Pompeo: "En Venezuela no hay condiciones para elecciones libres y un indulto no cambia eso"

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El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo / The New York Times.
La mayor potencia del mundo no cree que una salida electoral sea la más factible para un país que lleva siete años controlado por un régimen totalitario. EE UU lo pone sobre aviso nuevamente. El chavismo avanza pese a la crisis.
Pompeo: "En Venezuela no hay condiciones para elecciones libres y un indulto no cambia eso"

Ante la realidad ficticia y propagandística de que en el país con el sistema de vida más hostil de toda América existe una democracia, sólo cabe como única respuesta posible los hechos que demuestran cómo una casta política, enclaustrada en el régimen de Nicolás Maduro -presidente (de facto) de Venezuela-, se ha hecho con el control absoluto y totalitario del Estado y de las instituciones que podrían ayudar a desbloquear la crisis política para abrir camino a una transición hacia una mejor economía, pero nada más lejos de esa realidad, pues el complejo sistema de poder que hay en el país sudamericano, se encuentra agrupado en un bloque monolítico de apoyos e intereses en una jerarquía militar que sostiene a Maduro en el mando de la nación. 

Es por ello que el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, aseguró este jueves que la excarcelación de 50 presos políticos en Venezuela “no cambia la falta de condiciones para unas elecciones libres en el país”.


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Esto implica que la política exterior de Washington hacia Venezuela se sigue basando en aplicar una estrategia geopolítica más que política convencional, es decir, ejecutar presión financiera y diplomática externa para que se pueda forzar un proceso de negociación del poder en un escenario de extrema ruptura o acorralamiento del régimen, pues el Gobierno de Donald Trump interpreta la crisis del país como un laberinto del cual no se podrá salir con votos ante un sistema de dominio mediante el que Maduro controla el organismo que gestiona las elecciones; el Consejo Nacional Electoral (CNE), y el órgano que valida jurídicamente esas elecciones; el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

“En Venezuela no existen condiciones para unas elecciones libres y justas y la liberación de varios presos políticos no cambia eso”, dijo en un comunicado este jueves 3 de septiembre.

La estrategia del régimen para mantener a Maduro en el poder

Básicamente, esas condiciones inexistentes a las que se refiere Pompeo son el origen de las maniobras que el CNE aplicó en las últimas elecciones, las presidenciales de 2018, en las cuales fue reelecto Nicolás Maduro, aunque bajo muchos cuestionamientos y sospecha de fraude. Esto se debió a que el ente electoral distorsionó el sistema al inhabilitar a los principales partidos de la oposición, mover o cerrar centros de votación, cambiar a electores de un centro a otro muy lejano, no distribuir proporcionalmente las máquinas de votación y omitir actas de votación, que son clave en el conteo y en la verificación de cada mesa y centro de sufragio.

Aunque Pompeo dijo que ese indulto era “motivo de celebración para quienes fueron liberados entre lunes y miércoles”, insistió en la falta de condiciones democráticas.

Por lo tanto, esa distorsión absoluta del sistema de votación hace dos años generó opacidad estadística, posible manipulación de la base de datos y un desequilibrio entre los centros de votación con más electores y los que menos tienen, siendo estos últimos los que fueron objeto de cambios por parte del CNE a solo dos días de los comicios del 20 de mayo de 2018.

“Para los presos que fueron liberados, regresar a casa es un día para celebrar. Estados Unidos se une en respeto y admiración por estos patriotas y por los sacrificios que han hecho para liberar a su país”, dijo el jefe de la diplomacia estadounidense.

La difícil realidad política del país

En Venezuela existe una marcada pugna entre la oposición y el chavismo, no por el control del poder, pues el dominio financiero, político y territorial del Gobierno y de la nación lo tiene el régimen de Maduro, sino por el control de la presión social en las calles y de la influencia en los rangos del sector militar que están descontentos, en un hermético silencio, contra la negligente y autoritaria administración de Maduro.

No obstante, Pompeo recordó “la confiscación de partidos políticos de oposición y antiguos aliados de la administración de Nicolás Maduro, la inhabilitación de dirigentes y que el Consejo Nacional Electoral, designado por el Tribunal Supremo de Justicia, permanece bajo un estricto control del régimen”.

Efectivamente, este conjunto de factores es lo que originó un vacío lleno de nulidad en la reelección de Maduro, que fue desconocida por buena parte de la comunidad internacional, aunado a que no contó con apoyo interno y ese presunto fraude electoral convirtió al líder chavista en un presidente en ejercicio del poder de facto, es decir, mediante el respaldo de la fuerza militar del Estado, mas no de la legimitidad democrática otorgada por la mayoría de los venezolanos.

Pompeo, el funcionario de mayor confianza del presidente Donald Trump, pidió a los factores democráticos en Venezuela y sus socios internacionales “seguir exigiendo condiciones necesarias para unas elecciones libres y justas”.

Por lo tanto, más allá de la agenda de sanciones de Washington para forzar un viraje en la línea de apoyos que tiene Maduro en el poder, EE UU deja entrever una posición en la que parece sugerirle a la oposición venezolana que convoque a mecanismos de observación, auditoría y mediación internacional en un eventual proceso de negociación con el Gobierno, pero esa recomendación es inviable en la práctica debido a que los intentos de “diálogo” iniciados por el chavismo se han convertido en mecanismos de negociación ficticia de su tiempo en el poder, mas no de las soluciones reales a la crisis económica, humanitaria y política del país.

“Nosotros, nuestros socios democráticos en Venezuela y la comunidad internacional, no contribuiremos a legitimar otro fraude electoral más llevado a cabo por el régimen de Maduro. Los ciudadanos venezolanos merecen nuestra continua solidaridad en su lucha por restaurar la democracia en su país”, recordó el secretario de Estado norteamericano.

La posible reacción de EE UU si Maduro completa su control nacional

Esta es una clara advertencia de Washington, pues en caso de que el régimen de Maduro termine de hacerse con el control absoluto del Parlamento (la Asamblea Nacional) en diciembre para cerrar su ciclo de dominio totalitario sobre el Estado venezolano, EE UU podría imponer un ultimátum diplomático a la élite chavista bajo la política exterior de amenaza con cierres de embajadas en Caracas de otros países aliados de la Casa Blanca, más sanciones financieras con bloqueo naval a las importaciones de gasolina desde Irán, embargo a sus importaciones de armas desde Rusia y posibles acciones tácticas de disuasión militar indirecta con el posicionamiento estratégico del Comando Sur en las aguas del Mar Caribe cercanas a las aguas territoriales de Venezuela.

La mayor potencia del mundo no cree que una salida electoral sea la más factible para un país que lleva siete años controlado por un régimen totalitario, responsable de la peor recesión económica y crisis social de la convulsa historia venezolana. @mundiario

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