Ronaldinho a medio camino entre Garrincha y Maradona

Ronaldinho./ RR SS
Ronaldinho./ RR SS
La vida de estos tres grandísimos jugadores ha tenido a la polémica como protagonista. Todos ellos campeones del Mundial de Fútbol, pero con múltiples problemas más allá de los terrenos, que evitaron que sus carreras fueran más prolongadas y exitosas.
Ronaldinho a medio camino entre Garrincha y Maradona

Ronaldinho fue uno de los grandes monstruos de la historia del fútbol. Un jugador bestial, por donde se mire porque tenía  técnica, fortaleza física, velocidad, potencia, visión de juego, gol, pegada y en general todas las herramientas necesarias para convertirse en una máquina para arrancar aplausos incluso de sus rivales.

Sus años en Barcelona fueron inolvidables, incluso cuando ya se detectaba su temprana decadencia y se estaba preparando el camino para dejarle la puerta abierta, para que Lionel Messi heredera el trono del brasilero.

Después de sus hazañas en el Camp Nou, de jugar con el Milan, Flamengo entro otros destinos, ahora ya retirado ha tenido problemas con el fisco brasilero y para colmo de males suma un nuevo inconveniente, que lo ha llevado hasta a una cárcel en Paraguay. Cabe preguntarse: ¿cómo pudo llegar a este punto teniendo el mundo a sus pies?

Lo del crack gaucho tiene similitudes con otros dos fenómenos que acabaron autodestruyendo sus carreras y uno de ellos encontró la muerte: Garrincha y Maradona. "El ángel de las piernas chuecas", como conocían a Manuel Francisco dos Santos fue la magia de Brasil en los años cincuenta y sesenta. Muchos quienes tuvieron la oportunidad de verlo en directo, lo consideraron incluso mejor que Pelé, pero al contrario que su compañero de selección, el bueno de Garrincha tenía otros planes para su vida y entre el alcohol, las mujeres y las juergas se fue diluyendo todo su potencial. Terminó arruinado y muriendo prematuramente a los 49 años.

Diego Armando Maradona no ha muerto, pero ha estado muy cerca de ver a San Pedro en persona. "El Pelusa" es otro de los ejemplos que un crack fuera de serie puede caer en la máxima decadencia sin importar el dinero y la fama. El argentino al menos ha logrado superar las expectativas y a punto de cumplir los 60 años sigue haciendo su vida alrededor del fútbol.

Ronaldinho puede mirarse en ambos espejos para evitar que una tragedia ocurra, porque entre tontería y tontería puede ocurrir una desgracia, que apague la eterna sonrisa que le caracteriza. Su vida desordenada y las calamidades de su entorno nos privaron  de ver más de él, con un balón amarrado a sus pies pero está a tiempo para cambiar y quizás su cumpleaños número 40 le sirva para poner en orden sus cosas, especialmente su cabeza. @mundiario

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