El impacto de dos meteoritos en Marte desvela los misterios de su interior

Simulación de las primeras ondas superficiales en Marte tomadas por InSight. / SINC
Simulación de las primeras ondas superficiales en Marte tomadas por InSight. / SINC

Las ondas sísmicas detectadas por el módulo de aterrizaje InSight permitieron conocer la composición interna del planeta rojo en un evento inédito.

El impacto de dos meteoritos en Marte desvela los misterios de su interior

La víspera de Navidad del año pasado dejó un presente inédito para la ciencia, después de que se registrara el potente impacto de un meteorito en la superficie de Marte, que causó una de las mayores sacudidas sobre el planeta rojo. El seísmo superficial azotó la corteza, lo que permitió detectar ondas a lo largo de la estructura interna del planeta, que desentraña algunos de los secretos mejor guardados del Universo.

Al filo de la medianoche, el módulo de aterrizaje y detección sísmica de la NASA, InSight, registró un gran martemoto, un movimiento telúrico equivalente al terremoto en el planeta rojo, uno de los mayores sucesos de este tipo que ha sido identificado y que por primera vez pudo presenciarse casi en directo. Ahora, tras los análisis científicos, una serie de estudios publicados en la revista Science detallan la composición marciana interna gracias a este y a otro meteorito que impactó de manera similar el 18 de septiembre.

Cuando el meteorito de Nochebuena cayó, los responsables de la misión InSight alertaron a sus compañeros de la sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO), un satélite de la NASA que examina la superficie marciana a 300 kilómetros de altura. El equipo consiguió identificar un enorme cráter de 150 metros de diámetro en Amazonis Planitia, una vasta llanura ubicada en el hemisferio norte del planeta, con cerca de una tonelada de agua congelada desenterrada y esparcida sobre las orillas del boquete.

Además, los científicos hurgaron en los archivos colectados por el InSight, descubriendo así que el meteorito produjo sacudidas de una magnitud superior a cuatro, más o menos en una escala similar a la usada en la Tierra. Investigando en profundidad, los científicos se percataron de que la colisión de otro meteorito habría dejado un martemoto similar al de Nochebuena alrededor del 18 de septiembre de ese año. La sonda MRO detectó entonces una enorme abertura de 130 metros de diámetro en Tempe Tierra, al noroeste del planeta.

Miles de martemotos

No solo estos son los mayores impactos de meteoritos jamás detectados en alguna parte de nuestro sistema solar, sino que los datos que arrojan los sismómetros y las imágenes tomadas representan las mayores magnitudes de una colisión espacial jamás detectadas, de acuerdo con la científica del MRO, Liliya Posiolova. Según el geofísico Kim Doyeon del equipo InSight, las magnitudes de los seísmos producidos por los impactos meteóricos, en escala marciana fueron superiores a 4 y 4,1, respectivamente.

InSight aterrizó cerca del ecuador de Marte en noviembre de 2018, desde entonces ha sido testigo de 1.318 martemotos, lo que ha desmentido la creencia de que en el planeta rojo estos fenómenos eran infrecuentes. Ello se debió a que nunca hubo un método de registro tan directo en nuestro vecino como una sonda con un sismómetro para detectar y estudiar los movimientos tectónicos, la mayoría producida por el interior del planeta, lo que ha permitido estudiar sus capas en vertical bajo los sensores de la nave.

Los resultados de esos estudios determinaron entonces que Marte tiene una estructura más o menos similar a nuestro planeta. El planeta rojo tiene un núcleo de unos 1.800 kilómetros de radio, un manto de unos 1.500 y una corteza de unos 50 kilómetros. Por su parte, la Tierra tiene un núcleo de unos 3.500 kilómetros, un manto de 3.400 y una corteza que varía de entre unos cinco kilómetros de grosor a unos 70.

La dicotomía marciana

Las ondas sísmicas superficiales que sucedieron al impacto de los meteoritos en 2021 se propagaron en todas direcciones, por todo el planeta, y con patrones como una velocidad similar. Ello permitió arrojar luz sobre la composición de Marte, fuertemente discutida por la dicotomía marciana, es decir, el contraste geográfico entre los dos hemisferios del planeta rojo.

Por un lado, el hemisferio norte es más poroso, hundido, deprimido y tiene una superficie muy lisa y limpia de restos o impactos de asteroides. Por su parte, el hemisferio sur discrepa completamente, siendo un área elevada, llena de mesetas y con vestigios de colisiones meteóricas con grandes cráteres. Las posibilidades barajadas hasta ahora para esa formación tan rara son procesos geológicos internos o, la más llamativa, un impacto de un asteroide hace miles de millones de años que hundió el hemisferio norte, hizo aflorar la lava y el nacimiento de un enorme océano en esa región.

Los científicos siguen la creencia de que Marte fue alguna vez un planeta muy azul, que pudo albergar vida y que debido a razones aún no aclaradas todo eso cambió. De hecho, las recientes investigaciones apuntan a que pudo haber sido hogar de vida extraterrestre, y que de seguir siéndolo deberían ser microorganismos que habitan el subsuelo para protegerse de las radiaciones en la superficie. @mundiario

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