La relación del ahora Carlos III con Porcelanosa que preocupaba al Parlamento

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¿Seguirán las relaciones de Carlos y la empresa español?
La firma española, donante para sus fundaciones, llegó a celebrar banquetes en el Palacio de Windsor, donde tienen lugar los de Estado
La relación del ahora Carlos III con Porcelanosa que preocupaba al Parlamento

Entre la abrumadora cantidad de noticias que estos días inundan todos los espacios sobre el fallecimiento de la reina Isabel de Inglaterra y el nuevo rey, Carlos III, se echan en falta algunas referencias como las curiosas y prolongadas relaciones del nuevo rey de los británicos, Carlos III, con la firma española Porcelanosa. El nuevo monarca ha participado en partidos de polo con los colores corporativos de la marca y lo mismo su hijo mayor, incluido el logotipo de la empresa. Y dos de los más emblemáticos palacios de la corona, el Windsor y otras residencias reales han sido escenarios de cenas corporativas, entrega de premios y otras actividades de cultura comercial de la citada marca. Es inimaginable que en España se pudiera hacer algo parecido en el Palacio Real o en Aranjuez. Hace años, las relaciones del ahora Carlos III con la citada empresa fueron bautizadas como “la corte de Porcelanosa”

Las relaciones de marketing comercial entre el ahora Carlos III y Porcelanosa han sido fructíferas para ambos a lo largo de más de veinte años, hasta el extremo de que diversos eventos publicitarios de la marca se celebraban en la campiña inglesa y, sobre todo, la entrega de sus premios anuales en palacios de la corona. En ese largo convivio comercial, que las revistas del corazón trataron siempre con largueza (publicidad por medio) hubo siempre dos reinas: Isabel Preysler y el entonces príncipe Carlos. Ya en los tiempos más recientes, entre los 250 selectos invitados a la misma mesa donde la ahora reina fallecida presidida banquetes de Estado, su hijo aparecía como anfitrión de otros personajes propios o agregados como Mario Vargas Llosa, Richard Gere y su novia española Alejandra Silva, así como otros habituales de las revistas del papel couché y los programas de la televisión frívola, como Cayetano Rivera y Eva González; Alfonso Díez, viudo de la Duquesa de Alba; la Princesa Ira de Fürstenberg, el caballista Tomás Terry, entre otros. A los asistentes se les advertía de la rigurosa prohibición de hacer ningún tipo de fotos de la cena. La explotación comercial del evento era tan rigurosa que, para no eclipsar las exclusivas a vendes a las revistas españolas, los servicios de seguridad cuidaban que nadie obtuviera fotos con sus móviles, cosa que advertía Porcelanosa de manera expeditiva.

Oficialmente, el intercambio comercial de Carlos de Inglaterra y Porcelanosa tiene una curiosa pantalla protectora, llamando la atención esta sensibilidad de la firma valenciana hacia otro país y sus pretendidas causas sociales. El programa estrella de esta cooperación se llamaba “Prince’s Trust”,  para atender 50.000 jóvenes del Reino Unido, con la ayuda de 6.000 voluntarios. El objetivo principal de esta organización, fundada por el ahora rey de los británicos era “potenciar iniciativas dedicadas exclusivamente a jóvenes: que mejoren su educación, les ayuden a iniciarse en el terreno laboral, fomenten entre ellos el trabajo en equipo y promuevan el emprendimiento”. En respuesta, Carlos agradecería a Porcelanosa su generosidad con una cena en uno de sus palacios, por lo general el propio de Windsor, en el mismo espacio de los banquetes de estado, el salón Saint George (que también pagaba la empresa valenciana, según la prensa británica).

Cuando el Parlamento británico se interesó por el asunto

Las relaciones comerciales del rey Carlos III con Porcelanosa han dejado un rastro que llegaron al Parlamento británico. En 2007, miembros de esta institución le instaron a que aclarase su relación con la firma después de que el diario The Mail on Sunday publicara una entrevista con un ex ejecutivo que dejó la empresa, quien aseguraba que a Carlos le entregaron azulejos de forma gratuita. Esto supondría un incumplimiento en los acuerdos que vinculan a Porcelanosa con la familia real británica (conocidos como Royal Warrants), según los cuales las empresas deben establecer una “relación comercial adecuada” con la familia Windsor. El diputado laborista Ian Davidson, miembro del Comité de Cuentas Públicas de la Cámara de los Comunes, consideró “indecoroso, inapropiado y humillante que el próximo monarca británico ejerza de agente comercial de la firma”.

En la entrevista de The Mail on Sunday, el ejecutivo, que habló bajo una cláusula de anonimato, aseguró que a mediados de los noventa, los directores de la compañía decidieron lanzarse al mercado británico y que colocaron al príncipe en el centro de sus planes. A partir de entonces, Porcelanosa comenzó a donar cientos de miles de libras esterlinas a las ONG favoritas del príncipe, lo que fue correspondido con una cena organizada por el heredero en Highgrove, siempre según lo contado por el antiguo directivo. “Pusimos dinero a mansalva en las ONG de Carlos para obtener favores”.@mundiario.

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