Luis Enrique insulta a Cruyff en su homenaje regalando el Clásico a una banda infumable

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¿Penalti?

Derrota sin importancia del Barcelona, que sale reforzado para la Champions tras su encuentro ante el Real Madrid en un clásico intrascendente para el devenir de la Liga española.

Luis Enrique insulta a Cruyff en su homenaje regalando el Clásico a una banda infumable

Comenzado mi análisis post-partido con una entradilla penosa solo para que se den cuenta de lo ridícula suena la Caverna Florentinófila cada vez que el Real Madrid pierde un clásico ante su máximo rival, es hora de ponerse serio.

Si ayer en el banquillo del Real Madrid hubiese estado Benítez en lugar de Zidane alguno estaría denunciando aún un ‘catenaccio’ puro y duro de los jugadores blancos en Barcelona. Un entramado defensivo partido y desordenado, que funcionaba por acumulación y que solo los jugadores culés, Luis Enrique, y como no, el sempiterno decimosegundo jugador del Real Madrid, el árbitro, fueron capaces de convertir en tres puntos.

Zidane salió asustado, con un planteamiento micrométrico muy a la altura de su nivel como entrenador, que nunca habría dado resultado alguno de no ser por los deméritos de un Barcelona que además de no dejar el partido cerrado en el primer tiempo, no supo administrar su ventaja - como en varias ocasiones este año -, con el balón en los pies.

Más allá de la responsabilidad innegable del árbitro en el resultado, perdonando a Ramos - ayer más Caballo Loco que nunca - que fue escandalosamente perdonado hasta cuatro veces de irse a la caseta (la primera vez con penalty no pitado incluido en el min. 25), un cúmulo de decisiones erróneas fueron el detonante de la derrota culé ante una banda del calibre del Real Madrid de ayer, y casi todas ellas son responsabilidad de Luis Enrique, que hizo el ridículo de manera estrepitosa.

Y lo hizo al alinear a la MSN tras su gira sudamericana cuando no estaban al 100%. Es un hecho probado que a este Madrid se le pueden meter cuatro fácil con Messi en el banquillo.

Volvió a fallar en la alineación de Jordi Alba, un absoluto desastre durante toda la Liga y colaborador necesario en el perpetuo caos defensivo del Barcelona. Ayer sin ir más lejos participó de manera activa en los tres balones que acabaron en la portería de Bravo. No solo propició la primera contra del Real Madrid, sino que su estúpido y yermo anarquismo hizo que Mascherano perdiese la posición reiteradamente para ir a cubrirle la espalda. El asturiano no tuvo los arrestos de cambiarle, o incluso de darle unas hostias, que bien merecidas las tiene.

Luis Enrique fue incapaz, como ya es habitual, de matar un partido con ventaja. Pasó con la Juventus en la Final de la Champions, con el Sevilla en la Supercopa de Europa, con el Valencia, con el Villarreal, con del Deportivo, y de nuevo ayer, con el partido controlado y en ventaja, el equipo inexplicablemente perdió el gobierno del balón y dio la iniciativa al rival que no desaprovechó la oportunidad.

Por no hablar de los cambios, bueno mejor dicho del cambio, el de Rakitic por Arda para acabar definitivamente con el control del centro del campo. Los otros dos ni se molestó en hacerlos pese al centenar de miles de kilómetros acumulados en las piernas de los jugadores internacionales, y a que, con un par de cambios más, podría haber ganado al menos, otro minuto de descuento. Ayer Luis Enrique dimitió como entrenador para convertirse en alineador.

En fin, que perder un clásico contra un equipo de este nivel, no es solo patético, sino que está casi al nivel de vergüenza de las celebraciones del madridismo, ese mismo que sigue tercero en la liga de dos. @SirDanielC

> Este artículo también ha sido publicado en la web del autor http://www.bloggol.es

 

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