Maduro dice que le parece “una muy buena idea” comprarle misiles a Irán

Maduro
El dictador y presidente (de facto) de Venezuela, Nicolás Maduro, durante la rueda de prensa que ofreció este pasado miércoles en Caracas / El Nacional.
“Venezuela paga con oro los envíos de gasolina de Irán, y hay presencia iraní en el país. La economía de Venezuela ha colapsado, cada lingote de oro que va a Irán representa decenas de miles de dólares que el pueblo venezolano necesita", dijo un alto funcionario del Departamento de Estado de EE UU.
Maduro dice que le parece “una muy buena idea” comprarle misiles a Irán

A pesar de que Venezuela es hoy el país más inestable de la ya de por sí convulsa América Latina, y es uno de los focos de desgaste social, económico y humanitario más alarmantes del mundo, el régimen autocrático que la gobierna insiste en invertir grandes sumas de capitales para justificar la retórica chavista de una “agresión” y “conspiración imperialista” de Estados Unidos que busca intervenir en la nación y derrocar su actual sistema de poder. 

Ese es el mensaje que dio a entender implícitamente en una rueda de prensa, este pasado miércoles, el dictador y presidente (de facto) de Venezuela, Nicolás Maduro, quien aseguró que le parece “una gran idea” la posibilidad de comprarle misiles de largo alcance a Irán. 

Esto implica que su régimen podría estar asumiendo una posición totalmente alejada de la diplomacia o del derecho internacional para blindarse militarmente como represalia a las sanciones de Estados Unidos bajo su peligrosa alianza con Irán, pues el país persa también es dominado por un régimen autoritario que busca ser removido por Washington debido a la amenaza nuclear, geopolítica, comercial, energética y económica que representa para el Medio Oriente. 


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Claramente, el gobierno de Maduro está dispuesto a convertirse en un Estado forajido si decide equiparse militarmente para enviar a EE UU el mensaje implícito de que tiene un arsenal armamentístico potencialmente capaz, en teoría, de proteger a Venezuela del presunto intento de golpe de Estado que Caracas le atribuye a Washington. 

En esa conferencia de prensa con medios internacionales desde el Palacio de Miraflores (Caracas), Maduro volvió a referirse a la acusación del presidente colombiano Iván Duque, quien aseguró en agosto que una transacción entre el régimen venezolano y el régimen iraní por la compra de varios misiles ya se había realizado.

¿Comprar armas con un país en crisis extrema?

Pese a que Venezuela enfrenta una recesión que ha destruido el 70% del tamaño de su economía, aunado a la aguda hiperinflación de 50.000% anual en aumento de precios, que ha causado un nivel de pobreza de ingresos del 96% y pobreza extrema en el 70% de su población, el Gobierno chavista ahora solo depende del oro para generar ingresos ante el colapso de la producción de petróleo, razón por la cual solo importa gasolina con la venta del metal dorado a Irán y recibe otros pagos en euros en efectivo por el bloqueo de las sanciones estadounidenses que le impiden transar con dólares en el sistema financiero internacional. 

“Dije que no era así, pero que Venezuela puede comprar armamento al país que le dé la gana. Dije que me parecía una muy buena idea y por qué no. En su momento veremos la oferta iraní", expresó Maduro. Además, describió a la relación entre Venezuela e Irán como una de “hermandad profunda, espiritual, política y cultural, que lleva muchos años”.

Al ser los dos países con los regímenes más autoritarios, menos democráticos y más peligrosos de sus respectivas regiones (América Latina y Medio Oriente, respectivamente), Venezuela e Irán están sometidos a fuertes sanciones que les impiden a sus gobiernos importar bienes no esenciales o vender sus exportaciones de energía, sobre todo petróleo, en el mercado mundial. Por ese motivo, se han aliado bilateralmente como los líderes del mundo comunista o de la izquierda internacional que mantiene la retórica de “lucha contra el imperialismo estadounidense”, pues esa es su propaganda política para justificar la prolongación de sus mandatos.

La declaración de Maduro llegó dos días después de que el enviado del Departamento de Estado de los Estados Unidos tanto para el país caribeño como la teocracia islámica, Elliott Abrams, advirtiera que “la administración de Donald Trump eliminará cualquier arma de esta magnitud (misiles o bombas nucleares) que pudiera llegar a Venezuela”.

¿Qué es lo próximo que podría hacer EE UU sobre Venezuela?

Por lo tanto, esta declaración del líder del régimen venezolano podría generar como consecuencia una escalada en la intensidad y precisión de las sanciones de Washington, posiblemente con mecanismos para seguir cortando sus fuentes de financiamiento, que provienen de cuentas corresponsales del Estado venezolano en bancos en Europa y, si son congeladas por la Casa Blanca, se reduciría aun más el margen de maniobra del chavismo para pagar ese arsenal, lo que debilitaría su posición militar y su estructura de distribución de rentas entre la jerarquía de altos rangos de la Fuerza Armada que lo sostienen en el poder.

En una entrevista con la cadena estadounidense Fox News, el funcionario indicó que “la administración de Donald Trump hará todos los esfuerzos para evitar una situación de esa naturaleza, pero, en el caso de que las armas lleguen al país caribeño “serán eliminadas allí”.

Entonces, la estrategia de la Casa Blanca en cuanto a su política hacia Venezuela se basa ahora en un enfoque militar y geopolítico mucho más elevado de tono, pues frenar y cortar los puentes de cooperación armada, comercial y energética entre Caracas y Teherán podría ser la estrategia que termine de asestar el golpe de gracia a la dictadura de Maduro: es decir, cortar sus fuentes de ingreso al bloquear los envíos de oro, de gasolina y de armamento. 

El medio conservador aclaró que “si bien no hay indicadores que apunten a una transacción inminente, Irán ha anunciado su intención de realizar ventas de armas y Venezuela es un objetivo claro dado que estos dos regímenes aislados del mundo ya tienen una relación”. Precisamente, al estar aislados del mundo por no contar ya con el apoyo de las dos potencias globales que tienen la capacidad de enfrentar a EE UU; China y Rusia, Venezuela e Irán se unen en una última cruzada diplomática para que sobrevivan sus regímenes ante la asfixiante presión de Washington.

“Venezuela paga con oro los envíos de gasolina de Irán, y hay presencia iraní en el país. La economía de Venezuela ha colapsado, por lo que cada lingote de oro que va a Irán representa decenas de miles de dólares que el pueblo venezolano necesita para obtener alimentos y medicinas”, agregó Abrams.

¿Negociar con el enemigo?

Por su parte, Nicolás Maduro aseguró ayer en la rueda de prensa que no se ha comunicado o negociado con Donald Trump ni Joe Biden sobre el estatus de la tensión entre Venezuela y Estados Unidos en vista de las próximas elecciones presidenciales del 3 de noviembre en el país norteamericano, pues quien resulte electo será clave en el futuro de la política de Washington hacia Caracas con el objetivo de desplazar al régimen chavista y contribuir a la solución de la grave crisis económica-social que atosiga a los venezolanos. Sin embargo, lo único que Trump y Biden tienen en común sobre Venezuela es que ambos consideran a Maduro como un dictador. @mundiario 

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