El aire que respiramos también está contaminado por plástico: palabra de la ciencia

Respirar. Pexels.
Respirar. / Pexels.
Los científicos alertan de que los microplásticos pueden viajar distancias de al menos 100 kilómetros a través de la atmósfera.
El aire que respiramos también está contaminado por plástico: palabra de la ciencia

No, el plástico no solo ha estado contaminando los océanos del mundo o comprometiendo todo tipo de ecosistemas: también está presente en el aire que respiramos. Estudios recientes han revelado que, por desgracia, ningún lugar está a salvo de la contaminación plástica.

Por ejemplo, una investigación publicada en la revista especializada Nature Geoscience, expone que los microplásticos pueden viajar distancias de al menos 100 kilómetros a través de la atmósfera, lo que significa que, sí, pueden terminar en regiones remotas a su fuente de emisión original.

Para llegar a esta conclusión, los expertos estudiaron una cuenca remota de los Pirineos franceses durante cinco meses, lo que permitió calcular una tasa de deposición diaria de microplásticos de 365 partículas por metro cuadrado, que posteriormente fue contrastada con simulaciones atmosféricas.

El análisis, firmado por el Laboratorio de Ecología funcional de Toulouse (Francia), destaca que -aunque parezca difícil de creer- esto significa que podríamos estar respirando enormes cantidades de plástico.


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Pero esa no es la única mala noticia: otro estudio desarrollado por la Universidad Macquarie (Australia) detalla que el plástico, por si fuera poco, destruye una bacteria que nos ayuda a respirar. 

Para entender el drama del asunto lo primero que debes tener en mente es que un 10% del oxígeno de nuestro planeta proviene de la Prochlorococcus, una bacteria fotosintética que habita en el océano.

"Encontramos que la exposición a sustancias químicas filtradas por la contaminación plástica interfirió con el crecimiento, la fotosíntesis y la producción de oxígeno de Prochlorococcus, la bacteria fotosintética más abundante del océano", ha subrayado la investigadora Sasha Tetu. 

Pero ¿por qué esto debería preocuparnos? Sencillo: porque una de cada diez veces que respiramos es gracias a estos pequeños. 

Los investigadores exponen que el estudio -publicado en la revista Communications Biology- ha permitido confirmar que la exposición al plástico perjudica el crecimiento y la función de estos microbios, incluida la cantidad de oxígeno que producen; es decir que mientras más plástico recibe el océano, menos oxígeno recibimos nosotros. 

Y el panorama no es precisamente alentador: las estimaciones sugieren para el año 2050 el peso del plástico en los océanos será mayor que el de los peces.

"Nuestros datos muestran que la contaminación plástica puede tener impactos generalizados en el ecosistema más allá de los efectos conocidos sobre los macroorganismos, como las aves marinas y las tortugas", enfatiza Sasha. "Si realmente queremos entender el impacto total de la contaminación plástica en el ambiente marino y encontrar formas de mitigarla, debemos considerar su impacto en grupos microbianos clave, incluidos los microbios fotosintéticos", concluye. @mundiario