Las ondas gravitaciones detectadas recientemente muestran la formación de un nuevo tipo de agujero negro

Agujeros negros. RR SS.
Agujeros negros. / RR SS.
La colisión de dos agujeros a millones de años luz dieron pie a la formación de uno nuevo con una masa intermedia a las dos clases que se conocían hasta ahora. 
Las ondas gravitaciones detectadas recientemente muestran la formación de un nuevo tipo de agujero negro

La red global de detectores láser LIGO-Virgo, de EE UU e Italia, lograron registrar una señal extraterrestre inusual. Se trató de ondas gravitacionales creadas por la colisión de dos agujeros negros con masas apróximadamente 85 y 66 veces superior a la del Sol, que giraban en forma de espiral y constante cada vez más cerca la una de la otra.

Ambos giraron tan cerca que finalmente chocaron y dieron cabida a la creación de un nuevo tipo de agujero negro nunca antes observado. El choque de los gigantes fue tal, que provocó una distorsión que viajó por el universo desde esa lejana galaxia hasta la Tierra. En términos más sencillos, fue una ondulación como la que se produce cuando lanzamos una piedra a una superficie acuática.

La señal detectada fue bautizada como GW190521 y resultó ser toda una suerte captarla y entenderla debido a que fue un episodio muy breve y complicado de detectar al durar no más de una décima de segundo. Los expertos creen que su origen está a unos 17.000 millones de años luz siendo el producto de la fusión de un sistema binario. 

La fusión de los dos agujeros negros terminó creando otro aún más masivo, de unas 142 masas solares, que liberó una cantidad de energía equivalente a ocho veces nuestro Sol. "No se corresponde a las pequeñas señales que hemos detectado en otras ocasiones", ha detallado Nelson Christensen, del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS). "Esto se parece más a un gran estallido, es la señal más masiva que LIGO o Virgo hayan visto". La investigación internacional fue publicada en las revistas Physical Review Letters y The Astrophysical Journal Letters, donde los autores creen que GW190521 fue generada por un agujero con propiedades muy diferentes a los dos tipos que se conocen actualmente.

Aunque felices por el hallazgo, lo cierto es que la existencia del nuevo agujero negro plantea más dudas sobre su origen. Originalmente se ha tenido constancia de agujeros negros de masa estelar y agujeros negros supermasivos, que se diferencian porque el primero tiene una masa de hasta una decena de veces la del Sol y los segundos se generan a partir de cientos de miles de soles. Este nuevo agujero tiene una masa intermedia, algo que no habían observado los expertos hasta ahora. Los expertos creen que será necesario seguir extendiendo sus conocimientos para ir comprendiendo los fenómenos que se dan en el universo, un sitio que aún guarda muchos misterios. @mundiario

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