estructurales nos pueden conducir a un horizonte despavorido o bien a un tiempo en el que el ser humano entregue lo mejor de sí mismo: su capacidad de innovación y su magia para soñar soluciones."

Uno de los libros más fascinantes que he leído en los últimos tiempos ha sido escrito por el argentino Andrés Oppenheimer, afincado en Miami, donde trabaja como periodista para el diario The Miami Herald y la CNN en español. Se titula "¡Crear o morir! Cómo reinventarnos y progresar en la era de la innovación".

Oppenheimer, ganador de los premios Pulitzer 1987 y Rey de España 2000, describe en su libro, con todo lujo de detalles, las claves del éxito de innovadores iberoamericanos que han contribuido al fenómeno que llamamos Revolución Industrial 4.0: entre ellos, el mexicano Jordi Muñoz, uno de los pioneros en la producción de drones; el argentino Emiliano Kargiermann, que fabrica nanosatélites a un coste por debajo de 100.000 dólares; el chileno Alfredo Zolezzi, que convierte agua contaminada en potable con ayuda de un aparato purificador; el español Rafael Yuste, codirector del proyecto BRAIN en la Universidad de Columbia de Nueva York, que trata de desentrañar cómo se relacionan las neuronas cerebrales entre sí, para poder diagnosticar enfermedades como la depresión, la esquizofrenia y la epilepsia, y encontrar la forma de tratarlas mediante la manipulación de dichas neuronas; o el guatemalteco Luis von Ahn, cuya web Duolingo ofrece gratis cursos de idiomas y que al año y medio de su fundación contaba ya con 25 millones de alumnos. Su modelo de negocio: ofrece a empresas servicios de traducción, que realizan sus estudiantes. Un sistema de algoritmos produce la mejor versión posible, por la que por supuesto cobra.

La comunidad iberoamericana tiene un problema: admira a sus futbolistas demasiado, y a sus científicos e innovadores, demasiado poco

Para el escritor y periodista Andrés Oppenheimer, la comunidad iberoamericana tiene un problema: admira a sus futbolistas demasiado, y a sus científicos e innovadores, demasiado poco. 

Por fortuna, existen en España siempre más iniciativas que intentan desarrollar modelos de apoyo a jóvenes emprendedores e innovadores. Como ejemplo sirvan las de las fundaciones Princesa de Girona, Bertelsmann y Novia Salcedo, Galicia Emprende, Nasas: Rede de Emprendemento, Málaga Valley, Telefónica Open Future, la Cámara de Comercio Alemana para España y los programas FEDA, The Heroes Club, entre muchas otras.

Ojalá ayuden a producir pronto al próximo Ronaldo de la Robótica, al próximo Iniesta de la Inteligencia Artificial o al próximo Messi del Internet. @mundiario

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