Los tornados en Estados Unidos y los peligros de las casas móviles

Una casa destruida por un tornado en EE UU. / Facebook
Una casa destruida por un tornado en EE UU. / Facebook

Las personas que viven en casas móviles tienen 20 veces más riesgo de morir durante un tornado.

Los tornados en Estados Unidos y los peligros de las casas móviles

Un sistema de tornados devastó el lunes 21 de marzo partes de los estados norteamericanos de Texas y Oklahoma, un fenómeno aterrador que sucede con relativa frecuencia en la región central de Estados Unidos –en el llamado “corredor de los tornados”, que se extiende entre las montañas Rocosas y los montes Apalaches–, e incluso en la Florida.

El lunes, varios tornados se reportaron en dos suburbios de la capital tejana, Austin, y al oeste-noroeste de las ciudades de Dallas y Fort Worth. Dejaron un saldo de una persona muerta y más de una decena de heridos, así como daños en escuelas, viviendas y negocios.

El martes, un tornado de gran magnitud pasó por la ciudad de Nueva Orleans, en el estado de Luisiana. Causó por lo menos una muerte; destruyó casas y derribó líneas eléctricas.

Las autoridades en Luisiana –azotada por dos huracanes en 2021– habían advertido a los sobrevivientes que viven en casas móviles donadas por el gobierno federal que debían tener un plan de evacuación porque las casas rodantes difícilmente pueden soportar el impacto de un tornado.

Los expertos señalan que las personas que viven en casas móviles tienen 20 veces más riesgo de morir durante un tornado que los que habitan en estructuras más sólidas.

Se calcula que unos 20 millones de norteamericanos viven en casas móviles. Estos trailers (como se llaman en Estados Unidos) suman unos 8,5 millones de unidades en el país, el 6 por ciento del total de viviendas, y constituyen el mayor segmento de vivienda asequible no subvencionada por el gobierno en Estados Unidos. El costo promedio de una casa móvil nueva de dos dormitorios es de poco más de 37.000 dólares. Las que no son nuevas cuestan mucho menos, hasta por debajo de 10.000 dólares. Muchas casas móviles no son en realidad casas rodantes, sino unidades prefabricadas que se transportan hasta el sitio donde se van a instalar. Una vez asentadas, es muy difícil o imposible volverlas a trasladar.

Los inquilinos de casas móviles son personas de bajos ingresos, trabajadores que no pueden costear una residencia más estable. Muchos sueñan con que ese tipo de vivienda más económica les permita ahorrar lo suficiente para dar el salto hacia una casa menos precaria, una casa de ladrillos y cemento, con tres o cuatro dormitorios, patio y garaje para dos automóviles. Pero la precariedad laboral y la escasa movilidad social impide a la mayoría alcanzar ese sueño americano.

El riesgo del alquiler

Las casas móviles se concentran una al lado de la otra en parques ubicados en la periferia de ciudades o incluso en el interior de las urbes. Si no han comprado el terreno que ocupan en los parques de casas móviles, los inquilinos deben pagar un alquiler. Viven con el riesgo de que les suban el alquiler a un nivel que no pueden costear, o que el dueño del parque decida venderlo a una empresa urbanizadora, por ejemplo.

He sido testigo de uno de esos episodios. Cerca de donde vivo en Miami, había un parque de casas móviles en una zona céntrica, junto a la calle Flagler, una de las arterias más importantes de la ciudad. Los vecinos de ese parque de casas móviles, que llevaba décadas allí, tuvieron que irse cuando el propietario vendió el terreno. Hoy, en el lugar donde se alzaban las casas móviles hay un supermercado, tiendas de cadenas nacionales, restaurantes y cafeterías. Hasta se levantó un edificio de apartamentos muy atractivo, con una enorme piscina, y alquileres por supuesto fuera del alcance de los antiguos residentes de la zona.

¿Dónde están esas personas? ¿Qué pasó con sus casas móviles? Desaparecieron de golpe del lugar, sin que muchos de los que hoy visitan la plaza comercial recuerden que antes vivían allí personas de bajos recursos. Se marcharon, empujados por la gentrificación, que para ellos fue una tormenta devastadora, como los tornados que recientemente azotaron Texas y Luisiana.


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