Tela con esta terquedad de plantar patatas en la aldea cuando no tienes ni idea

patatas
Si eres de campo plantar patatas es fácil, pero si solo has visto semáforos en tu vida...

Dejas la ciudad, te vas a la aldea, te pones a plantar patatas por hacer algo y te das cuenta de que ni para eso sirves. Un nuevo relato de esta autor de MUNDIARIO.

Tela con esta terquedad de plantar patatas en la aldea cuando no tienes ni idea

(Cosas que pasan cuando cambias de la ciudad al campo sin tener ni idea)

Lo de la agricultura tiene su aquel. Cuando me asenté en la aldea (y nunca mejor dicho eso de asentarse porque no pego mucho palo al agua), mis vecinos estaban sembrando todo tipo de hortalizas, así que me dijeron que hiciese lo mismo.

Y, en efecto, me puse manos a la obra. Con su ayuda habilité unos cien metros cuadrados, vamos, un piso verde, y Maruja, Arturo, Virtudes, Dionisio y Rumbo,catedráticos eméritos de Botánica por la Universidad de Así Llevo Toda la Vida, me explicaron qué tenía que hacer para cultivar patatas, cebollas, coles, pimientos y… «no, los tomates; eso ainda non é a época», y en otro momento insinué no sé qué, se rieron y deduje que lo mejor era no preguntar más, que de parvo ya había dado muestras más que suficientes para un solo día.

Y poco a poco fui plantando, pero estaba tan animado que planté, planté y planté tanto hasta que llegó un momento en que lo único que sabía era que todo era verde pero ni idea de lo que tenía. Así que un día llamé a mis tutores, nos acercamos todos a la huerta y, con un folio Din A 4 y a escala 1 = Idiota, conseguí hacer un esquema y averiguar qué productos podría dar mi macroapartamento.

Y no me extrañaría que surgiera alguna planta exótica, mezcla de cebolla, pimiento y calabacín (una Doly de la vida), porque descubrí que hay zonas que están… como todo un poco revuelto, mis vecinos lo llaman desfeita. Pero claro, esto, me prometí, solo me va a ocurrir este año, que voy de aficionado, porque para el próximo me adentro en el profesionalismo y dejo de ser amateur, que aquí en la aldea eso de amateur es a matarte porque ¿tú sabes lo que pesa un sacho, y eso que el mío es como de los juegos Geyper?

Total, que con el tiempo empezaron a crecer los frutos y descubrí el apasionante mundo de la patata o, como dicen los franceses, pomme de terre, la manzana de la tierra, porque cuando se trajo de América era un producto maravilloso para comer, de ahí lo de manzana, que también este blog sirve para aprender algo, aunque no te lo creas.

Pues la pomme de terre o patata es fascinante. Tú vas a coger una lechuga, por ejemplo, y coges eso, la lechuga que ves, ni más, ni menos: una. Vas a por una cebolla, tiras de la planta y allí está la cebolla; pero la patata… la patata es como los Reyes Magos, tiras de la flor (que, por cierto, intenté hacer tabaco con ella y ya os contaré) y lo mismo encuentras tres, cuatro, que siete y te da una alegría buscar entre la tierra (bueno, alegría, y porque ya pasas de los 45 tacos, que con 20 me iban a ver aquí con el sacho…).

Al final, extrapolando, que eso nos encanta a los periodistas cuando no tenemos datos del lugar cuando queremos hacer un reportaje, llegué a la conclusión de que la patata es más que un tubérculo, es… como te diría yo, a lo que en la ciudad la Primitiva o la Bonoloto, pero con una gran, pero gran diferencia: con la flor de la patata, tiras y siempre toca. @manuelguisande

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